Punto de vista de Camelia:

Pasaban los días. Vivía en una casa lujosa, vestía ropa nueva todos los días, comía muy bien.

Todo lo que quería comer, era preparado ante mí en unos pocos minutos. Nadie se atrevía a faltarme el respeto.

Pero no me sentía bien. Lucifer era demasiado controlador y posesivo. Él designó guardias femeninas, a mi alrededor. No quería a ningún hombre cerca de mí, incluso si fuera un guardia.

Lucifer me cogía, cada vez que tenía la oportunidad.

Me cogió ayer tantas veces, por la noche; luego por la mañana, después de que nos despertamos. Entonces, cuando nos dirigimos al baño para darnos una ducha, tampoco dejó escapar la oportunidad.

Me cogió en la bañera, en la ducha, contra la pared; todas las veces, él se venía dentro de mí.

Para ser honesta, él lo hacía un poco fuerte y yo estaba dolorida. Más que agotada.

Después del desayuno, él se fue al trabajo; pero llegó más temprano que de costumbre. Estaba viendo la televisión acostada en la cama, cuando él ent