Capítulo 38
“Venderse el cuerpo” … Qué palabras ofensivas…

El rostro de Dafne se puso completamente pálido, mientras que el ambiente en el coche se volvía aún más tenso. Darío intentó aliviar la situación:

—Bueno, entonces nos reuniremos la próxima vez cuando tengas tiempo.

Sin embargo, la tensión no disminuyó, siempre había una gran distancia entre Dafne y Hans. En ese momento, el teléfono móvil de Dafne sonó. Era una llamada de Celia, quien dijo:

—Esperanza ya está bien. Hemos regresado a la capital. ¿Dónde estás? ¿César te hizo algo excesivo?

Habían ocurrido demasiadas cosas ayer y Dafne no pudo explicarlas claramente por teléfono, así que simplemente respondió:

—Te lo contaré cuando vuelva.

En ese momento, escuchó la voz dulce e infantil de Esperanza:

—Mamá, ¡te extraño mucho! ¡Regresa pronto para estar conmigo!

La voz asustó mucho a Dafne, quien rápidamente cubrió el auricular con la mano, temiendo que Hans, quien estaba a su lado, pudiera escucharla. Afortunadamente, su viejo teléfono no ten
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