Jen SaldañaMiamiEse día se me pasó terriblemente lento y fatal en la clínica. Después de conocer mi triste realidad por un lado, pero feliz por el otro. A pesar de que no me ví casada nunca tan joven y menos con hijos, lo cierto era que desde que supe que Luz Mary estaba embarazada de mis sobrinos yo me volví loca de amor por ellos y amé a ese par de hombrecitos desde el día que llegaron a este mundo y se convirtieron en la luz de mi vida.Desde el momento en que tuve en mis brazos a mis sobrinos recién nacidos lo supe, que aunque no fuera la esposa de nadie, aunque no estuviera compartiendo mi vida con nadie, sí quería ser la madre de alguien algún día y estaba ahora a punto de serlo, madre soltera, pero madre al fin y al cabo.Lo que nunca pensé fue que ese día ya había llegado y a pesar de que sabía que en mi casa la tormenta que se venía era peor que un tsunami, tenía que enfrentar la realidad que ya tenía encima que iba a ser madre y madre soltera pero de algún modo ese ser her
Jen SaldañaMiamiTenía razón, cuando se notara ya sería demasiado tarde para dar explicaciones, ahora era cuando debía salir a luz la verdad.–Así es Emiliano y la gran ventaja que tengo es que mi familia es muy religiosa y no se opondrán por ningún motivo a que tenga a mi bebé y eso es lo mejor de todo que no sugerirán ni por error que me deshaga de él.Lo malo era la otra cuestión, que no habría boda, ni siquiera por el civil, de eso si me esperaba una gran regañada y buena reprimenda.–En eso tienes razón Jen y yo lo voy a querer mucho, será mi sobrino o sobrina y aunque no es la situación ideal, mi mamá dice siempre que un bebé siempre trae bendiciones a quién lo espera.–Sí también eso dicen en mi casa, pero bueno. – Era algo ilógico tratándose de mí. – Vamos a cerrar y nos vamos a mi casa.–Sí Jen, vamos a cerrar. – Aceptó mi sugerencia.Cerramos la clínica Emiliano y yo, después de eso nos fuimos a tomar un taxi para irnos a mi casa. No quería caminar demasiado porque no sabía
Jen SaldañaMiami–Cállate Jennifer – Mi mamá me dio una cachetada – Eres una cínica, una infiel y una desvergonzada. Pobre de ese chico Jacob, pidiéndole matrimonio a una mujer que ya estaba premiada por otro y lo peor que ni tú misma sabes quién es el padre del bebé que esperas. Eres una decepción Jennifer ¿Cómo has podido hacernos esto?, ¿Cómo hija?Mis lágrimas bajaron por mis mejillas, era la primera vez que mi mamá me pegaba, en mi vida habia conocido un golpe de su parte, me sobé la mejilla y sospechaba que mi madre lo estaba lamentando, me miró con ojos de espanto, a ninguno de mis hermanos ni a mi nos había pegado, hasta ahora que recibo una tremenda cachetada, que de seguro se me iba a quedar los dedos marcados por días.Jacob se estaba librando de una buena reprimenda, dejaría que toda la culpa recayera en mí. Y solo pedía que se quedara por donde estuviera, porque este enredo se iba a intensificar. Ya había soltado la bomba y ese habia sido las consecuencias de la detonaci
Jacob SmirnoffNew York– ¿Jake, por qué no me habías dicho nada? – Me recrimino. – Veo que esto te ha pegado muy fuerte.Decir eso era poco, sentía que me iba a morir de tristeza, ya ni sabía cuantos días habían pasado de junta en junta, estaba viviendo como en un limbo, como si esto no me estuviera pasando a mí.–Hermano, la amo con toda mi alma, y solo necesito comunicarme con ella. – Quise probar suerte con Boggi.Mis hermanos podían contar conmigo en lo que fuera, pero esto ya no lo quería para ninguno de los tres, inventaría algo que nos pudiera sacar siempre de este apuro a los tres, estaba pensando en tener un celular auxiliar, para cuando a papá se le ocurriera hacer uso de su antiguo castigo.–Lo siento Jake, papá también me quitó el celular, me dijo que mejor prevenía. – Dijo afligido.Me imagino que yo soy esa prevención, ahora si estaba todo perdido. Me lavé la cara para poder despejarme un poco, mi hermano me pasó de las servilletas que se encontraban dobladas, para que
