—No digas esas palabras tan corteses, no soy una tonta. Cuando mi primo se case con la señorita Tracy M, seguro que tendrán otro hijo, y entonces un hijo de origen desconocido será echado, ¿no?

Se puso severa Rosalía, en este momento la señora Vargas bajó enfadada, —Alexandra, qué tonterías dices, Fernando también es el niño de nuestra familia Vargas, ¿cómo se le va a echar?

—¿De verdad?

Alexandra se dirigió arriba, ignorándolas por completo.

Rosalía se acercó a la señora Vargas para servirle el agua, —no te enfades, Alexandra es así.

—Cómo se atreve a estar tan orgullosa. La familia Vargas se ha separado, ella y su madre siguen alojadas en la vieja mansión de la familia Vargas. Si no fuera por el buen corazón de mi hijo, hace tiempo que las habría echado a la calle.

La señora Vargas seguía cabreada por lo que pasó ayer en el desfile.

—Acabo de enterarme por Alexandra de que Ricardo ha invitado a esa mujer a la fiesta. ¿Es mejor cancelar la cita a ciegas que has concertado con la hija