Circe estaba sentada fría y silenciosamente como una orquídea floreciente, exudando un aire de gracia que se destacaba entre la multitud. Aunque nadie la encontraba extraña o peculiar, muchos de los chicos querían conocerla mejor, pero no tenían el coraje para hacerlo.

Todos estaban de humor y Declan se puso de pie sonriendo con una elegante caja en sus manos. Caminó hacia Katherine y dijo cortésmente, “Señorita Katherine, hoy resulta ser el Día del Maestro y me gustaría agradecerle por ser nuestra profesora. Este es un regalo para usted”.

De repente, la habitación se llenó con exclamaciones de asombro. Declan estaba bien preparado, en efecto. Incluso preparó un regalo para la Señorita Katherine. Estaba bastante claro que estaba decidido a convertirse en el monitor de la clase.

Katherine mantuvo la calma y sonrió. “Declan, ya estoy muy complacida de que nos estás invitando a cenar. No puedo aceptar esto”.

Declan era en efecto un estudiante brillante, inteligente y agradable. In