Edith terminó de levantar la mesa y se dirigió a la cocina.Lavó los platos bajo la atenta mirada del hombre.Él nunca en su vida vio que su madre y mucho menos su novia, se dignara a lavar los platos y estaba seguro que en vida de su marido, Edith tampoco lo hacía, tendría empleadas que se dedicaban a esa labor.-Te puedo poner empleadas, que no seas más la cenicienta, ni que salgas a trabajar por la noche.Quería convencerla de alguna manera.Ella le sonrió sin dejar de arreglar la cocina, dejando todo en perfectas condiciones, antes de ir a trabajar.Hasta le escribió una nota a Facundo, donde decía que se podía calentar por la noche, ya que ella en ese horario, trabajaba.-Lo voy a pensar.Le volvió a contestar Edith.Lorenzo trató de cambiar de táctica.Se acercó a ella, abrazándola por detrás.-Edith… por favor, siento que te estoy compartiendo con cientos de desconocidos y quiero que seas solo mía.La madre de Facundo no supo qué pensar sobre esas palabras, pero se estremeció a
Al llegar a su casa, Majo, no podía apartar de su mente a esa mujer, ya se había dado cuenta que no era alguien común, no era una más, aunque seguía pensando que era sólo alguien que se desnudaba por unos pesos.Sabía que Lorenzo estaba loco por esa mujer, pero aunque tenía un cuerpo de infarto, eso le costaba reconocerlo, no podría ser más que una amante para él, por ella jamás se cortaría la relación.¿Entonces por qué estaba segura que él estaba por terminar con ella?¿Estaría equivocada?Quizás él sólo estaba pasando el rato con ella.Por más que la desee con toda su alma, jamás seguiría adelante con esa mujer, a lo sumo, le pondría un departamento y la convertiría en su amante, alguien a quién él escondería.-Yo soy la candidata para ser su esposa.Murmuró Majo, mientras pensaba que si esa mujer sería tan importante para él, ya le habría puesto un departamento y eso no había sucedido, porque ella misma los había visto entrar a un hotel varias veces.También estaba el hecho de que
Lorenzo estaba reunido con Orlando, en la oficina de éste último, cuando su secretaria le avisó que había llegado Leonardo Goya.Lo hicieron pasar inmediatamente, ya que los socios estaban seguros que por fin sabrían que había sucedido, aunque era obvio que a esta altura, para Lorenzo el tema era casi personal. Claro que esa información y las investigaciones de Oscar Yuri, las llevarían a la justicia.Es que en cierta manera, los dos estaban involucrados y se sentían responsables por haber comprado la empresa de Paolo. Leonardo pasó con confianza y se sentó en uno de los sillones individuales que había en la oficina, antes de hacerlo le pidió a la secretaria que le sirviera un whisky.La chica les sirvió a los tres y luego se retiró, pensando que el amigo de sus jefes era un adonis.Luego de intercambiar saludos y decirle a Lorenzo que estaba desaparecido de la acción, porque hacía bastante que no se unía cuando salían con Orlando y luego, pretendió hablar sobre el celular.Antes de
-Se terminan los audios y las conversaciones.Dice Leonardo.-No entiendo como Bernardo no se quedó con el celular que lo podría incriminar.Acota Orlando.-Él se manejaba con otro celular, ese lo dejó en su casa, lo encontró Facundo, hace no mucho.Les explicó Lorenzo, porque eso le había dicho el joven.-Es evidente que Bernardo lo mató.Leonardo no tiene dudas.-Cité a Oscar, ya debe estar por llegar.Les cuenta Lorenzo, en ese momento la secretaria les avisa que el investigador ya llegó.Hablaron entre los cuatro un largo rato.Le sonó el celular a Lorenzo, era Majo.-Estoy reunido.-Todos los días tenés las mismas excusas.-No son excusas, ya basta.-Me estoy hartando.-Me alegro.Le contestó el ingeniero y cortó la conversación.-La semana que viene me voy de viaje con Edith.-¿Vas a formalizar con ella?Le pregunta Leonardo.-¿Qué? No… es sólo…No siguió la frase, porque ni él sabía cómo seguirla.El investigador no dijo nada, pero pensó que esa mujer no era una aventura pasaje
