La Reina frunció el ceño ante la expresión de Darryl. “Darren, ¿por qué estás tan feliz?”.

Darryl se avergonzó y se rascó la cabeza. “Nada, es que me siento orgulloso y feliz de que Su Majestad confíe tanto en mí como para pedirme que mantenga el regalo a salvo”.

Darryl respondió en un tono serio. Estaba secretamente nervioso pero lo hizo imperceptible.

‘¡Mald*ción! Me emocioné tanto que casi me expongo’.

La Reina asintió con satisfacción después de escuchar la respuesta de Darryl. Ella le dijo: “Entonces, no me defraudes. Antes de que veamos a la Diosa de la Luz, ¡cuida bien del regalo!”.

Después de eso, la Reina pensó en algo y dijo: “Hay un mecanismo oculto instalado en esa caja. Si intentas abrirla a la fuerza, se incinerará. Recuerda eso”.

‘¿Mecanismo oculto?’.

Darryl estaba atónito. Luego, dijo con una sonrisa: “No se preocupe, Su Majestad. Lo cuidaré bien y no intentaré abrirlo por mi cuenta”. Darryl lo prometió, pero el sentimiento de emoción era evidente en sus ojos.

‘