Los látigos enviaron un dolor aplastante a través del cuerpo de Darryl. Él sintió que su visión se oscurecía, como si estuviera a punto de desmayarse en cualquier momento.

Morticia tenía razón. El látigo de marfil tenía la fuerza del trueno, hecho para someter incluso a los soldados de la Región Divina.

A pesar de que el cuerpo de Darryl tenía el Poder Ancestral de las Aves, finalmente se rindió después de aproximadamente media hora.

Finalmente, Morticia también perdió la paciencia. Retiró el látigo de marfil y dijo con frialdad: “Darryl Darby, nada bueno saldrá de oponerse a la raza demoníaca. Te daré una última oportunidad para pensar bien las cosas. Espero que tengas una respuesta satisfactoria cuando regrese”.

Luego, Morticia se giró para salir de la habitación de piedra.

Morticia no quería nada más que matar a Darryl inmediatamente. Sin embargo, pensándolo bien, Darryl seguía siendo el Sabio de los Nueve Cielos de la Región Divina y tenía una relación bastante estrecha con la