En cuanto amaneció, Casey abrió los ojos y extrañamente sintió un peso sobre su abdomen. Ella baja la mirada fijándose que un bronceado y fuerte brazo se encontraba sujetándola de la cintura. Ella traga saliva mientras que mira hacia todos lados, ¿Cuándo había sucedió eso? la noche anterior de tanto pensar, termino por rendirse al sueño, y asumió que Cauther hizo lo mismo después de ella.Pero esa mañana…—Cauther, necesito levantarme.—¿Para qué?—Porque… —Es que ni tenía una buena excusa para darle, en eso él aleja su cuerpo del de ella.—Prepárate, por la tarde vendrán a casarnos —Ella siente como él se incorpora quedando sentado en la cama.—¿Quién asistirá?—Nadie, no quiero a nadie en mi casa. Únicamente tu padre —Añade poniéndose en pie.Así que tendría el matrimonio más fúnebre de la vida. Pero viniendo de ese hombre no era una sorpresa, si él era tan frío e inexpresivo. Ella observa los movimientos de Cauther, notando como cubría su desnudes con el bóxer. No podía casarse ant
Maldita sea, que no reventara a llorar. No sabría cómo lidiar con Casey si se ponía a llorar. Cauther introduce ambas manos en sus bolsillos al tiempo que la observa. Se le notaba que estaba decidida a no dejar de insistir.—Esto no funciona así.—Sé que tienes que ir una vez por mes, pero ella no puede esperar tanto. Se mete en muchos problemas, y es, a la que más lastiman. Por favor, ella se portó muy bien conmigo, me ayudo cuando nadie lo hizo. Te lo pido, sácala de allí.—Casey, si aparezco por allá comprándola podría levantar sospechas. Otto no es idiota y tú lo sabes muy bi…—Te prometo que me entregare a ti de manera voluntaria, no me resistiré, y estaremos casados el tiempo que tú lo decidas.Cauther, la mira totalmente asombrado, no se esperaba que ella dijera algo así. No obstante, no lo hacía sentirse nada bien que ella se ofreciera de esa manera. Más bien le enojaba el hecho de que ella quisiera acostarse con él solo por un trato.—La comprare —Le responde secamente.—Grac
Al fin el coche se detuvo, Serena lo agradeció ya que su estómago era un completo revoltijo. Seguía sin levantar la vista, hasta que alguien pone una mano sobre su hombro.—Bájate —Le ordenan.Ella hace caso y se baja, la llevan suavemente para que caminara y casi a ciegas que lo hace. De pronto se queda de pie, sin saber a dónde ir. Lo único que hacía era temblar como una gelatina. Sin querer las lágrimas salieron de sus ojos.—Serena —Y justamente en ese momento la morena escucha esa voz tan familiar.[…]Después de que Casey desayuno en compañía de Cauther, la pelinegra no sabía que decirle a su “esposo” era extraño verlo como su esposo.—Tendrás una visita en… —Mira su reloj —. Unos 5 minutos, deberías ir a la salida —Le dijo Cauther mientras leía el periódico.—¿Visita? ¿Mi padre?—Porque no vas a ver por ti misma…Ella se pone en pie y camina hacia la salida, cuando escucha el sonido de la puerta abrirse. Llena se curiosidad acelera los pasos deteniéndose bruscamente ante una fi
—Noooooo, por favor, te dije lo que sabía. No hagas esto, por favor no.Gritaba desgarrándose la garganta, con los brazos inmovilizados no conseguía soltarse el cinturón de seguridad. Y como estaba muy débil, ya no podía moverse.Los muchachos se subieron a la camioneta, la misma, avanzo alejándose un poco del coche de Otto. En eso el musculoso se asomó por la ventana, y utilizo su arma como encendedor. Así que le disparo al coche, y con las chispas que ocasiono el disparo el automóvil se prendió en fuego en segundos para luego explotar.La camioneta avanzo dejando atrás a un Otto carbonizándose…[…]Serena durmió toda la tarde y noche, Casey no la quiso molestar, así que se fue a la habitación que compartía con Cauther. Aun no llegaba de la calle y eso la mantenía un poco preocupada, se preguntó si estaría con su padre. Tenía unas enormes ganas de marcarle a la oficina de Rafael, pero sabía que no debía hacerlo.La joven se tumbó en la cama pensando en Cauther, que le estaba sucedien
