—Oye dormilona —me removí en la cama—. Ya llegamos, flojita —sentí el roce de sus nudillos en mi mejilla y sonreí levemente antes de abrir los ojos.
—¿Dónde nos quedaremos?
—¿Estás cansada?—La verdad no —contesté mientras me quitaba los tacones.
Abrí los ojos con dificultad. Nunca antes había dormido tan bien, quería seguir haciéndolo, pero ya era hora de levantarse.Alejé mi cabeza del pecho de Mikkel y suspiré al verlo dormir tan plácidamente. Acerqué mi mano a su frente y le quité unos mechones de cabello que caían sobre su rostro.Definitivamente no estoy arrepentida de lo que pasó, más bien, estoy feliz de haberlo
—Adivina con quién estoy.—Me es imposible saber eso, Chyler.
—Prometiste que nos traerías un regalo —Chyler se cruzó de brazos mientras miraba a Joshua incitándolo a que hiciera lo mismo. Él copió su acción.—Lo siento, chicos. Tuve que venirme muy rápido, en realidad no pensé que hoy volvería a Nueva Yor
(Esto ocurrió exactamente cuando Alyssa vio a Mikkel y Shay besándose)—¡¿Qué te pasa, loca?! —alejé a Shay de mí y busqué con la mirada a Aly, pero ya no estaba—. ¿Por qué vienes así a mi casa? No recuerdo haberte invitado.—Ya no necesito invitación para venir a verte, soy la madre de tu hijo —tomó mi mano y se la llevó al vientre. La alejé de inmediato, puse mis dedos en el puente de mi nariz e intenté tranquilizarme—. Supongo que ahora sí puedo vivir acá, ¿verdad?—No me vengas con esos cuentos, yo siempre utilizo condón, y por lo que tú me dijiste también tomas pastillas anticonceptivas.—Te equivocas, &
No sé cómo me siento exactamente. En realidad, no he tenido mucho tiempo para pensar y asimilar la noticia que me dio Camilla, ya que minutos después tuve que salir al escenario. Intenté olvidarme de eso, concentrarme en la música y hacer mi espectáculo lo mejor que podía después de enterarme de algo que claramente no me ponía nada feliz.Ahora estaba sentada en un taburete bebiendo como si el mundo se fuera a acabar, y la verdad, ya estaba un poquitín descontrolada. —¿Entramos? —miré a Joshua y asentí con una sonrisita. Íbamos a caminar a la entrada del departamento, pero una mano en mi muñeca hizo que diera un paso hacia atrás.—Alyssa... —abrí los ojos impresionada al escuchar su voz. —Dios, se ve incomodísimo ese sofá -murmuré al ver a Joshua durmiendo bastante chueco.Fui hacia la cocina y puse a hervir agua. Abrí el refrigerador e hice una mueca al no ver demasiada comida. Quería hacer un buen desayuno para él, pero en realidad no tengo demasiados ingrediCapítulo 24: Hermoso
Capítulo 25: Créeme