Cedar nunca se refería a ella como Bella o Leoncita frente a ella. Solo la llamaba “Isabelle” con su voz clara y fría.

Ella sintió que su tono de voz era dulce cuando la llamaba “Leoncita”. Desafortunadamente, solo la llamaba así frente al resto de su familia.

Tal vez, él la llamaba así cuando era más joven, cuando aún era demasiado joven para recordar cosas.

“Hermano Mayor, ¿qué estás haciendo?”.

Isabelle estaba acostada al borde de la cama. Esperó pacientemente a escuchar a Cedar hablar más.

“Todavía estoy ocupado con el trabajo. Los terminaré lo antes posible y me iré a casa”.

“Oh, ya veo. Te extraño”, respondió Isabelle.

Aunque Isabelle decía que lo amaba y lo extrañaba como si nada, el corazón de Cedar todavía latía más rápido cuando escuchaba esas palabras de ella. Sus palabras causaban un ligero estremecimiento en su corazón cada vez que las decía.

Él sabía que ella era su veneno. No había cura para el veneno de su vida.

¿Por qué la amaba tan profundamente?

Cedar no te