Darryl vio una enorme bestia tirada en el espacio abierto frente a él. La bestia medía casi cien metros de largo y no tenía pelo, pero su cuerpo estaba cubierto de escamas negras y rojas. También tenía un cuello largo, al igual que una cola larga. A primera vista, parecía un dinosaurio extinto de los Nueve Continentes, pero tenía un par de enormes alas en su espalda. Sus ojos brillaban de un color rojo sangre y se veían diabólicos, mientras que su cuerpo exudaba un aura aterradora.

Darryl se sorprendió aún más cuando sintió el poder de la bestia. Era tan poderosa que resultó estar al nivel de un santo dios.

Después de permanecer conmocionado durante más de diez segundos, Darryl finalmente reaccionó y aspiró una bocanada de aire frío.

‘Acaso… ¿Esto es un dragón de este mundo?’, se preguntó.

Cuando Darryl llegó por primera vez al Continente Roland, leyó muchos libros antiguos en el estudio de Dominic. Una vez vio un registro sobre dragones de aquel mundo en uno de los libros antiguos