Mackenzie. Boston, 2024, Torre O ´Sullivan. Mientras esperaba la llegada de mi indeseado rescatista, me dio tiempo para sopesar cómo me había librado de lo que probablemente era una muerte segura. Dejé que mi mente regresar al momento en que me encontraba en el interior de esa cabina, relatando paso a paso en mi cabeza, las acciones que me llevaban a estar, en este momento, colgando a varios metros sobre el suelo de una cuerda, que, si no me fallaba la memoria, desde que se había implementado, era la primera vez que se usaba. Pronto en mi recuerdo, me encontré minutos antes que el desastre se produjera. Me vi a mí misma dentro de la cabina, y mi memoria hizo el resto. En ese momento, las sacudidas eran constantes, y extrañas, en un principio me agarré a la sujeta mano que había en la parte de atrás de la cabina, para no caer al suelo, pero, de repente dejó de sacudirse, mientras oía el chirriar de los frenos del ascensor evitando que este se moviera. Fu
Mackenzie. Boston, 2024, Torre O ´Sullivan. Lo suyo hubiese sido que le diera las gracias por haberme salvado, pero eso, en mi estado actual, era algo que no podía permitirme. - “Sin quejarse, Vader bombero, como te dije antes no hacía falta que fueras tú el que tuviera que rescatarme, tienes más hombres que lo pueden hacer, no sé qué empeño tienes en ser tú el único que lo puede hacer, ¿no te han enseñado durante tu preparación como bombero que es el jefe también puede delegar responsabilidades a otros?”- le dije levantándome también del suelo, mientras me sacudía la ropa sin mirarlo a la cara, no quería que mis ojos vieran que, en el fondo, no pensaba lo que decía. -“El problema está, maldita lunática pelirroja, en que no deseo que mis hombres acaben en la cárcel por incumplimiento de sus funciones, al arrojarte por ese hueco del ascensor tras haberte rescatado, en cambio yo soy tan inmune a tus tonterías, que me da igual lo que opines, simplemente he hecho mi trabajo
Mackenzie. Boston, 2024, Charlestown Mansión del O ´Sullivan. - “¿Sabes que soy mayor de edad? y esto que estás haciendo se puede considerar un maldito secuestro, señor O ‘Sullivan”- le dije enfadada a mi padre. Después del incidente de hoy, y ante la ansiedad de mamá gallina de mi madre con por su polluelo, tuve que prometer, que esta noche, cenaría con ellos y la pasaría en la mansión, para lo que no estaba preparada, y desde ya digo que fue una trampa orquestada por el ex CEO de la compañía, o sea mi padre, era que tras cenar, al ir a su despacho para calmarle, por lo que Carlos había descubierto, mi padre ejerciera su poder paterno para obligarme a permanecer en la mansión hasta que las cosas se resolvieran. Solo me faltaba eso. - “Pues ya sabes, denúnciame, ¿Quieres que te marque a la policía?”- me dijo mi padre con una sonrisa ofreciéndome su móvil, ya que sabía que el mío lo había perdido en el accidente, no accidente, en el ascensor. - “Muy gracioso,
Brandon Boston, 2024, Jamaica Plain Casa de la familia Hernández. - “Mamá dime la verdad, ¿es para esto que querías que Louis y yo viniéramos a la fiesta? ¿Verdad?”- le dije a mi madre después de la quinta vez que ella nos redirigía para que colocáramos las serpentinas y globos en la pérgola central del jardín trasero de la casa de mi familia. Mientras, otros bomberos, amigos de mi padre, también engañados, y como único cobro, unas chelas, como solía decirles mi padre, estaban montando las carpas, cerca de la pérgola, mientras las mujeres ponían las mesas con los manteles de flores, que mi madre guardada para estas ocasiones. - “Menos quejarte que te pasa el día subido a escaleras, Brandy.”- dijo mi hermana Megan, que sostenía, innecesariamente, la escalera de ágil Louis que en ocasiones me miraba pidiéndome ayuda. - “Tú, niñata, desaparece, pero ya, o ya sabes a lo que te expones.”- le dije haciendo amago que me bajaba de la escalera. - “¡Mamá!, dile a
