Cauther miró a Casey detalladamente, estaba bañada en sudor y con esas mejillas tan rojas como un tomate. Lo único que le provocaba era seguir dentro de ella para volver hacerle el amor. Pero como era su primera vez, no debía abusar, de todas formas iba a tener muchas otras noches como esas.—¿Estás bien? —Le pregunta incorporándose para quedar de rodillas sobre el sofá —. ¿Te he hecho daño?—No —Responde con un hilo de voz —. Estoy bien —Añade respirando con dificultad.—¿Segura? —Le tiende la mano para ayudarla a sentarse.—Si —Insiste, pero sin siquiera mirarlo la cara.—¿Y porque no me has mirado una sola vez?—Yo… —Dice, luego de tomar la camisa de Cauther para cubrir su desnudez.La pelinegra no tenía idea que decirle, la vergüenza que sentía le impedía si quiera mirarlo a la cara. Y sabía que él la estaba observando con detenimiento. Lo que habían hecho era una locura, pero ya no podía dar marcha atrás, se entregó al hombre que la compro, al amigo de su padre y en un futuro pró
En un ágil movimiento, envolvió el cuerpo de la pelinegra entre sus brazos…—¿Qué estás haciendo? —Protesta retorciéndose entre sus brazos.—Pienso darte un pequeño castigo por hablar de más…—¡¿Qué?! Que ni se te ocurra…Pero nada de lo que dijera haría cambiar de parecer a Cauther, quien la elevo un poco del suelo y con ella entre sus músculos brazos la subió por las escaleras como si Casey no pesara absolutamente nada.—Suéltame, ¿estás loco?, como se te ocurre tratarme de esta manera tan bruta.—Guarda silencio —ordena.Mientras subían los peldaños, el corazón de Casey latía a millón. No tenía idea de lo que pensaban hacer con ella, pero si venia de ese hombre nada bueno podía ser. Mientras más cerca estaban de la planta de arriba, aumentaba el miedo que yacía en su estómago.—Es increíble que mi padre quiera que me case contigo, estás loco, Cauther. Suéltame de una vez por todas —Se estremece con fuerza.A cambio recibe un apretón de brazos, y silencio por parte de ese hombre… en
—Yo solo quiero que me sueltes.—Por supuesto que te voy a soltar, pero hasta que me digas lo que quiero escuchar Casey Monroe.De forma posesiva y muy lentamente Cauther se sube a Casey a su regazo, con un poco de incomodidad la sostuvo mientras que ella seguía atada a la cama. Presiono su ingle contra el sexo de ella haciéndole sentir la cruel dureza que yacía bajó sus pantalones. Inmediatamente, introduce ambas manos por debajo de su blusa y con unos habilidosos dedos suelta los broches de su brasier.—Cauther, no —Gime al sentirse liberada de la aprenda.—Dime que este castigo te gusta más…—Estás loco —Entre abre los labios en cuanto él corona sus senos y los aprieta suavemente.—Vamos, sé que quieres confesarlo —Añade subiendo un poco la blusa para darle la libertad de tomar uno de sus senos y llevárselo a la boca.—¡Aaaaahhh! —Hace amago de arquearse, pero no lo consigue por las estúpidas esposas.—Dímelo —Exige el CEO tomando el otro seno.—Sí, con un demonio sí.En eso, las e
En ese momento, Cauther lleva la vista hacia el salón donde estaba los Monroe reunidos. Únicamente observa a Casey, y escucha detenidamente en la forma tan despectiva en la que se refiere a él, No obstante, seguía rehusándose a casarse con él. Esperaba que el padre la hiciera entrar en razón.—Hija, por favor. Necesito que te calmes.—¿Calmarme? Pero como me pides una cosa así, cuando fui secuestrada, casi violada y de paso me compra nada más y nada menos que tu socio, ¡Tu mejor amigo, padre! Cauther es un delincuente, un mafioso traficante de inocentes muchachas que son secuestradas y vendidas cada noche por un bruto animal —Espeta furiosa.—Casey, te pido que te tranquilices. Recuerda en que casa nos encontramos.—No me importa si ese hombre me escucha, no voy a tolerar todo esto. ¿Por qué tienes este trato de sociedad con ese sujeto? Es un peligro padre, es un mafioso, no sabes lo que le hacen a esas chicas en ese lugar. Y él me compro, y
