Increíblemente tenso era el magnetismo del ambiente, generalmente todos tenían los vellos de sus brazos erizados. Sin excepción alguna, inclusive James y Leo tenían esa extraña sensación de la boca seca mientras resonaba un disparo tras otro.
Ni si quiera un ave se posaba en las cercanías, sobre todo los escopetazos intercalados que podían hacerte imaginar el peor de los combates.
— Rayos… Se están matando allí dentro. — Leo comenta.
— Si, pero no podemos acercarnos más. Siguen muchos soldados afuera que están muy alertas de cualquier movimiento, más bien tenemos suerte de que no han sospechado de nosotros aunque algunas lanzan muchas miradas hacia atrás, aparentemente no quieres participar.
— Ese sargento entró, si lo matan allí dentro ten la seguridad de que el resto de los soldados se marchará. No van a quedarse solo para perder sus vidas, en este momento sin alguien que los dirija y cada vez más en minoría no mantendrán por mucho tiempo su posició
— Vamos, Sargento. Usted es el victorioso, ha matado a la bestia y ahora se merece un descanso. — El soldado ayudaba al Sargento General Román Palacios le felicitaba.— “Es un héroe. ¡Así se hace! Usted merece respeto. Sabía que podía matarlo. Larga vida al Sargento Román. Con la mayor fuerza y astucia se consigue lo imposible.” — Eran algunos de los halagos que recibía Román mientras salía del santuario.El Sargento Román se sentía inmerso en la grandeza, ni si quiera le prestaba atención al dolor sino más bien se centraba en la sensación de estar caminando por la alfombra roja después de haber ganado un premio. Finalmente tenía la dicha de poder decir que había matado a un hombre-lobo, no solo lo había asesinado, sino que además lo había hecho con una daga estando cuerpo a cuerpo.
El campo estaba preparado para cualquier intruso, solo una pequeña bandera roja clavad en el suelo a los alrededores del campamento limitaba el área indicando que a partir de allí estaba prohibido caminar.Solo quedaba una cosa por hacer y era esperar, todos los soldados estaban recogiendo sus cosas y por lo rápido que se estaba oscureciendo no tenían más tiempo de más cosas, una pequeña fogata estaba siendo apagada señalando que era la hora de dormir.Aunque los escalofriantes ruidos del Bosque Negro por la noche no dejaban descansar del todo, habían soldados que ni si quiera podían mantener sus parpados cerrados, sabían que estaban en la zona roja, el lugar más peligroso en el que se les hubiese ocurrido descansar.Pero todo quedaba en manos del Sargento Román y su estrategia para tender una trampa al resto de los licántropos, esa fue la noche en que m&aacu
— Bueno… ¿Qué haremos mientras tanto? — Preguntó Leo.— La noche acostumbra a llegar muy rápido, solamente recemos para que pase lo mejor. — James se recostaba de una raíz.Era cierto lo que mencionó James, la noche caía enseguida y en picada como un halcón que ha divisado su presa.Los soldados se veían tranquilos, ni si quiera vigilaban a excepción de algunos que quizás estaban muy atentos o sufrían de insomnio por las condiciones en las que tenían que dormir, además probablemente serían los primeros en alertar de una amenaza y ganarían tiempo de reacción ante ella. Pero el resto de los soldados reposaba dentro de sus carpas con paciencia, para ellos solo había que esperar el amanecer y mientras más rápido durmieran más rápido saldrían de esa.— Vale, hay que
La cara de terror del granadero realmente reflejaba el fin del mundo, al menos para él. Después de haber estado disparando contra ellos con su lanzagranadas ahora se encontraba en el camino de estampida como venganza.— ¡Sargento! — Gritó el granadero.Pedía auxilio y comenzó a correr de regreso al campamento esperando tener la seguridad y protección de sus compañeros.— ¡Sargento! ¿Qué hacemos? — Soldados pedían indicaciones.El desespero del granadero provocaba pánico profundamente en la situación, de un momento a otro ahora el turno de atacar se lo llevaban los licántropos Jake y Mau.— ¡Disparen, pero tengan cuidado de no apuntar a nuestro soldado! — El Sargento General Román Palacios ordenó señalando hacia el granadero.Los soldados comenzaron a disparar como se lo hab&iacu
Los gritos de dolor, odio, furia, lamentos y desesperación cantaban el coro de la guerra en media del Bosque Negro…Carpas comenzaron a incendiarse y destellos por doquier significaban balas cruzando de lado a lado con letalidad, tanto que ni si quiera fueron solamente las bestias quienes recibieron sus impactos, sino también soldados en la línea de fuego que eran heridos por proyectiles de sus aliados al estar perdiendo su formación.De un momento a otro el caos creció como un tornado arrasando la paz, la rivalidad, ambición, orgullo y necesidad eran protagonistas del conflicto incandescente que se armaba esa terrible noche.— ¡Sargento! A este paso no resistiremos mucho. — Un soldado buscaba alternativas.— De inmediato, quiero que saquen las armas pesadas y comiencen a pelear como se les ha enseñado, es el momento al cual ustedes están destinados. ¡Juntos masac
El resto del mundo se opacó en ese momento… Estar en la mira de aquel soldado con el lanzacohetes realmente describía lo que se sentiría estar al borde de la muerte, aunque claro, James realmente no moriría por el lanzacohetes, pero quedaría fuera del combate por al menos un par de horas… Horas que no tenía, en ese tiempo Jake y Mau aprovecharían para hacer de las suyas, además de tenerlo bajo su control si llegaban a derrotar a Leo. Lo cual era probablemente lo que pasaría si peleaban ambos contra él, Leo tenía un aullido poderoso que dejaba conmocionado a cualquiera, sin embargo, no sería suficiente contra la brutalidad de aquellos dos monstruos a los que se enfrentaría.¿Qué iba a pasar entonces? James estaba paralizado por el miedo, no podía moverse aun sabiendo que si no lo hacía iba a ser el final… Aquel soldado acató la orde
— Aquí va a pasar algo muy interesante… Lo siento mucho, hermanito… Pero tengo que hacer lo que vine a hacer. — Jake con una leve sonrisa en el rostro sigue avanzando hacia James.— Yo también vine a hacer algo, escuchaste a mi amigo… Además, prometí que devolvería el Corazón de Astra a su verdadera dueña. — James enojado también se acerca en cada paso.— ¡Ha, ha, ha! ¿A quién se lo prometiste, a este charlatán muerto? — Jake termina por soltar una carcajada.— No precisamente, él más bien me estaba ayudando a cumplir esa promesa a la vez que yo lo ayudaba también… Le prometí a la mismísima Diosa de la Luna, Astra. Que le regresaría intacto lo que le pertenecía a su santuario.— Idiota… Esa Diosa inútil ya no tiene poder en esta tierra,
— Responde… ¿Por qué lo has matado? — James desconfiaba.Jake se desangraba y rápidamente moría, la Daga Astra había atravesado su corazón y por las propiedades que esta tenía iba a ser imposible que sobreviviera. Para Jake era el final de su larga ambición, nunca volvería a levantar su cuerpo y apenas en segundos y comenzaba a desvanecerse al igual que lo había hecho Darryl.El ambiente se volvió pacífico, quizás la energía negativa que el Bosque Negro irradiaba por la presencia maligna de seres con intenciones profanas hacía que el entorno fuese más denso.Sobre las cabezas de Mau y James el cielo se coloreaba de un celeste con tonos naranjas simbolizando que el amanecer estaba pronto a llegar.Mau, se transforma nuevamente de regreso en su forma humana, en sus intenciones la batalla que se había extendido durante tod