Emma.-

Caminé por los pasillos del hospital sintiéndome perdida, mentalmente estaba agotada por todo, esperar un donante para Sophie, la recuperación de Noah, descubrir la verdadera cara de mi madre, no puedo creer que sea hija de una mujer así y que nunca conoceré a mi verdadero padre.

Llegué a la sala de espera me extrañó o ver a Joel o a David giré hacia la habitación donde se encontraba Noah y me detuve quedándome paralizada un lagrima se deslizó por mi mejilla al verlo en esa cama la mayor parte de su cuerpo estaba inmovilizado, en su rostro llevaba una placa metálica y adicionalmente el respirador estaba irreconocible, aun cuando se sabía que se iba a recuperar no era fácil verlo de ese modo tan vulnerable.

En el pasillo escuché voces que llamaron mi atención, me acerqué y me sorprendió ver a la que fue la inversora de mi padre hace años, tenía los ojos rojos y mi padre estaba hecho una furia.

— ¡Noah es mi amigo! Tenía que ayudarlo.

— ¡ME MENTISTE LESLIE! –Le gritó enojado. –Tu