CAPÍTULO 12

Capítulo 12

Heridas que duelen

Eliana

Veo que la puerta se cierra tras ese beso repleto de lujuria y mis lágrimas caen en cascada por mis mejillas.

Así que ella es la verdadera razón por la que mi esposo no ha vuelto a dormir en casa. Maldita sea. Que estúpida he sido al creer que Juan David era diferente.

"No puede ser... Él. No puede... Traicionarme"

Antes de derrumbarme les tomo unas cuantas fotos juntos, esta vez ese infeliz no va a negarme lo que está haciendo. No se va a hacer la víctima como siempre lo ha hecho.

Mis ojos se nublan y derraman lágrimas sin parar, el estómago se me revuelve enseguida y las ganas de vomitar se hacen presente, mi voz se quiebra en un instante, siento que no puedo mantenerme en pie, caigo de rodillas en ese sitio llorando y con el alma rota mientras que el aire a mi alrededor se va poniendo denso.

—¿Señora, le sucede algo? ¿Se siente usted bien?

Pregunta una adolescente quien me extiende la mano y me ayuda a levantarme de la acera.

Asentí con mi ca
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