*—Diego:Estaba perdido entre el dolor y el mareo que el golpe le provocó.Diego trató de enfocar su vista, pero el mareo estaba haciendo mella en él. Sin embargo, sintió como su padre lo movía y luego lo sentaba en uno de los sofás. La gran mano de su padre le acunó la mejilla afectada y Diego siseó de dolor. Estaba lastimado tanto por fuera como por dentro y maldijo en su mente.—Diego, yo… —lo escuchó hablar y Diego abrió los ojos para enfocarlos en su padre ante él, quien tenía una mirada preocupada y parecía que el haberlo golpeado le había afectado.Diego empujó su mano y se puso de pie. Aún se sentía mareado, pero no quería estar más tiempo en este lugar. Era increíble que su padre le golpeara por haberle dicho la verdad. Sí, quizás le faltó un poco al respeto al hacerlo, pero no había dicho ni una sola mentira. Lo que más le molestaba era que se viera ahora como si el golpearlo le rompió el corazón. Quizás era la primera vez que le ponía la mano encima, pero con sus palabras y
*—Diego:No tenía idea quien podía estar en su apartamento, pero estaba cansado como para levantarse, asi que se quedó allí en el mismo lugar. La puerta estaba abierta y podía ver quién se acercará a esta habitación. Sin embargo, no fue la figura de su madre la que apareció por esta, sino la de su novia.Sintió alivio, pero luego sintió vergüenza al ver la expresión de sorpresa de Sienna. Sin embargo, unos segundos después su novia cambió su expresión para verse aliviada de verlo. La vio acercarse, pero la misma no le habló ni se quejó sobre el desastre de su estudio, lo único que hizo fue sentarse en el suelo frente a él, sin importarle que este estuviera sucio de pintura acrílica.Diego hizo una mueca y luego miró hacia la mano de Sienna. Trajo consigo una bolsa de una farmacia. Seguramente Thiago se enteró de la pelea y fue el primero en avisarle a Sienna para que lo buscara. Siendo su novia, era obvio que sabía dónde podría estar. —Hace un poco de calor, ¿no? —escuchó que Sienna
*—Diego:Al ver que Sienna comenzaba a desnudarse, Diego sonrió ligeramente y se apartó para apreciarla.La miró atentamente, Sienna se quitó la camiseta que llevaba, dejándola caer al suelo y quedando en su sostén de color marrón. Diego se relamió los labios viendo cómo sus turgentes pechos bailaban mientras esta forcejeaba con el vaquero que llevaba. Se mordió los labios cuando se quitó el pantalón, dejándole ver la ropa interior que llevaba. Eran unas bragas negras y cómodas para su cuerpo y, aunque para otros hombres no era sexy, para Diego quien estaba loco por su novia, las encontró muy sensuales.Su novia le dio una mirada mientras se abrazaba a sí misma, tratando de ocultar su cuerpo de él. Entendía que estaba avergonzada por sus kilitos de más, pero habían establecido que a Diego no le importaba esto, que le encantaban sus rollitos y que incluso los encontraba sexy.—Sienna —la llamó tiernamente y su novia hizo una mueca, pero dejó sus brazos caer.Diego sonrió complacido y s
*—Diego:No podía dejarla ir.Diego la apretó entre sus brazos y escuchó como Sienna se quejaba. Aligeró su agarre mientras se separaba de ella para mirarla con una mueca.—Lo siento, yo… —se disculpó Diego.Sienna sonrió.—Está bien —murmuró Sienna y luego agarró a Diego por los hombros.Diego sonrió cuando esta lo empujó hacia un lado en la cama y su sonrisa se ensanchó más cuando esta se sentó sobre su pelvis. Aún no había vuelto a la fiesta, pero cuando Sienna se inclinó hacia él y comenzó a besarlo mientras acariciaba su pecho, Diego se dijo que no pasaría mucho tiempo antes de que volviera a la misma.Las manos de Sienna se movieron por su pecho y la vio contemplar los músculos, mirándolo como si fuera un monumento digno de admirar. Diego colocó los brazos detrás de la cabeza y disfrutó ser comido por la mirada de su novia. Le gustaba provocar esa admiración en esta y se dijo que tenía que trabajar más para que Sienna continuará comiéndoselo con la mirada.Sienna acarició sus pe
*—Diego:Sienna iba a irse y lo iba a dejar allí en Seasons.Había pasado una semana desde que Diego y Sienna hicieron el amor, y desde que se enteró de que el padre de Sienna aprobaba su viaje a Francia. Diego había tratado de mostrarse positivo, de no dejar que esto le afectara y tampoco que sus pensamientos se notaran en su rostro. En verdad lo había tratado con muchas fuerzas, pero no importaba lo mucho que fingiera, no estaba bien.Sabía que era el sueño de Sienna y sería muy egoísta de su parte intervenir en este, pero una parte de él deseaba que Sienna pensara en ellos y que decidiera quedarse. Sin embargo, Diego no podía permitirlo, no podía hacer que esta se quedara por ellos, pero tampoco quería dejarla ir y la encrucijada que tenía, lo estaba volviendo loco.Después de ese día, Sienna y él habían actuado como si lo del viaje no fuera un hecho. Su novia aún no se lo había dicho y Diego no comprendía por qué se tomaba su tiempo. ¿Tenía miedo de decírselo o algo por el estilo?
