El líder

Capitulo 3

El líder 

Viktor Vitalov

El sol está en su punto más alto, pero aún así, el frío es terrible. Aquí en Dikson, siempre es así, creo que es una de las ciudades mas frías, y en ocasiones, hay que resguardarse, porque los huracanes de viento, se ponen tan fuertes, que se llevan a todo lo que consigan en el camino.

Es irónico pensar en eso, sabiendo que tenemos costa cerca, y se supone que eso es para tomar el sol y disfrutar del calor, pero acá no es así. Sin embargo, es uno de los lugares mas seguros para la Bratva, por el simple hecho de tener todo vigilado, y una de las formas de ingreso, para no decir que la única, es a través de los navíos.

Controlamos todo lo que entra y sale de este lugar, antes ese era mi trabajo, cuando mi hermano mayor aun vivía, y era el sucesor heredero, yo soy el tercer hermano, por lo que no tenia muchas opciones, el hermano que le sigue, nunca quiso estar del todo en este negocio, por lo que simplemente se encarga de la parte administrativa de los bienes de la Bratva

Quedo yo, ni siquiera imaginé en ningún momento, que tomaría este puesto, pero aquí estoy. En el caso de mi hermana Natacha, o como solemos decirle; Tacha, cumple su papel de princesa del líder, y como aquí no solo vivimos de apariencia, también ha estado aprendiendo a como asesinar, porque es esencial en este negocio y cuando perteneces a una familia como la nuestra.

Yo antes la entrenaba en peleas de calle, pero no era del todo lo suyo, si, sabia defenderse, pero le faltaban técnicas y no le agradaba tener que goloearse los nudillos, así que aprendió todo lo que se requiere en técnicas de cuchillos y armerías, ahora sabe manejarlas perfectamente, aunque no he sido yo el que la enseñó en eso, tuve que irme, y quedó a cargo de Kira. Desde allí se han hecho muy buenas amigas.

Salgo de mis pensamientos, y me dirijo a las cuevas subterráneas que es donde se maneja la construcción de las armas que creamos, se supone que ahí es donde están los dos que se alzaron, ¿será que no tienen cerebro? ¿No se dan cuenta que si se oponen a la hermandad, pueden salir mal parados?

En toda la entrada me consigo al líder de los Ivanovish, que es el padre de Kira.

—Viktor— me saluda de manera informal, porque me conoce desde niño y es uno de los que me han enseñado algunas cosas. Otros, si deben dirigirse a mi como señor, a pesar de que tengo 27 años.

—¿Cómo estas Koy?— sigo mi camino, pero me detiene por el hombro

—Si sabes que no es necesario que hagas esto, yo lo puedo hacer por ti— se ofrece. Sé que no lo hace de mala manera, ni para quitarme poder, lo hace para que no me ensucie las manos, pero eso es mi trabajo, y también me gusta hacerlo.

—No te preocupes.

Sigo en mis pasos y me adentro al lugar, tengo que hacerles ver que conmigo no se juega, mucho menos con las cosas referentes a la hermandad.

Cuando llego al lugar, los tienen sujetos de los brazos

—que gusto verte Vitalov— escupe en mi dirección el muy bastardo, pero no me llega no cerca —por fin vienes a hacer tu trabajo— le doy un puñetazo que le voltea la cara, de inicio para que se calle, no quiero escuchar nada que provenga de el

—¿Solo son estos?— miro alrededor donde están el resto de los miembros mirándome con espanto, saben de lo que soy capaz —¿Quién mas quiere su destino?

Silencio. Nadie se atreve a decir nada, me conocen muy bien, y saben que no me ando con juegos o rodeos, el destino que le toca al par que tengo adelante, es desastroso.

—Díganle— continua el mismo que escupió, como si quisiera crear revuelo y que todos se volteen y lo apoyen —no sean cobardes, me dijeron que tampoco estaban de acuerdo con los pagos y con el trato.

