“El Rey Tigre Blanco se negó a verme porque no quiere gastar la energía de los demonios. ¿Acaso cree que no podré hacer nada si me deja aquí varado? Veré qué podrá hacer cuando atraiga a los guerreros de raza demoníaca aquí. Entonces, los demonios no tendrán más remedio que luchar”, dijo el General Grunt con una mirada fría en sus ojos mientras se emocionaba.

Él insistió en involucrar a los demonios. Todavía se consideraría una contribución al hacer que detengan una parte de la energía del Archidemonio Antígono.

Mientras pensaba, el General Grunt miró a su alrededor y le ordenó a los generales: “Pasen mi palabra de liberar el Amuleto de Búsqueda y Ayuda inmediatamente cuando el cielo se oscurezca”.

“¡Sí, Su Excelencia!”, respondieron los muchos generales al unísono.

…

Mientras tanto, en el territorio de los demonios, el Rey Tigre Blanco había seguido el consejo de Darryl y no se reunió con el General Grunt. Al mismo tiempo, estaba preocupado por las heridas de Darryl. Para mostrar