“Porque me siento feliz. Ven, vamos a participar en la reunión de padres y maestros”.

“De acuerdo. Puedes ir delante de mí”, dijo Zachary.

Cargué a Bella y caminé frente a Zachary.

En nuestro camino, pregunté para averiguar dónde estaba la Clase A de tercer año de la secundaria.

Tardamos más de diez minutos en llegar frente al salón de clases de Cedar.

Fui a la puerta y saludé a la profesora. “Profesora, hola”.

Miré hacia dentro del salón de clases. Ya había unos veinte a treinta padres sentados adentro, con sus hijos a su lado. Cedar era el único que no tenía a nadie con él, estaba completamente solo. Me dolió cuando vi lo solo que estaba.

Él estaba acostumbrado a hacerlo todo por su cuenta. Ni siquiera quería molestarnos con su reunión de padres y alumnos.

Su profesora preguntó sorprendida: “¿Puedo saber quiénes son?”.

Sonreí suavemente y me presenté: “Soy la madre de Cedar”.

La profesora parecía aún más sorprendida, como si estuviera incrédula.

Luego le preguntó a Cedar: