Alexander
Las manos me tiemblan, pensé que después de aquel episodio estaría más relajado y por sobre todo cuando se fue.Pero no, el solo hecho de haberla tocado, acariciado su piel de la manera en que lo hice y como lo venia soñando desde hace años, me dejaron mucho peor de lo esperado.Joder.Su piel sigue igual de delicada, suave y hermosa y aunque ella físicamente ha cambiado muchísimo, hay cosas que no lo hacen.Me dolió su actitud conmigo, sabía que eso es lo que debía de esperar del momento en que nos viéramos frente a frente.Claro, la situación de mi crisis no estaba dentro de los planes o de la impresión que deseaba causarle, al menos pudimos sostener varias palabras sin tener que sacarnos los ojos.Yo no podría, he pagado con creces lo que le hice, la manera en cómo la trate y como la saque de mi vida como si no valiera nada.Y bien merezco que sea indiferente conmigo, que sea tosca, que no me dijera- Según dicen por ahí, del amor al odio hay un paso - suelta con una suave sonrisa que quisiera me contagiara.- Ya, en mis más locos sueños eso podría suceder, no merezco una oportunidad de su parte - niego otra vez, no deseo hacerme falsas ilusiones con un "tal vez", es mejor enterrar en lo más profundo cualquier esperanza con ella.Me odia y no puedo decir nada contra eso porque su odio hacia mí es completamente valido.- Estaban varios días trabajando junto por el bautizo de nuestra pequeña, es tu oportunidad para acercarte a ella y ver si es que existe un mínimo de probabilidad de que te perdone - dice Tatiana demasiado esperanzada.- ¿Por qué deseas tanto que lo intente? - pregunto curioso, es su mejor amiga, debería quererme lejos y no que la intente reconquistar.Tatiana se queda en silencio por unos segundos, agacha la mirada y se queda pensativa por un momento y antes de verme, suelta un suspiro cansador.- Por que tu n
Es obvio que yo temblaré cada vez que la tenga a mi lado porque la sigo amando como un pendejo y ella, probablemente pase de mí y solo me hable lo estrictamente necesario.Y me conformo con eso, con que me hable cuando quiera, me vea cuando se le de la nada y que pase de mi si así lo desea.Si, es bastante masoquista lo que estoy diciendo pero es la verdad, prefiero eso a su indiferencia o lejanía.Prefiero que me trate como un conocido más sin relevancia a que me vea con un profundo odio en su mirar.No sé, puede que solo esté hablando estupideces y que ni se entienda lo que deseo expresar pero es así como me siento y lo que espero de todo esto.Con que me hable dos palabras al día, me doy por pagado y satisfecho por los próximos ocho años que estaré sin ella o probablemente más.Aush, de solo pensar en eso me duele el corazón.- Alexand
AlessiaNo he podido dejar de pensar en la cercanía que tuve con Alexander, su tacto, su rostro a centímetros del mío, su perfume, la manera en que me veía.Fue imposible no transportarme a los años en que nos conocimos, todos esos años en los que estuvimos locamente enamorados pero esa maldita burbuja exploto rápidamente cuando recordé su petición de divorcio.¡Joder!Yo no puedo pensar de esa manera con él, con cualquiera ¡menos con el!No se me puede olvidar por todo lo que me hizo pasar durante todos estos años, porque si bien el daño mas grande ocasionado por el fue antes del divorcio y con la petición, todo este tiempo que ha pasado desde el día que quedamos legalmente separados no he podido dejar ir el dolor y por mas que me esforzado en dejar de amarlo, esta claro que no lo he conseguido ni un poco.Y est&aac
