—¿Cómo te fue con él? Llegó raro, pero tal vez es porque se siente incómodo con mis primas.
—Me fue bien, pero me encontré con tres clientes del nightclub y peor aún, los más viejos. Me saludaron y sé que eso se debió haber visto extraño. Que tres sesentones te saluden en distintos momentos con beso en la mejilla no es muy común.
—Mierda, ¿c
—¿Así que estabas con unos chicos ayer?Puse mi dedo en su ceja para que la dejara de arquear y lo besé. Entrecerró sus ojos y reí al verlo así. Sé que no estaba realmente celoso.
—Mierda, estoy hasta más nerviosa que tú. ¿Estás segura de que quieres hacerlo?—Chyler, no me mires con esa cara porque de verdad estás haciendo que me arrepienta —mordí mi labio inferior y apoyé mi espalda en el respaldo del sofá—. Mikkel est&a
—Por fin puedes venir a conocer mi departamento. Tres días sin verte, ¿todo bien? —alcé mi ceja cuando vi a Mikkel. Dejó un beso en mis labios e ingresó.—Lamento no haber podido venir antes, he estado con mucho trabajo y no he tenido demasiado tiempo libre —camin&oa
1 mes después—¡Mikkel! ¿No te puedo dejar ni un segundo solo en la cocina? —apagué la sartén en la que estaba haciendo los pancakes y moví mi mano para "alejar" el humo de mi cara—. ¿A caso querías quemar mi departamento para lograr llevarme a
—¿Para dónde vamos?No me molesté en mirarla. Estaba enojado, muy enojado.
Abrí los ojos con dificultad e hice una mueca al sentir un pequeño dolor en el vientre. Miré la habitación blanca, claramente de hospital, y mis ojos comenzaron a humedecerse al ver a mi lado a Mikkel sentado en una silla, con su cabeza apoyada en la cama en la que yo me encontraba y su mano sobre mi barriga. —Esta es difícil; ¿para ti quién era más guapo de joven? ¿Brad Pitt o Johnny Deep?—No me puedes preguntar eso... —abrí mi boca indignada—. Los dos eran y siguen siendo unos papasitos.—Lo sé, pero tienes que elegir a uno —Kasia me miró con los ojos entrecerrados mientras se llevaba un pepinillo a la boca. —¡No puedes enojarte por eso! —me tapé el rostro frustrada. Era increíble, ayer estábamos bien y hoy estábamos como la mierda.—¡No me grites! —gruñó mientras golpeaba la mesa. Último capítuloCapítulo 42: Mensaje de texto
Capítulo 43: Egoísta