*—Sienna:Estaba en una encrucijada.Sienna soltó un suspiro y bajó la mirada hacia su teléfono en donde había recibido un mensaje de Diego en el que este le decía que se reuniría con los chicos y que luego iría a verla para que pasaran la tarde juntos. La encrucijada no era pasarlo juntos o que Sienna le iba a enseñar a hornear cuando se vieran, no, no era eso, era que su viaje a Francia había sido aprobado por su padre y Sienna no sabía qué decisión tomar ahora que estaba feliz con Diego.Aún no podía creer que Layla había convencido a su padre de aprobar su viaje, algo que había sucedido hace una semana, el día que había estado con Diego luego de la pelea con su padre. Después de hacer el amor y estar juntos durante la tarde, se habían quedado en el apartamento de Diego para pasar la noche. Sienna se había quedado dormida luego de estar en sus brazos y despertó a la hora de la cena. No había revisado su teléfono para poder tener toda su atención en su novio, pero aprovechó que Dieg
*—Diego:Era su cumpleaños, pero Diego no estaba del todo feliz.Se había dicho a sí mismo que se mantendría positivo, que disfrutaría todo lo que pudiera de Sienna y que pasaría tiempo de calidad con esta, pero esos pensamientos no llegaban a él del todo. Aún no estaba feliz y solo pensaba en cuando sería el día en el que tendría que decirle adiós a Sienna. Parecía que no era pronto, porque no veía a Sienna en planes de ello. Más bien, estaba más a su lado que nunca y si su viaje estaba a la vuelta de la esquina, la misma estaría enfocada en ello y no era de esa forma.Diego se preguntaba cuando Sienna se lo diría, había creído que aquella vez en la que estuvo en su casa para hornear, al fin lo haría, pero Sienna no parecía que fuera a decírselo pronto, pues actuaba muy normal, como si nada pasaba. Diego estaba lleno de incertidumbre, porque no sabía cuándo sucedería el momento.¿Qué debería esperar de ello? ¿Debería dejar de ser un cobarde y traer a colación este tema? Era mejor que
*—Diego:Sienna lo guio lentamente hacia el lugar destinado. Salieron de la casa, pero parecía ser por atrás, pues volvía a sentir el olor al otoño y la fresca brisa, además de que podía sentir bajo sus botas las hojas rompiéndose y el suelo más suave que el camino de la entrada. Se movieron lentamente y, como Diego se estaba guiando de los sonidos y de su nariz, pudo identificar el olor a agua estancada. Parecía que lo estaba llevando hacia el lago.—Levanta el pie, como si fueras a subir escaleras —le indicó Sienna una vez que se detuvieron y así Diego lo hizo.Alzó su pie y lo lanzó suavemente hacia delante como si estuviera subiendo escalones, su pie conectó con una superficie un poco alta y luego se impulsó subiendo el otro. Se sentía como si estuviera sobre una superficie de madera. Golpeó con las botas el suelo y sonó como lo que había esperado que fuera, era madera.¿Dónde diablos estaban? El olor del lago era más evidente ahora y la curiosidad estaba matándolo.Continuaron ca