Isabelle acababa de convertirse en adulta. A diferencia de Yara, ella no estaba tan segura de lo que quería en su relación.

En el caso de Isabelle, ella seguía la corriente de forma natural y tomaba las cosas paso a paso. Por eso se sintió presionada cuando Cedar le preguntó sobre el futuro.

Aunque se sintió presionada, eso no significaba que no estuviera dispuesta a asumir la responsabilidad. No le gustaba pensar en cosas frustrantes, pero eso no significaba que fuera insensata. Más bien, elegía filtrar sus recuerdos para eliminar su infelicidad.

“Sé que eres muy inteligente, a pesar de parecer tonta. Si realmente no sabes qué pensar, trata de hablar conmigo”.

No era como si Isabelle no supiera qué tipo de persona era Joshua. Si ella hablaba con él, todos a su alrededor lo sabrían. Además, no necesitaba a Joshua en absoluto, ya que tenía a Lucas. Lucas tenía una mente clara, y de seguro podía darle la respuesta perfecta.

“No soy una tonta. Tío Joshua, me quejaré con el Hermano Ma