Capítulo 251
Al otro lado del teléfono, la voz de Dylan se puso seria:

—¿Señor Rivera?

—¿En qué puedo ayudarlo, señor Mendoza? —respondió Hans, con un tono frío en su voz.

Aunque estaban hablando por teléfono, se podía percibir la tensión en el aire.

—Pásame a Felicia, por favor.

¿Felicia? Aquí no hay ninguna Felicia Mendoza, solo estaba Dafne Veras. El hombre respondió con frialdad:

—Lamento decirte que ella no está disponible para hablar en este momento.

Dicho esto, Hans colgó el teléfono directamente. Dylan volvió a llamar, pero Hans lo ignoró y eliminó el registro de llamadas.

***

Cuando Dafne terminó su trabajo, ya era mediodía, hora de almorzar. Se quitó la chaqueta de traje que llevaba sobre los hombros y se la entregó a Hans, diciendo:

—Gracias.

Terminado su trabajo, Dafne quería irse. Pero justo cuando se dio la vuelta, escuchó la voz profunda de Hans preguntar:

—¿Estás segura de que quieres irte así?

Dafne no entendió a qué se refería, por lo que preguntó:

—¿Qué más quieres hacer?

El homb
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