- La tuvimos, el día que firmamos nuestro divorcio – le digo con lo terquedad por delante.- Alessia, baja esa barrera que tienes frente a ti – dice y me pongo de pie molesta.- ¿¡Quieres que hable con el como si nada!? ¿Qué olvide todo lo que me hizo y seamos los mismo de siempre? ¿¡QUE LE DE UNA PUTA OPORTUNIDAD!? – le digo casi que dejando derramar las lagrimas que desean escapar desde que esta conversación comenzó.- No mi amor, no deseo que olvides lo sucedido, porque de las experiencias por muy malas que sean, nos ayudan a aprender, a madurar y a crecer…- dice poniéndose de pie hasta acercase a mi y tomar mi rostro con sus manos -…pero necesito recuperar a mi hija, esa mujer hermosa que siempre tenía siempre una sonrisa en el rostro, donde el sol brillaba por donde pasara, donde siempre tenía un pensamiento positivo por muy malo que fuera el pa
AlexanderEl camino en el coche fue el peor que he tenido en toda mi jodida vida y me arrepiento en haber cedido ante los deseos de nuestros amigos, porque ahora mismo, estamos con Alessia atrapados en su coche por varios y eternos minutos.No me malinterpreten, me encanta estar con ella y aunque sea de esta manera, porque dudo que en algún momento me deje acercarme mas de lo que ya lo he hecho.Pero es incomodo y bastante rato estar así con ella.Un par de veces abrí la boca para decir algo, pero de mis labios no salió absolutamente nada, no sé si porque no hay tema de conversación o por temor a lo que ella me pudiera decir.Por eso, cuando llegamos al lugar y verla bajar tan deprisa me preocupe porque pensé que algo le podría haber sucedido pero no, simplemente deseaba respirar aire puro y alejarse de mí.Intente acercarme a ella, tocar su mano pero su rechazo
- Creo que en este sector se verían muy bonitos algunos arreglos florales blancos, podrían ir colgando del techo – dice Paulina y aquella idea me parece muy bonita.- A mi me gusta esa idea – digo imaginando como se vería, hasta que Alessia abre la boca y echa abajo todo.- No, no me gusta – dice con cero tacto y con eso se gira hacia otro lugar del salón dándonos la espalda.- Lo siento, no esta teniendo el mejor de sus días – le digo defendiéndola, aunque no debería pero lo hago.- Si, no se preocupe, todas las mujeres pasamos por momentos sensibles y hormonales una vez al mes – suelta Paulina con comprensión y quisiera decirle que es eso y no porque mi presencia es odiada por mi ex esposa.- No estoy hormonal, simplemente no me gusta la idea – dice Alessia saliendo de la nada haciendo que tanto Paulina como yo demos un pequeño salto por la s
- Mas que tú, eso es más que claro – me dice como si hubiese ganado y puede ser, ya que es verdad que ella ha tenido mas contactos con niños que yo.- Tu tampoco estas muy capacitada que digamos – le digo entre dientes.- No por que quiera – me reclama.- Señor Alexander, señorita Alessia yo…- dice Paulina pero ninguno le presta atención.- Ni siquiera tienes hijos – me dice y a mí se me retuerce algo en el interior ante aquello, porque remueve un recuerdo que prefiero olvidar.- ¿Y tú? ¿Ah? Que yo sepa tampoco tienes hijos y ve a saber porque después de tantos años – suelto esas palabras y me arrepiento de inmediato de lo que acabo de decir.¡Mierda!Alessia me ve sin poder creer lo que acabo de decir, sus ojos se cristalizan y la mirada que me da hace que me arrepienta y que me quiera cortar la lengua por lo
AlessiaEl aire me falta, siento como mi garganta se cierra y no me permite tragar y respirar de manera normal.Intento hacerlo sin que nadie se dé cuenta o me detendrán para salir de aquí.Las manos me tiemblan, la vista se me comienza a nublar por un segundo haciendo que mi corazón comience a latir a mil por horas.Y si, esto es el principio de un ataque de pánico que no deseo sufrir ahora mismo y menos delante de quien lo provocó.Por eso no lo pensé y prácticamente salí corriendo del lugar, no podía estar un minuto más en el mismo espacio que mi ex esposo.Así que salgo del centro de eventos y me subo rápidamente a mi coche para salir volando del lugar.No podía estar más ahí, sentía que me asfixiaba un poco más cada segundo que avanzaba en el reloj.El solo imaginar lo sucedido hace