—Magnolia, si no puedes recordarlo, no pienses en ello, de todas formas no es algo bueno. Pero no tienes que preocuparte demasiado, te cubriremos en cualquier apuro. Lo más importante ahora es enviar la médula ósea al hospital. Óscar sigue esperando.

Magnolia pensó en su hijo, que esperaba en la cámara de vacío, y no dijo nada más.

Acababa de advertir a Ricardo que no se presentara a esas horas, pero aquel hombre no la escuchó, así que con la lección que Roberto le dio una lección, Ricardo debería reconocer la realidad.

Si se encontraba con Javier después, Ricardo podría perder la vida.

Llegaron al hospital una hora más tarde.

Magnolia entró con el maletín que contenía la médula ósea y enseguida se le acercó Bosco con su bata blanca, —¿y la médula ósea?

—Está dentro.

—Dámelo, analizaremos la médula ósea enseguida y, una vez que esté bien, podremos empezar el tratamiento.

Magnolia asintió y, después de entregarle la médula ósea a Bosco, se dirigió directamente a la cámara de vacío para