Capítulo ciento cinco
En un intento de valentia reuno las fuerzas para llegar hasta él y darle un fuerte golpe por el costado, miro como rápidamente se levanta y fija su vista en mí, pero mi error fue creer que la perra que tengo a un lado no interferiría en nuestro combate.
—Pensé que éste era un duelo de dos, no de tres—chupo la sangre que sale de mi labio roto.
Sonríe falsamente —Tú error siempre será creer que todo es justo—salgo impulsada por los aires.
Alcibíades antes de caer se asegura que me rompa unas costillas y recibo una patada en la cara y otra en el estómago.
—DÉJENLA, MALDITA SEA SI LE HACEN ALGO MÁS LOS MATO, JURO QUE LOS MATO—su voz suena caragada de odio y rencor. Observo su rostro que se deforma cuando me ve en e
Capítulo ciento seisObservo a Wade que termina con el último y la risa seca del señor Alcibíades llena nuestros oídos —¿Creíste que eso era todo? Este pequeñín será mi hijo y lo criaremos con rencor hacia ustedes para iniciar una guerra —Amir yase en sus brazos y la perra a su lado.¿Por qué confíe en Elizabeth?Nunca hace las cosas bien.Camino con calma hasta quedar en el centro de todo—Tú y yo tenemos que terminar con el duelo o me vas a decir que eres tan cobarde que te escaparás—pasa a Amir a los brazos de Serafina y camina hasta mí.—Esto lo ganaré yo, soy más fuerte que tú, zorrita—mi cara arde del enojo y corro hasta él para tomarlo de su cuello de camisa, en un ágil movimien
Capítulo ciento sietePov WadeMis ojos arden de tanto zurrarlos con mis manos sucias debido al combate del día de ayer. Sentado afuera en el pasillo espero los resultados de Sara.Ayer cuando se desmayo al frente de mí me dieron ganas de golpearme, ¿cómo pude separarme de ella y más cuando estaba lastimada? su cuerpo estaba frío y su piel paso a un grisáceo, sin pensarlo mande a Matías a buscar a la bruja de la manada y levante a Sara para llevarla hasta nuestro cuarto y ahora estoy aquí, en el duro piso de madera esperando desde ayer sin bañarme o saber sobre la manada, y sinceramente en estos momentos no me interesa si matan a alguien o se largan, quiero a mi luna sana y salva.Escucho pasos acercándose a la puerta y rápidamente me levanto, de la habitación sale la bruja detrás de nana y mi
Capítulo ciento ocho—No soy una discapacitada, Wade —sonríe y dirige su vista a todos—bien, ¿en qué les puedo ayudar? —sus ojos brillan.—Nosotros queremos disculparnos por la actuación de allá abajo el día de ayer, Sara. Estábamos agitados por todo que no nos dimos cuenta de su mal estado y lo sentimos—las sobrinas de nana agachan la cabeza.—Sí, todo fue tan confuso y rápido, el ver que mi sobrino mato a un demonio y luego esas emociones —Emilie da un paso al frente.—El ver cómo llegaban a la mansión otra vez tan simplemente —mi padre mira el gran ventanal a un costado.—El no poder defenderlos con honor hasta el final —Roberto y Paola dicen a unísono.—Dudar de usted
Pov SaraYa han pasado ocho meses desde que ocurrió el ataque a la manada y mi casamiento improvisado. Si lo pienso de esa manera casarme de un día para otro fue lo más loco que había hecho en mi existencia.No negaré que me gustó, y mucho.Pero luego de eso hubo un poco de desilusión ya que el padre de mi ricachón se tuvo que ir de la mansión dado a que queria olvidar todo lo sucedido y necesitaba alejar los recuerdos que habían en la manada y tal.Wade respeto su desición sin cuestionarlo y partio hace tres meses atrás, luego de eso él es solo trabajo y velar por mi cuidado como semihumana, aun que no sé porque. Como seguía diciendo, luego de que me dijesen que soy prácticamente más humana que otra cosa me he cuidado un poco más, en realidad no yo, si no el
Observo al chico de ojos marrones mirarme atentamente, por un momento pienso abrir mi boca para aclarar las cosas, pero el estruedo de algo rompiendose me alarma, sin decir ni una sola palabra dejo el café en la mesa para ir a investigar, pero su mano me retiene y me coloca atrás de él.Camino detrás de él a medida que va avanzando y recibe un golpe por sorpresa, el olor a lavanda inunda mis fosas nasales y antes de que el ricachón se le tire encima al tipo lo detengo y lo alejo lo más que puedo del que ahora se soba la mandíbula.—Hey, tranquilo—por primera vez hablo para Ricky Ricón y el voltea a verme con esos ojos amarillos —Yoshua, compórtate —junto mis cejas y me cruzo de brazos.—Que me comporte un carajo, no soy tu puto perro—trata de pasar por mi lado y lo empujo.
Capítulo extra #1Pov NanaNo sé que voy a hacer con este niño tan inmaduro. Wadecito se pasea de un lado para otro lamentándose el haber dejado a mi Sara afuera en la madrugada.Alzo mis cejas y suspiro, —nana, ¿me estás escuchando? —dejo de lavar los platos y volteo para enfrentar su desespero.—Si hijo, te escucho, pero tú tienes la culpa, ¿cómo se te ocurre dejar a tu luna en el patio de la casa en plena madrugada?—tomo un limpión y seco mis manos.—Si, lo sé y tienes la razón, pero ya no se que hacer y nadie la encuentra —hay veces que el cerebro no le da y eso que él para todos es
A mi nariz llega un espléndido aroma a café que hace mis piernas flaquear.Después de siglos y ahora tengo un nuevo mate.No quiero.No puedo abandonar a mi antiguo amor.El olor se intensifica y eso me dice que ya está aquí en la cocina, mis manos comienzan a sudar y trago grueso.De un momento a otro soy abracada por un par de fuertes brazos y me encojo en mi lugar—Mía —no digo nada y el recuerdo de mi antiguo mate llega a mi mente como un video.Él me gira para vernos cara a cara y me sorprendo de lo joven que se ve. Su rostro es perfilado y tiene una ligera barba, sus ojos son café, sus cejas son pobladas, su cabello perfectamente peinado y por último esos labios gruesos.Creo que te está llamando la atenci&oacut
Capítulo extra #2Pov WadeNo tengo ni unos putos cinco segundos durmiendo y Sara ya quiere comer otra vez. Los llantos de Kevin en el segundo piso se escuchan por toda la mansión y suspiro frustrado.Se preguntarán, ¿Quién es Kevin?Fácil.El hijo de Matías y Elizabeth, el beta de Amir y por ende hermano de Sara y mi cuñado.Suspiro canasado y me levanto por novena vez en la noche—Vamos mi amor, comeremos del Mac Donald y dormiremos en uno de mis hoteles, asi que apura esa panza —ni siquiera me tengo que cambiar dado a que hace unos momentos llegamos de comer comida china.Me pongo las chancletas negras con rayas blancas y volteo a ver a mi amada, su respiración es pesada y su boca bota un poquito de baba en la almohada.