BIANCA.
Aquello no estaba sucediendo. No podía estar ahí. Debía ser un sueño de mal gusto, de que despertaría. Cerré y abrí los ojos intentando despertar de ese sueño.
Pero es que no era un sueño.
—Desnúdate —ordenó el viejo asqueroso —. La diversión acaba de empezar. Alegra esa cara.
Las lágrimas rodaron por mis mejillas cuando un dedo se delineó por mi hombro. Unos minutos después el otro que me había capturado, me desnudo totalmente para posicionarme al centro de todos esos mafiosos. Don seguía con lo suyo, intentaba aplastarle la cabeza, pero es que eran demasiados enemigos. No solo estaba allí la persona que más odiaba, sino
BIANCAMe hice la muerta unos minutos, hasta que el caos se detuvo y solo cuando un último disparo retumbó en las paredes me atreví a abrir los ojos. Lo primero que vi fue a una mujer con un arma apuntándome, después se arrodilló y me quito el cuerpo sin vida de encima.Era bellísima, se parecía a un ángel. Sus ojos azules se parecían al agua del caribe, y hacía conjunto con su cabello negro azabache. Sentí alivio cuando me sonrió, pero nada podía opacar el miedo y temor que había sentido.—¿Estás herida? —preguntó, qué voz tan angelical tenía.Negué con la ca
BIANCA.Acabé durmiendo en los brazos de él, después de un largo tiempo. No dejaba de asfixiarme con su agarre tan fuerte, tal vez intentaba tenerme desprevenida para matarme. Como fuera, cuando desperté él ya no estaba allí, se había ido. Por fin descanse sola, en esas paredes, que no tenían sombras que pudieran custodiar mi persona.Era idiota por no echarlo de la habitación y dejarlo dormir conmigo, aunque solo fuera por unas horas.Aquel hombre me volvería loca.Si es que ya no lo estaba.No le perdonaría nunca. Pero hacerle creer que sí, me daría puntos para producir
BIANCAMe deshice de la carta. Los forenses se llevaron a esa chica, a mí me cambiaron de habitación. Limpié mis huellas antes de chillar como una loca y salir despavorida de mi habitación asignada. Para todos, un hombre encapuchado había osado a entrar en la hacienda del mafioso más cruel que existe y mató a una agente de seguridad. Una que dio la vida por mí. Fingí estar destrozada cuando abracé a Don. Él debía pensar que quería ser una de sus mujeres.Por eso estaba conmigo.Consolándome, mientras él mismo se encargaba de borrar toda la sangre de mi cuerpo.—Es un jodido milagro que ese cabrón no
BIANCA.Mis músculos se habían tensado de una manera impresionante. No sabía qué hacer. Ni como actuar. De pronto otra persona apareció en el baño, Luka sostuvo el brazo de Priscilla y la sacó entre chillidos e insultos. Mientras todo pasaba me fui alejando de Don. Él seguía en una especie de shock raro, pero pronto se recompuso. Sus cejas fruncidas volvieron a su sitio y salió de la bañera sin decir una palabra.Iba detrás de su esposa.Yo no era su esposa.Tragué saliva saliendo también del baño, me coloqué un albornoz para tapar mi desnudez. ¡No podía creer que tuviera tan mala suerte! &iqu
PRISCILLA.—¿Crees que se quiere quedar embarazada de Giovanni? —preguntó Melody tímida mientras se sentaba en el borde del sofá pequeño de cuero.Estaba destrozada. No amaba a Don, pero su traición había sido como un puñal incrustado en mi espalda.Apreté mis labios sintiendo la rabia fluir por mi cuerpo. Me quité una lágrima resbaladiza que surcó mi mejilla, no me esforcé en esconderme porque ella era mi amiga. La única que me entendía en ese momento. Afianzarme con la hermana de Don era un paso más adelante que daría para dejar en ridículo a Bianca. ¿Por qué é
BIANCA.—¿Bianca? —me ofreció su mano.Le regalé una sonrisa forzada y dejé que me ayudará a salir.—¿Sí?—Puedo ordenar a otra persona que lo haga, a alguna prostituta, aunque corra el riesgo de que no lo haga bien. ¿Estás segura que podrás hacerlo? —preguntó preocupado.Entrelacé mi
BIANCAMe senté en una silla junto a Don, desde que había escupido todas esas para con el propósito de herirlo, no me había mirado. Pero, las miradas en dedicadas hacia mí no faltaban, ya estaban los socios de él follándome literalmente con los ojos. Algunos eran jóvenes, otros más viejos. En esa mesa con una ruleta en el centro había personas de todas las edades. En una esquina de la sala unas chicas muy sexis bailaban sobre barras de acero y también estaban metidas en unas jaulas. Dios mío. Me daban pena esas chicas, ellas tenían que trabajar en medio de esas bestias. Dejé de mirar y me centré en mi alrededor.Los socios de Giovanni empezaron a saludarlo y comenzaron con una nueva part
BIANCAEl consigliere del capo me guio por pasillos atiborrados de millonarios, empresarios, funcionarios, gente de personal, niños... y más. Mientras íbamos caminando no le hablé, él tampoco me habló a mí. El papel brillante de las paredes me dejaba ciega. Salimos a cubierta por una escalera estrecha. El olor marino me agolpó de repente y la brisa marina alborotó mi cabello perfectamente peinado.Tenía un montón de preguntas que necesitaban respuestas, pero creo que Luka no iba a dármelas así que me silencié y me dejé guiar. Pronto ingresamos en una nueva planta, el recorrido era demasiado extenso. ¿Dónde mierda me llevaba? Entramos en una puerta que tenía una placa anunciando que, en aquel espacio, solo podía atravesarlo el personal.