‹‹pobre imbecil››

—Señor, perdóneme— brama el otro que esta amarrado —me dejé llevar por lo que el decía

—aprende a ser un hombre y afrontar tus errores— le grito apretando con mi bota su entrepierna, haciendo que chille —y en la bratva, no se perdonan traiciones. Llévenselos a las celdas de abajo, ya me encargaré de ellos.

Veo como se los llevan y cuando los pierdo de vista, me volteo a mirar al resto.

—y el próximo en desafiarme, le cortaré la lengua para que no tenga como armar disputas, ¿Quién es el próximo?

Todos bajan la cabeza y no se atreven a mirarme.

—Viktor, te necesito aquí— interrumpe Koy, pero sé que lo hace porque ningún otro hará nada

Me doy la vuelta y camino hacia su posición —¿Irás a la despedida de soltero de Iván?— pregunta y sé que es tratando de distraerme

—Si, iré.

—vete, no te preocupes que me encargo de lo que queda, mañana vienes por los dos idiotas que intentaron verte la cara. Nos vemos ahora en la despedida de soltero.

Asiento sin responderle y me voy antes de que le tuerza el cuello y la pague con quien no debo.

****

En un par de horas, será la celebración de la soltería de Iván, así que me ducho y depilo, por si se da la ocasión con alguna chica.

Al salir, escojo unos pantalones de Jeans oscuros rasgados, una camiseta con mangas largas color azul, una chaqueta térmica para el frio, y mis botas para la nieve. Mi cabello lo dejo suelto, cayéndome por los hombros.

Salgo después de aplicarme perfume, y me monto en mi auto, aquí en esta zona no necesito de guardaespaldas, está completamente asegurada de esquina a esquina.

Son aproximadamente 20 minutos de camino, en donde estoy en silencio, me gusta mucho porque puedo perderme en mis pensamientos, planear y organizar todo. Así me gusta mi vida, no me gusta los imprevistos.

Al llegar, veo los autos afuera de los invitados, cerraron el lugar para dejarlo exclusivo para nosotros.

—Vitalov— El cuñado de Iván me saluda y pienso que no podría ser mas lamebotas, es del tipo de hombre que es capaz de arrastrarse para conseguir algo de poder, y en la Bratva, eso los hace débiles.

—¡Hey!— es lo único que logro decirle antes de seguir mi camino hacia el club

Las luces están encendidas en un color rojo e ilumina todo el lugar, la música es estridente, y las chicas bailan en el tubo, mientras otras están en las piernas de los que están invitados, incluyendo Iván.

Este lugar es de él, por eso tiene mejor atención, aunque al verme llegar, las chicas vienen ofreciéndome tragos y otras cosas, pero primero quiero ponerme cómodo con los que están acá.

Si bien es cierto, hay gente desagradable, también están los que me importan; Mi padre, Koy también está, y algunos socios de otras ciudades que han venido únicamente por esta celebración.

Brindo con todos, y comenzamos a bailar junto a las mujeres que se nos ofrecen en baile privados o algo mas, pero por ahora, solo quiero moverme y disfrutar junto a algunos de la familia que están acá conmigo.

Siento que será una noche genial, quiero perder la Cabeza aunque sea por hoy, en América no me puedo dar ese lujo porque siempre debo estar cuidándome las espaldas, nunca se sabe quien estará allí para traicionarte.

A la medianoche, ya estoy hasta el tope de licor, y sé que será el momento de llevarme a una de estas chicas a la cama, quiero quitarme el peso de mi cargo por unas horas, y con eso lo lograré.

Hay algunas chicas aun disponible, porque otras, se la han llevado los invitados, por eso agarro de la mano a una y me la llevo a mi auto, de ninguna manera dormiré o me acostaré con alguien en este asqueroso lugar, donde la gente se la pasa dejando su semilla por todos lados, y no sé que tan higiénico es.