—Casey, por favor, necesito que me escuches con atención.—No lo estás negando, eso quiere decir que es cierto —Ella retrocede un paso.—Déjame hablar —Demanda el viejo irritado —. Quiero que te sientes y me escuches, después de que te cuente todo, tú podrás elegir qué es lo que quieres hacer.La pelinegra pestañea reiteradas veces, sentía unas fuertes ganas de salir corriendo y alejarse de su padre. Pero por otro lado, deseaba escuchar lo que tuviese que decirle. Era su padre, no podría hacerle ningún daño. No obstante, no debía olvidar que existía la posibilidad de que Rafael también hiciera lo mismo que Cauther.Se preguntó, si esa sería la razón por la que su papá nunca más volvió a salir con una mujer. Se acostaba con las chicas del club, o peor aún, ¡mierda! Los engranajes de su cerebro empezaron a trabajar de manera alocada. ¿Cauther compraba las chicas del club para su padre? ¿Eso era lo que estaba pasando?La cosa era peor de lo que ella pensaba, como no se había dado cuenta
En ese momento, le vino a la mente todo aquello que su padre le contó. La razón por la cual decidió quedarse en esa casa, y al lado de Cauther… Casey se sentó en el borde de la cama juntando sus manos al mismo tiempo que escucho como el grifo de la regadera era abierto.—Casey, lo que Cauther hace no es lo que piensas —Rafael comenzó a relatar captando la atención de la pelinegra —. Como sabes, su padre se metió con los sujetos equivocados y por su culpa su esposa e hija fallecieron, lo que desconoces es la verdadera historia detrás de ese relato que conoces. Ellas fueron parte de la deuda a la que estaba atada el padre de Cauther. Desafortunadamente, ambas no tuvieron suerte y no lograron salir con vida de ese trato.—Papá, ¿de qué hablas?—Ellas fueron llevadas a ese lugar en donde tu estuviste, las vendían noche tras noche, y… bueno la madre de Cauther decidió quitarse la vida y como la hija no tolero la pérdida de su madre y el estar en ese lugar la siguió en ese oscuro camino. E
En cuanto amaneció, Casey abrió los ojos y extrañamente sintió un peso sobre su abdomen. Ella baja la mirada fijándose que un bronceado y fuerte brazo se encontraba sujetándola de la cintura. Ella traga saliva mientras que mira hacia todos lados, ¿Cuándo había sucedió eso? la noche anterior de tanto pensar, termino por rendirse al sueño, y asumió que Cauther hizo lo mismo después de ella.Pero esa mañana…—Cauther, necesito levantarme.—¿Para qué?—Porque… —Es que ni tenía una buena excusa para darle, en eso él aleja su cuerpo del de ella.—Prepárate, por la tarde vendrán a casarnos —Ella siente como él se incorpora quedando sentado en la cama.—¿Quién asistirá?—Nadie, no quiero a nadie en mi casa. Únicamente tu padre —Añade poniéndose en pie.Así que tendría el matrimonio más fúnebre de la vida. Pero viniendo de ese hombre no era una sorpresa, si él era tan frío e inexpresivo. Ella observa los movimientos de Cauther, notando como cubría su desnudes con el bóxer. No podía casarse ant
Maldita sea, que no reventara a llorar. No sabría cómo lidiar con Casey si se ponía a llorar. Cauther introduce ambas manos en sus bolsillos al tiempo que la observa. Se le notaba que estaba decidida a no dejar de insistir.—Esto no funciona así.—Sé que tienes que ir una vez por mes, pero ella no puede esperar tanto. Se mete en muchos problemas, y es, a la que más lastiman. Por favor, ella se portó muy bien conmigo, me ayudo cuando nadie lo hizo. Te lo pido, sácala de allí.—Casey, si aparezco por allá comprándola podría levantar sospechas. Otto no es idiota y tú lo sabes muy bi…—Te prometo que me entregare a ti de manera voluntaria, no me resistiré, y estaremos casados el tiempo que tú lo decidas.Cauther, la mira totalmente asombrado, no se esperaba que ella dijera algo así. No obstante, no lo hacía sentirse nada bien que ella se ofreciera de esa manera. Más bien le enojaba el hecho de que ella quisiera acostarse con él solo por un trato.—La comprare —Le responde secamente.—Grac