¡Hahh!

Darryl luchó por ponerse de pie mientras caminaba lentamente hacia la puerta de piedra y trataba de abrirla.

Cuando hizo contacto con el hechizo que recubría la puerta, salió disparado un fuerte rayo de luz sangriento. Darryl sintió que una enorme fuerza caía sobre él, lo que lo envió volando.

“Ah…”. Darryl aterrizó contra la pared mientras la sangre brotaba de su boca. Su visión se oscureció y el impacto casi lo noquea.

¡C*rajo!

Darryl apretó los dientes, limpiándose la sangre de la comisura de la boca. Se quedó mirando el sello de la puerta con sorpresa y rabia.

¿Los sellos de la gente demoníaca eran tan poderosos?

No sería capaz de romper el sello mientras su alma de hada no se recuperara. ¿Moriría él allí?

Mientras Darryl reflexionaba sobre eso en una agonía creciente, alguien empujó la puerta para abrirla. Una figura delgada entró en la habitación. Tenía rasgos delicados pero con una expresión helada por todos lados.

Era una de los Doce Mártires Demoníacos, Mortici