Jacob SmirnoffNew YorkCuando ya me estabilicé un poco después de haber ingerido algo de alimento y los dos jugos, me sentí mejor y más hidratado. Pensé que ya iba a estar mucho mejor, caminamos todos rumbo a los vehículos de la constructora para irnos al recorrido y de camino mi hermana Sasha quién nos esperaba en el hotel, le llamó a mi mamá y luego ella muy molesta, comenzó a regañarme.–Jacob, ¿Por qué no me dijiste que tenías que ir hoy a hacerte unos análisis? – Me reclamó mi mamá – Sí no me llama tu hermana Sasha, yo ni enterada. Respóndeme hijo, no puedo creer que seas tan irresponsable en cuestión de tu salud.Mamá tenía razón no debíamos anteponer otra cosa a nuestra salud, pero se me había hecho fácil esperarme un poco en la mañana. No lo volvería a hacer, porque de verdad me encuentro fatal.–Mamá, lo que pasa es que yo pensaba ir en cuanto saliéramos de la primera junta, pero con esto que me ha pasado del malestar ya no alcancé. Mejor espero a resolver esto el día de hoy
Jacob SmirnoffNew YorkCuando todos ya habíamos firmado, entró Milenka, la esposa de Matt y dejó entrar al servicio que se había contratado para la ocasión, nos empezaron a repartir a todos copas con champaña y nos ofrecían también canapés y unos rollos de carne, el sólo oler todo eso me hizo que me diera de nuevo un connato de nauseas, que afortunadamente esta vez pasó muy rápido.Los olores ahora me ocasionaban bastante malestar en el estómago, por eso habia dejado de usar mi colonia favorita. Tendría que buscar algo más cítrico, porque ahora me resultaba muy empalagosa. Un aroma que antes me encantaba se habia vuelto insoportable.–Muy bien, Matt, has por favor el brindis oficial –Le pidió mi papá – Por el éxito del inicio de este gran proyecto.El primero de muchos otros, cuando ya se tuvieran los terrenos liberados en las otras ciudades donde se llevarían a cabo las demás clínicas, porque esto no acababa aquí, apenas estábamos comenzando. –Muchas gracias a toda la familia Smi
Jacob SmirnoffNew YorkSentí que me levantaban y que me subían en algo duro, con una superficie acolchada y así fue como me sacaron inconsciente de la sala de juntas, mi cuerpo lo sentía en el aire, me sentía liviano como si fuera volando en una nube, pero sentía paz. Escuchaba a lo lejos las voces de mis papás, de mi hermano Boggi y de Matt, este último pidiéndoles a mis padres que le avisaran lo que pasara conmigo.–Yo me iré con mi hijo en la ambulancia – Dijo mi mamá – Los veo en el hospital a ti y a Boggi.Era todo el ajetreo que escuchaba a mí alrededor, pero todo en mi interior lo sentía con mucha calma, como si me hubieran dado algo para dormir, a mi mente llegaron esos momentos tan hermosos que habia pasado al lado de Jen. No me dio miedo si ya no despertaba, mi último recuerdo bonito venia a mi mente sin siquiera proponérmelo. Sonreí, Jen era tan linda, sus labios me dieron un beso en la frente, era lo único que necesitaba.–Si mujer, allá nos vemos – Respondió mi papá. – V
Jen SaldañaMiamiLa noche que les confesamos todo a mis padres, ellos se quedaron muy molestos cuando hice mi maleta para irme a quedarme a casa de Emiliano, dónde afortunadamente fui muy bien recibida por su mamá, aunque esa noche no convivimos mucho y sólo llegamos a dormir. Fue hasta la mañana cuando ella muy linda, nos preparó de desayunar. No sabía ni que decirle, me apenaba el caso en el que nos encontrábamos Emiliano y yo.–Hola buenos días, chicos, ¿Cómo durmieron, pasaron bien la noche? – Nos preguntó Nora, la mamá de Emiliano – Espero que hayan podido descansar.Yo no había pegado el ojo en toda la noche, solo que quedé despierta pensando en lo fatal que estaba mi vida, solo mi pedacito de cielo me causaba alegría, por él tenía que luchar contra todo. –Hola buenos días, mamá – Respondió Emiliano – Sí, pudimos descansar un poco, muchas gracias.Pues al parecer tampoco pudo dormir mucho que digamos, sus ojeras se marcaban un poco, pero como habíamos llegado un poco tarde se