“Ella solía ser una de mis bestias innatas”, dijo el Emperador Aurelias con tristeza. “Luego, revocamos nuestra relación amo-sirviente y pensé que podría volver a verla una vez que saliera de esta tumba...”. Su rostro se oscureció.

La mente de Darryl zumbaba mientras miraba en silencio al Emperador Aurelias. ‘¿Qué? ¿La Reina Gorrión Rojo solía ser su bestia innata? ¡Eso es increíble!’.

Dio una profunda respiración y preguntó: “Su Majestad, ¿cómo quedó usted atrapado aquí?”.

El Emperador Aurelias sonrió amargamente como si no quisiera sacar a relucir su pasado. Luego, dijo: “Perdí una apuesta con mi hermano menor”.

Darryl se rascó la cabeza. “¿Hermano menor?”.

El Emperador Aurelias lo miró y dijo con indiferencia: “Sí, mi hermano menor. Solíamos tener el mismo maestro, el Antiguo Ancestro, y disfrutábamos de una relación cercana entre nosotros. Él fue quien me apoyó para convertirme en el soberano de la Región Divina cuando el mundo se dividió en la Región Divina, el Mundo Humano y