Irina y Jack.

Afuera hacía frío expulsaba de mi boca el humo del cigarrillo tenía poco tiempo para armar un plan, no había ahorrado nada de dinero para huir yo sola, subir mis calificaciones, imposible ya el semestre está por terminar, aunque… podría convencer a algunos de los profesores, pero no a todos ¡Mierda! ¿Cómo pude dejarme engañar? Mi madre tiene razón Olivia parecer ser la del cerebro aquí.

— Futura cuñada, me regalas uno de esos –Jack estaba frente a mí con su traje y un corbatín negro sonreía con amabilidad.

— Mi hermana odia este vicio ¿Le has dicho que fumas? –Sonreí con coquetería ofreciéndole uno de los cigarrillos de mi caja.

— Siempre llevo de estos –Se saca del bolsillo una caja de mentas extrafuerte.

— Muy astuto de tu parte cuñado –Fijé mi mirada en la vista a las montañas todo se veía oscuro y la luz de la luna iluminaba todo. –Supe que William no es tu primo en realidad.

— ¿No lo sabías? –Preguntó sorprendido y negué sin mirarlo. –Pues no su padre es el mayordomo