La noche anterior, las chicas del club trabajaron sin las instrucciones de Otto. Únicamente, los guardias eran quienes seguían el pro tocólogo en caso de que su jefe faltase un día. Todas estaban extrañadas por la ausencia de Otto, no obstante por las amenazas de los guardias debían continuar como si nada.Al final, después de esa larga noche muchas de ellas no trabajaron. La verdad es que si lo miraban bien, ninguna tuvo sexo esa noche. Y era porque Otto no estaba para aceptar las ofertas de los clientes. La mayoría solo se tuvo que sentar con el consumidor y dejarse tocar, pero nada más… esa mañana transcurrió como si nada, muchas hablaron sobre la desaparición de Serena. No comprendían como es que se había evaporado así como así.Hasta que Lucilda trajo las noticas, todas se quedaron sorprendidas cuando la pelirroja les contó que el verdugo la había comprado el día anterior. Muchas especularon que la pobre Casey no había aguantado nada, y por eso el hombre necesitaba a otra para sa
—Se acabó, por fin todo termino —Lucilda hablo entre lágrimas, mientras que sus ojos observaban aquel lugar incendiarse.—Somos libres, podemos volver a nuestros hogares —Erika sonreía al tiempo que derramaba lágrimas de felicidad.Todas chillaban por la emoción de saber que muy pronto regresarían con sus familias, ya no serían unas prisioneras y nunca más volverían a tener que acostarse con nadie por obligación.—Volveremos, volveremos —Todas se reían llenas de dicha y felicidad.[…]Cauther corrió detrás del edificio, las llamas lo estaban siguiendo, pero no le importo. En cuanto salió al exterior justamente una camioneta negra arrancaba bruscamente. De pronto su deportivo aparece de la nada y de este se baja Santino.—Ve tras ella, y mata a ese infeliz.—Saca a esas chicas de aquí, llévalas a unas de mis casas.Se sube al coche y lo arranca de golpe yendo detrás de la camioneta donde Casey iba. Cauther acelero el deportivo localizando las luces de la camioneta. Fue tras ella a todo
bueno, su matrimonio solo fue un contrato y nada más. Su padre le dijo que, una vez todo acabara ella seria libre de continuar casada con Cauther, pero ¿era lo que deseaba en realidad? ¿Dejarlo? ¿Qué pasaba con todas esas veces que ambos estuvieron juntos?—Vamos Casey, necesitas descansar un poco —Su padre aprieta su mano.—Padre, yo…—Le dice sin quitarle la mirada a Cauther.—No es un matrimonio real, estoy seguro que mis abogados podrán solucionar lo del divorcio en cuestión de días.—Pero…—Hija, Cauther no es para ti.El hombre conduce a su hija hasta su coche, pero ella seguía mirando a Cauther quien no se había percatado de que ella se marchaba. Casey muerde sus labios sintiéndose mal, algo no estaba bien, no estaba bien que se marchara sin despedirse de Cauther, o de agradecerle por haberle salvado la vida.De pronto se vio dentro del coche de su papá y segundos después ya estaban alejándose del aeropuerto…Cauther estaba al tanto de todo, des
Cauther observa a Casey tomar la decisión entre su mano, se mantuvo serio y firme, pero su corazón estaba que explotaba. Solo esperaría que ella firmara para luego hacerlo él y de esa manera largarse de allí.La pelinegra muerde la carne interna de sus labios, sintiendo un extraño picor en la comisura de sus ojos ¿iba a llorar? ¿De verdad? Su corazón estaba latiendo tan fuerte que creyó que se le saldría por la boca. Sentía tanta presión por todas esas miradas sobre ella.La sensación de levantar la vista era tan fuerte que no se aguantó, en cuanto alzo la mirada, como un magneto sus ojos conectaron con la intensa mirada de Cauther. Y fue allí que lo supo, no se quería divorciar de él y la razón era que se había enamorado perdidamente del amigo de su padre.Ambos se miraron, pero ella no vio en Cauther nada. Su mirada era tan fría, sin expresión alguna. En esos momentos ella deseo saber que era lo que sentía. Entonces de la nada, la pelinegra se pone en pie siendo el centro de atenció