Katherine pegó un código QR impreso en la pizarra.

Los estudiantes escanearon el código QR y comenzaron a donar. Algunos donaron doscientos mil, algunos quinientos mil. Los generosos contribuyeron con un millón de dólares. Ellos tenían el corazón puesto en la recompensa por el mayor contribuyente, como había dicho la Señorita Katherine.

"¿Cuánto donaste?".

"¡Guau! Quinientos mil".

"Yo tampoco soy malo. Doné seiscientos mil”.

Todos estaban orgullosos de sí mismos por donar. Katherine tenía razón. La plataforma en línea de la escuela tenía una lista que mostraba cuál estudiante contribuyó más.

Los ojos de todos estaban pegados a la lista.

De repente, un estudiante de otra clase donó un millón ochocientos mil dólares.

"¡Miren! ¡Declan donó dos millones!", alguien gritó.

La clase estaba alborotada. La lista decía que Declan Noel de la Clase Dieciséis era el donante más alto actual con dos millones.

Todos los ojos estaban puestos sobre Declan. Dos millones. Este hombre tenía que