Dafne no podía evitar dejarse llevar por pensamientos especiales.

Eran una pareja joven mientras que el hombre era guapo y la chica era hermosa. Además, eran ambos normales en la capacidad de aquel aspecto… Habían pasado toda la noche juntos. Sería imposible que solo estuvieran charlando tomando las manos…

Dafne creía que había entendido lo que Hans quería decir. Antes de que Hans terminara sus palabras, ella lo interrumpió:

—No, gracias. Puedo tomar un taxi.

—Esta zona es difícil encontrar un taxi. Le pediré a Rodrigo que te lleve al aeropuerto —dijo Hans sin dejarle espacio de rechazarlo.

Él había sido una persona dominante.

Dicho esto, él pasó directamente junto a ella. Dafne percibió en él una mezcla de olor a tabaco, alcohol y un tenue aroma a perfume. Era aroma a gardenias, un perfume femenino. En ese instante, aunque Dafne estuviera despierta y fuerte mentalmente, sintió que su defensa interna se derrumbó por completo. Sus delgados dedos se cerraron instintivamente. Tragó saliva