Punto de vista de Lucifer:

Han pasado unos meses desde que Camelia, finalmente, se convirtió en mía. Y tenerla era increíble.

Me la cogía en cada oportunidad y, cada vez que lo hacía, era como si fuera la última vez.

Al principio, pensaba que si podía tenerla siempre en mi cama, cada vez que quería coger, sería el final de mi fantasía.

Claro que la manipulé para que se quedara aquí. Pero ella no tenía que saber esa parte.

Nunca la lastimaba, ni tampoco la obligaba a tener relaciones sexuales conmigo. Ella voluntariamente me dio su cuerpo, y esa noche ella selló su destino.

Cada vez que empujaba mi gran pene dentro de su coño, a ella le encantaba. Sentía su coño contrayéndose alrededor de mi pene, todo su cuerpo temblando de placer.

Y es innecesario preguntarme cómo me sentía, cogiéndola. Su coño era el cielo para mí.

Pero hoy en día, ella comenzó a jugar con mi mente. Pensaba que si la tenía, entonces podría conseguir un poco de paz en mi vida. No tendría que tocarme pensando e