En realidad, Luisa no tenía mucho interés en los bolsos, al fin y al cabo, creció con todo.

Pero ahora que Rosalía quería comprar el bolso, no quería que lo consiguiera.

La perra había vuelto para robar a su padre y robar la propiedad de la familia.

Desde luego, ella no podía dejarla cumplir su deseo.

Rosalía sacó una tarjeta con una sonrisa irónica, —Perdone, pero yo tengo una tarjeta super VIP, tengo prioridad para todas las compras en la tienda. En cuanto a ti, he oído que el presidente no da mucha preferencia a sus hijos para dar buen ejemplo al público, así que no tienes tarjeta VIP, ¿verdad?

Así que esta vez, ella estaría ganando.

Luisa se puso furiosa al instante, efectivamente no tenía la tarjeta super VIP, y nunca se había preocupado por ello.

Al fin y al cabo, si quería comprarlo, podía hacerlo directamente a través de la tarjeta de su madre.

Pero no se había dado cuenta de que su padre le había dado a esta mujer una tarjeta súper VIP, lo que le pareció muy irónico.

Rosalía m