Un sonido detrás de ella lo distrajo por un momento y miró sobre su espalda. Un haz de luz plateada se dirigía hacia ellos y Jade solo le dio tiempo a tomar el puñal en su cinturón y enterrarlo en la carne que se precipitaba hacia ambos. Tras el brusco movimiento Izen se giró y cortó la cabeza del hombre que los había atacado por la espalda.
Jade se quedó quieta viendo como el cuerpo se desprendía de la daga y sus manos estaban ahora llenas de sangre. Sin preverlo comenzó a temblar. Había...había matado a alguien y este la miraba ahora desde el suelo, con sus ojos abiertos sin vida.Una mano tapó los suyos sumiéndolos en la oscuridad. Izen la arrastró hacia detrás de un árbol mientras su señor terminaba cortando la cabeza del lobo sin mucho esfuerzo. A pesar de su aspecto no parecía ser un lobo tan fuerte como Vladek. La verdad era que pocos podían llegar al calibre de su señor, era realmente fuerte, por eso se sentía orgulloso que lo dejara estar a su lado.Revisando su alVladek se giró y caminó agarrándola de la mano y tirando de ella. Jade lo siguió sin decir nada y pronto estuvieron de vuelta con Izen que tenía los brazos cruzados en su pecho. Una expresión de preocupación surcaba su rostro. -Nos vamos ya- Vladek ordenó pasando por su lado dejando al lobo contrariado. -¿Qué hiciste?- le preguntó a Jade que era jalada por el lobo. -Tratarme como un perro- protestó su señor con los dientes apretados. -¿Un perro? ¿Cómo que un perro?- Izen casi gritó alejándose detrás de ellos. -Una larga historia- Jade sonrió observando por encima de su hombro el grupo de cuerpo que dejaban atrás. Para su sorpresa algunos se movían ligeramente. ¿No estaban muertos? Al menos no todos al parecer. Vladek volvió a cargarla y recorrieron el resto del camino hasta que el sol se escondiera tras las montañas y la capital se hizo visible. Jade nunca había estado allí. Había escuchado que era un lugar con grandes casas, mucho bul
La decepción apareció en el rostro de ella y el lobo solo le sacudió la cabeza y besó su sien. -Necesitas dormir, yo también- y se levantó cogiendo el tazón poco después que ya estaba vacío -Ustedes dos- regañó a sus hermanos- Dejen en paz a Izen por esta noche, viajamos desde lejos y estamos agotados- Los dos lobos chasquearon la lengua pero de igual forma no le quitaron la mirada de encima a Izen. Este se estremeció y les dio la espalda. Por eso no quería estar donde ellos. Él parecía más bien una liebre cuando ellos estaban a su alrededor. No lo devorarían esta vez. Se había hecho la convicción de que se enlazaría con alguien que lo quisiera realmente, no con unos chiquillos que solo buscaban su cuerpo para perder el tiempo jugando con él. Para su suerte los dos hermanos se levantaron y se fueron dejándolo por fin respirar. -Mi señor, puede irse a lavar mientras yo organizo su habitación- le dijo a Vladek retirándose después. El Mayor
Unos dedos recorrían la piel de Jade de arriba abajo, tanto por su brazo, como por su muslo descubierto. La chica se removió acurrucándose al pecho cálido junto a ella e hizo un sonido con su garganta de satisfacción. No abrió los ojos. Aún estaba soñolienta y parecía ser temprano todavía. Vladek tendría que esperar para lo que quisiera a pesar de que le gustaba que la tocara. Era una sensación que venía experimentando desde la mordida, completamente diferente a como era ella normalmente, pero realmente le gustaba, sobre todo ser consiente que alguien quisiera tocarla como lo hacía el lobo.
-Entonces- Karia se acercó al menor, minutos después, que recogía algunos libros del suelo para ponerlo en uno de los estantes- ¿Qué sientes por hermano mayor?- la pregunta fue directa y dos pares de ojos se fijaron en él.Jade se sintió nerviosa y el corazón palpitó en su pecho y retrocedió pegando los libros en su pecho.-Yo…yo…me gusta que me toque- tenía un marcado sonrojo en sus mejillas y bajó la cabeza.
Una vez delante de la puerta se detuvo, el calor de la chica contra él era agradable y había aprovechado para tocar las redondeadas nalgas. Acercó su rostro hacia el de ella y lo besó, esperaba que llegara rápido la noche, se encargaría de prepararla bien. La bajó renuente una vez estuvo conforme con el beso y la llevó hacia el interior del estudio. Ya se había encargado de recoger y sacudir por lo que quedaba organizar y bastante.-Organiza los libros que están encima de la mesa en la parte de atrás- le dijo mientras él se dirigía a unas cajas y las cargaba para sacarlas afuera.Jade le hizo caso y se arrodilló en el suelo verificando cada nombre y poniéndolos en las gavetas del estante de atrás que, por suerte, por más que ocurriera no podría caerle encima. Después del tercero se quedó quieta mirando la portada de uno.-&i
Vladek esperó escuchar los suaves gemidos de satisfacción de Jade contra la almohada, que abrazaba, para pasar sus dedos más debajo de sus nalgas, palpando el virgen agujero húmedo oculto entre sus labios vaginales. La chica se estremeció y lo miró por arriba del hombro. El lobo acarició el costado de su cadera alzada tranquilizándola y esta cerró los ojos confiando en él.Vladek sonrió y se enfocó nuevamente en la suave intimidad de ella y con sus dedos separó ambos labios para tener una mejor vista de su premio. Con suavidad recorrió la tierna piel con la punta de uno de sus dedos y ayudándose del aceite comenz&oac
-¿Te gusta que te toque?- Vladek sonrió levemente repitiendo lo mismo que había escuchado antes de entrar en la biblioteca. La vio asentir con las mejillas todas encendidas y sus ojos aguados, era realmente excitante la vista. Su brazo rodeó su cintura y la apretó- Ven aquí- y la sentó a horcajadas sobre su regazo dejándola completamente abierta a él.Los pequeños brazos rodearon su cuello para mantenerse más estable y volvió a buscar los labios del lobo. Temblaba de pies a cabeza y solo quería seguir hundiéndose en ese mar de emociones. Jade se despertó lentamente tras sentir la frialdad a su lado. La luz que se filtraba por la ventana tras las cortinas le indicaban que ya había amanecido hacia bastante.Se sobó la cabeza con pereza desperezándose. Los recuerdos de la noche anterior eran un poco difusos para ella. Sabía muy bien que en algún momento había perdido el conocimiento tras las inmensas olas de placer que Vladek le había proporcionado, pero de ahí nada más, todo negro.Se sentó en la cama bostezando. La incomodidad y el leve dolDestino 44