Capítulo 40
A nadie le gustaría trabajar a tiempo parcial en los clubes nocturnos, pero ella realmente necesitaba dinero.

Dafne mordió su labio y dijo:

—Pero, señor Rivera, ¿se le olvidó que me dejó sin empleo? Ahora ninguna empresa en la industria quiere contratarme. Necesito dinero para sobrevivir. Si no consigo un trabajo a tiempo parcial, mañana estaré pasando hambre.

Hans la miró fijamente, confundido y con un rastro de decepción. Hace un mes, aprovechando su poder y recursos, logró hacer que fuera despedida de la estación de televisión. Creía que ella vendría a rogarle, incluso a través de Darío de manera indirecta.

Sin embargo, ella no hizo nada. Simplemente salió de la estación de televisión tranquilamente y buscó otro trabajo. Aunque había enfrentado muchas dificultades, nunca le rogó ni una vez.

—¿Es tan difícil rogarme? —preguntó.

—¿Rogarte serviría de algo? Si te suplico que me perdones, ¿de verdad lo harías? Pero sé que merezco todo esto, por lo que lo acepto. Solo te ruego que no me
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