El Rey Tigre Blanco dijo apresuradamente: “Darryl, Su Excelencia, no diga eso. Usted es el benefactor de los demonios. Este banquete es lo menos que podemos hacer para agradecerle”.

Luego, miró a su alrededor y agregó: “Recuerdo cómo los demonios estuvieron cautivos en la Región Divina durante miles de años. Si no fuera por usted, no seríamos libres ahora”.

“¡Así es! Sin usted, los demonios no existirían”, respondieron todos.

Luego, el Rey Tigre Blanco se puso de pie y levantó su copa. “Escuché de Lía que tus heridas se han sanado mucho. Deberíamos celebrar eso. Venga, brindemos por Darryl, Su Excelencia”.

Instantáneamente, todos se pusieron de pie y levantaron sus copas hacia Darryl. Este tenía una personalidad generosa y cuando vio eso, cortésmente levantó su copa y bebió con todos.

Después de unas copas de vino, el Rey Tigre Blanco recordó algunos asuntos oficiales y le preguntó a Darryl cortésmente: “Darryl, he seguido tu consejo de no aceptar al General Grunt. Me gustaría esc