Jacob SmirnoffMiamiYa que nos habíamos despedido de mis padres, nos fuimos a dejar a las chicas a sus respectivas casas, buen también a Boggi, en casa de Don Porfirio, porque no se iba a quedar conmigo después de todo. Él seguía de necio que se quería quedar con Dulce. Y ya nuestros padres no interfirieron, porque tenían que respetar su decisión.–Jen, preciosa, ya me gustaría que nos fuéramos a vivir al departamento. – Era mi sueño.Ya así tendríamos nuestro lugar, para nosotros solos, y así no estar yendo y viniendo de un lado para otro, la traería todos los días a la clínica o le compraría un auto para que ella se moviera por la ciudad, sin ningún problema y sin tener que usar la bicicleta, porque eso les podía hacer daño a nuestros bebés.–Yo igual amor, necesitamos dormir todas las noches en tus brazos. – Dijo con un puchero.Yo sabía que nuestro bebitos, iban a estar bien protegidos por los dos, eran el fruto de nuestro amor, por lo consiguiente los tendríamos muy consentidos,
Jacob Smirnoff MiamiLlegado el fin de semana, todo estaba en orden en la casa de mis padres. Desde muy temprano, llegaron casi al amanecer los proveedores y las personas que iban a montar una carpa para hacer de la fiesta de mi compromiso con Jen, algo hermoso y espectacular. Porque esto tenía que ser algo inolvidable, que todo el mundo recordara el día que nos comprometimos Jen y yo.Al levantarme, desayuné con mi familia y apenas tuve tiempo después de llamar a mi hermosa Jen, a la que no pude ver durante todo el día, hasta que llegó la noche. Porque nos habíamos enfrascado mi familia y yo en la organización y supervisión de la gran fiesta.–Hermanito, te ves guapísimo – Me halagó Sasha – Espero que no estés muy nervioso de pedirle hoy a Jen, que se case contigo.No me sentía nervioso, solo quería que ya estuviera aquí mi preciosa mujer, deseaba que llegara ese día soñado en lo que nos diríamos frente a todo el mundo cuanto era que nos amábamos y cuando diríamos el sí.–Tú estás m
Jacob Smirnoff MiamiEl tiempo había pasado tan rápido que ya estábamos preparando todo para la boda, que sería también en casa de mis padres, el jardín estaba siendo remodelado, así que en los siguientes dos días debían estar instaladas todas las decoraciones, se había rentado un conjunto de juegos infantiles, porque toda la familia de Jen, se iban a venir a la boda desde México, con todos los niños incluidos.Luego de que ya habíamos llevado todos los documentos a certificar, Jen y yo nos pasamos al departamento, todos estos días habían sido de mucho estrés y yo no quería que ella se me fuera a poner mal, así que Melanie y Don Pancho nos habían acompañado a hacer todos los trámites y ellos después de eso se fueron a su casa.–Jake, amor, tengo antojo de algo, pero no sé de qué. – Los antojos de Jen eran muy raros casi todas las veces. – Quiero algo fresco, como una limonada o un agua de coco, o los dos.No me podía imaginar cómo sería esa combinación, pero tenía los ingredientes, y
Jen Saldaña MiamiHoy es el día más feliz de mi vida, por fin nos vamos a casar Jake y yo, y no sentía ese ataque de pánico como decían que se sentía, al contrario podía saltar de pura felicidad. Escuchaba todo el revoloteo en el jardín de la casa de mis suegros, toda la familia había llegado a ayudar con los últimos detalles.Entre mis primas y mis cuñadas me habían ayudado a poner el vestido, me maquillaron y peinaron, ya saben, Luz Mary, era experta en todo eso y el maquillaje qué me hizo, era tan sutil y a la vez tan deslumbrante que todas habíamos quedado encantadas, las cinco eran mis damas de honor y claro Sasha también estaba incluida.De parte de Jake su padrino era, Boggi y los acompañantes de mis cuñadas eran mi hermano Ethan, mi hermano Liam y mi prima Lupita, había traído a un chico muy bien portado que se veía que la quería y lo más gracioso del mundo era que el chico a pesar de tener mucho dinero, se veía su humildad y a Sacha la acompañaría uno de sus primos.Tocaron