Mackenzie. Boston, 2024, en dirección a Jamaica Plain Casa de la familia Hernández. Mientras miraba por la ventanilla de la limusina, decidí que no preguntaría más donde íbamos, mi madre no soltaba prenda, y mi padre, por claro instinto de supervivencia, y para que la mujer que amaba no se lo hiciera pagar más tarde, no iba a soltar prenda. Tenía una ligera sospecha cual era el interés de mi madre, para que yo asistiera a esta fiesta, seguro que la amiga o amigos de mis padres, tenía un ejecutivo, o heredero, soltero al que mi madre intentaría presentarme, con pretensiones claras. No era la primera vez que me hacía algo como esto, por otro lado mi madre debería haber aprendido hace años, que hacerme este tipo de encerrona, sólo la avergonzaba más, desde muy pronto, aprendí que ante estos trucos sucios de mi madre, yo sólo tenía que comportarme como lo que todos creías que yo era, una heredera caprichosa, malcriada y exigente, la millonaria más insoportable y o
Brandon. Boston, 2024, Jamaica Plain, Casa de la familia Hernández. No podía creer que la Lunática pelirroja estuviera en la casa de mis padres, ni que la madre de Mackenzie conociera a mi madre, ni si quiera se movían en los mismos círculos sociales. Sólo había una respuesta lógica razonada a todo esto, nuestras madres tenían un plan que nos incluía a los dos, y esa idea, además de que nuestros sendos padres hubieran huido, sin apenas saludar, como si se desentendieran de todo esto, me dejaban claro que en cuanto pudiera, debía de poner tierra de por medio. La primera, y única vez que lo intente, la señora Hernández,” Ojos de águila”, cortó mi retirada con su mano sobre mi brazo, mientras me miraba, con una clara, y rotunda, mirada de advertencia materna. El “Ni se te ocurra, o la tenemos”- era un maldito cartel de neón en el fondo de sus ojos. Así que tuve que controlar mi instinto de supervivencia, mientras trataba de prepararme para lo que me venía encima.
Mackenzie. Boston, 2024, Jamaica Plain, Casa de la familia Hernández. Sabía lo que estaba haciendo el Vader bombero, creo que yo hubiera hecho lo mismo si él no se me hubiera adelantado antes, así que decidí seguirle el juego, quizás si nuestras madres nos veían intentado matarnos el uno al otro, se replegarían en esa idea que vi brillar en los ojos de mi madre, y que, aunque no lo dijo, lo pensaba claramente. Llevo años esquivando los planes casamenteros de mi madre, me había hecho una experta en identificar esa sonrisita de satisfacción, y ese brillo en sus ojos verdes que dicen claramente “quiero ser la suegra de este hombre, y tener muchos nietos, como él”. Así que por mucho que quisiera disimular, Céline O ´Sullivan, tenía intenciones muy claras, que yo veía, aparte de, gravemente, faltas de lógica, eran muy peligrosas. Que el Vader bombero y yo estuviéramos a punto de sacar los puñales, al puro estilo de la serie Game of Thrones, para apuñalarnos el uno
Mackenzie. Boston, 2024, Jamaica Plain, Casa de la familia Hernández. Descubrí que la madre de Brandon, la señora Kiara, fue la que se habia enamorado en primer lugar del padre de Vader, y lo había perseguido hasta que este se rindió a la rica heredera neoyorquina, cuando los padres de esta, rechazaron al hombre que amaba, Kiara dejó todo atrás, para seguir al hombre que amaba, y hasta día de hoy no se ha arrepentido de su decisión, a pesar de que la familia de la señora Hernández ha intentado, muchas veces, contactar con ella, para que cambie de opinión, o que al menos, les diera su hijo varón, Brandon, que tras abandonar a su parte mexicana, se convertiría en el heredero de toda su fortuna, cosa que le bombero rechazó de primera, desde que oyó a los abogados los padres de Kiara proponérselo a su madre, cuando él tenía dieciséis años, luego el Vader adolescente los expulsó de su casa. Cuando supe esta historia tengo que decir que admiré al Bombero, ser fiel a sus