Cuando llegó a la casa de su ex mujer, ella hacía dos horas que estaba desesperada porque su hija no le atendía el teléfono.Sus padres se pusieron de acuerdo en castigarla y por supuesto, se quedó sin posibilidad de ir al dichoso recital.Estaban de acuerdo en ponerle un freno a las actitudes de la niña, por lo que Mónica decidió invitarlo a cenar y Orlando aceptó gustoso.Sus dos hijas estaban asombradas y felices por compartir una cena con sus dos padres.Cuando se retiraron a sus habitaciones, los adultos estuvieron hablando durante un largo sobre la educación de sus hijas, desde el divorcio que no habían hablado como seres racionales y aunque Orlando era mucho más permisivo que Mónica, le dio la razón en todo, él sólo estaba pensando en cómo acercarse a ella, quería recuperar su amor y su matrimonio.-Cada noche, al acostarme, siento que desperdicié la vida, porque no estoy tu lado, mis manos son como el hielo, están congeladas porque necesito tu calor…-No sigas por ahí, sabés q
Lorenzo se despertó temprano, él no solía dormir mucho y al chocar con el cuerpo de la bella bailarina, su miembro se despertó de golpe y toda su líbido se disparó.Comenzó a dejar rastros de su saliva por el sensual cuerpo de Edith.Poco a poco la fue despertando, disfrutando como nunca de la mañana.El fuego que provocó en las entrañas fue una recompensa extra.Pronto Edith le devolvió cada caricia y cada beso.Lorenzo bajó hasta los pies de la stripper y subió de a poco, gozando como nunca antes, sintiendo como ella se estremecía de placer, al llegar a los pliegues de la vagina, se enterró en ella, saboreando el dulce sabor, que para él ya era único e inigualable, estuvo allí, sintiendo como ella se doblaba de placer, hasta que la llevó a la cima del placer, cruzando las fronteras de su piel y llegando hasta el interior del corazón de la hermosa receptora de sus caricias, que se entregó a él, como nunca antes.Al sentirla tan suya, él también estaba dominado por su corazón, porque
El empresario, en un principio, antes de hacer ese viaje, pensaba que al estar algunas noches a su lado, esa obsesión que sentía por ella, iría cediendo, se había dado cuenta que no podía ni concentrarse en su trabajo, porque siempre la tenía a ella en su mente, pero no fue así.Hacía días que no se separaban, que llevaba el sabor de Edith continuamente en su boca y sin embargo cuánto más la tenía, más quería estar con ella.Sentía que surgían sentimientos, que eran para siempre, que estar con ella era estar en el cielo, que era algo mágico.Se sentía embriagado por Edith, tenía la sensación de caminar descalzo sobre la arena blanda, que se escurría entre los dedos de sus pies y sin embargo iba dejando huellas en su camino.Decidieron tomar un crucero por tres días, es que mucho más tiempo no tenían.Lorenzo se contenía para no parecer un guardián, no quería que ella se sintiera como una prisionera, pero realmente todo lo que sentía lo tomó por sorpresa.Cuando estaba con Edith, sentí
Terminaron el crucero estando muy unidos, pensando que iban a comenzar una vida nueva, sólo quedaba hablar con Facundo, Lorenzo creía que no tendrían problemas por eso, pero Edith tenía miedo y vergüenza y realmente no sabía cómo reaccionaría su hijo, es que Facundo realmente amaba y admiraba a su padre. Ella pensaba que la podría acusar de haber olvidado a Paolo o de no respetar su memoria, o tal vez de ser una mala madre. Daría todo por escuchar los pasos de Paolo caminando por su casa, por ver su sonrisa, pero él no estaba, ya casi se desvanecía su perfume en la alcoba que una vez compartieron…No había estado jamás con Lorenzo en esa habitación, ella sentía culpa, por disfrutar de los besos de otro hombre.Mimí le había dicho que aún era joven, que tenía derecho y hasta la obligación de ser feliz.No estaba en sus planes tener algo con otro hombre, mucho menos enamorarse, pero sucedió, Lorenzo no dejó de buscarla, de mirarla con insolencia, desnudándola con cada mirada, haciéndo