Jen SaldañaMiamiMeses despuésComencé con los dolores de parto muy fuertes, estando en el departamento con mi amado Jake, el pobre se había quedado dormido pues estaba muy cansado. El último mes de mi embarazo estaba resultando ser, toda una pesadilla, tenía muchos dolores y varias veces tuvimos falsas alarmas pensando que ya iban a nacer nuestros bebés, pero aún faltaba algo de tiempo, pero ahora estaba casi segura que, ya estaban por nacer.Los dolores se intensificaban más y más, por lo qué muy a mi pesar, tuve que despertar a Jake, estaba segura que no era una falsa alarma, nuestros bebes ya querían conocer el mundo.–Jake, amor creo que ya van a nacer nuestros bebés – Le dije al oído – Despierta, por favor, me duele mucho el vientre y la espalda, por favor amor, despierta.–Jen mi amor, tranquila – Respondió adormilado – No hagas esfuerzo, te llevaré de inmediato al hospital.–Gracias, mi amor.Jake tomó la mochila que llevaba ahí lista para este asunto desde hacía un mes, cuan
Jen SaldañaMiamiCuando ya estaba más recuperada, y había visto y detallado a cada una de nuestras hijas, llegué a la conclusión, que la sangre de Jake, era mucho más fuerte que la mía. Nuestras dos bebitas iban a heredar los rasgos de la familia Smirnoff.–Jake, amor, la gente va a pensar que nuestras hijas están feas – Le dije de pura broma – ¿Ya les dijiste a nuestros padres?–Jen, mi amor, están tan hermosas, como tú – Respondió admirado – Mira que cositas tan más lindas.–Sí, mi amor, pero se parecen a ti. – Le dije con una sonrisa en los labios.Nuestras dos hijas, tenían apenas el asomo de una capa de pelo, en color dorado, y una piel tan blanca y sonrosada, tenían los ojos cerrados y claro todavía no íbamos a saber de qué color serian, pero estaba segura que sería tan azules como los de su padre, estaban dormidas y Jake, tenía a cada una en un brazo, las enfermeras encargadas se las habían colocado así, y le había pedido que me tomaran muchas fotos de ellos tres.Todos nuestr
Jacob SmirnoffMiamiPara esto ya se habían reunido muchas más personas, habían llegado Emiliano, su mamá y ahora su novia Bethany, pero ellos se fueron a los pocos minutos que llegaron, pues me imaginaba que al ver a tanta gente, nos quisieron despejar un poco. Pero los demás parecía que nunca se iban a ir, necesitaba que mi mujer y mis hijas descansaran.No es que fuera un mal educado y los fuera a correr a todos, solo era que simplemente, había sido demasiado movimiento y un trabajo de parto era muy cansado, Jen necesitaba dormir, sus ojos estaban a cada rato a punto de cerrárseles. Pero no podíamos hacer nada, para impedir que estuvieran aquí.Toda la familia estaba reunida, hasta nuestros sobrinos, los hijos de Ethan y Luz Mary, porque ellos no se iban a perder, el conocer a sus primas, que fueron sentados y a cada uno se les puso en sus brazos a una de las bebés, estaban encantados.–Muy pronto será el bautizo, yo digo que sea pronto y hay que ver quiénes serán los padrinos. – D
Jacob Smirnoff Miami Dos años después Estaba viendo los álbumes de fotos de nuestra boda y de los días posteriores al nacimiento de mis hijas, ya habían pasado dos años. Y nuestra felicidad iba aumentando cada día más. Veía las fotos de mis hijas y me maravillaba de lo bien que habían crecido y no nos habían dado ninguna molestia por enfermedad, desde que habían nacido. Jen y yo, terminamos por llamarle a nuestras hijas, en nombre diminutivo para no estar llamándola cómo nuestras madres, Lanie, era la más inquieta de las 2, con ella, teníamos que estar pendiente de todo, mientras que Rina, era muy quieta y obediente. Pero entre las 2 habían revolucionado nuestro mundo. –Jake, ya hay que bajar amor ya todo está dispuesto en el jardín solo hace falta que bajemos nosotros así que vamos. – Me dijo mi esposa. En cuanto Jen, entró a la habitación me paré de la silla y fui abrazarla y besarla, porque mi mujer me encantaba cada día más, vivíamos en una constante luna de miel, aún con las