Cuando salgo, antes de llegar al vehículo, una mano se posa en mi hombro y por instinto, saco mi arma y apunto, hasta que la visión se me aclara, es Kira

—¿Qué haces aquí?— espeto de forma brusca

—necesitaba hablar contigo— mira a la chica que tengo de la mano de forma asesina y entrecierra sus ojos —Lárgate

—No me Arruines la noche Kira— le advierto —Conozco tus trucos

—sabes que no necesitas otra mujer, teniéndome a mi— miro a mi lado y la chica ya no está —¿ves? Ya me tienes a mi.

Se desabotona la blusa, mostrándome sus pechos en la calle solitaria. Más que suficiente para convencerme. Le abro la puerta del auto y ella sube con una sonrisa. Doy la vuelta y arranco.

En el camino, ella pone algo de música, la dejo, me da igual. Se pone a cantar algo desafinado, pero se ve feliz cuando lo hace.

—¿Cuándo me Llevarás a América?— la miro extrañado

—¿quieres ir a América?— asiente —Créeme que no te gustará, estas acostumbrada a vivir en completa calma, allá hay demasiadas personas y tienes que vivir Cuidándote las espaldas porque en cualquier momento te puede venir el puñal o la bala.

—Sabes que me sé defender.

—No lo sé, Kira. No creo que sea conveniente, no quiero darle una impresión equivocada a la hermandad, sabes que yo no quiero compromisos con nadie.

—lo sé, aunque igualmente, te digo que aquí estoy para cuando los quieras.

No le respondo, o dañare la noche y ella me corrió a la prostituta que tenia para mi, y necesito placer.

Kira es mi amiga, solo eso, de vez en cuando tiene ciertos beneficios conmigo, pero no quiero que se enteren, porque quedaría con una reputación baja, no la quiero desprestigiar así, le tengo mucho aprecio, y desearía que quedara con un hombre que de verdad la valore, que le de el lugar que le corresponde, que la haga sentir amada, y ese hombre no soy yo.

Yo solo le puedo dar sufrimiento, no me considero un hombre de responsabilidades o de una sola mujer, mi apetito sexual es muy grande como para tener solo a una.

Llego a mi pequeño apartamento y subimos con besos, la calentura ya la tengo y el alcohol me ayuda también, abro la puerta como puedo, y pasamos con nuestros labios unidos, besándonos con hambre y deseo, sabemos lo que queremos y vamos por ello…

***

A la mañana siguiente, siento un dolor de cabeza jodido, sé que me pasé de tragos, también con las acciones, no debí estar con amiga y aguantarme, no pensar con la otra cabeza que me hace cometer pendejadas.

Me incorporo con la mano en la Cabeza por el dolor y las punzadas…

—Buenos días— aparece mi amiga por la puerta con una bandeja con desayuno y veo unas aspirinas para el dolor con jugo de naranja.

—Gracias— le respondo detallando que solo lleva una camisa de las mías que le llegan por los muslos, los primeros botones sueltos, mostrando parte del canal de sus pechos.

—imaginé que despertarías con el dolor de cabeza, por eso te las traje ¿ves que si puedo ser una buena esposa?

Ruedo mis ojos, otra vez con lo mismo

—por favor Kira, no comiences con lo mismo, no quiero entrar en temas de discusión.

Ella asiente, pero la sonrisa que tenia, se le borró de la cara.

—¿Me llevarás contigo el fin de semana?

—No. Quiero dejar en claro algo, por favor no insistas, creo que no podremos seguir con esto— nos señalo —no quiero hacerte daño, eres mi mejor amiga, conoces casi todos mis secretos, sabes muy bien que si te ven conmigo, tu reputación no será buena para el que escojas para casarte.

—¿y si te quiero es a ti?

—no seas insistente ¡Joder! Que no soy hombre de una mujer.

Y sin darle tiempo de responder, tomo la primera camisa y chaqueta que veo, para salir a donde carajos sea.

No quería hacerle daño, pero es insistente esta mujer. Luego lo agradecerá.

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