Mientras Dave le daba a Amaris un breve recorrido por el bloque de oficinas, ella no pudo evitar una sonrisa ante la emoción casi infantil que se reflejaba en el rostro de él, y la forma en que su pecho parecía hincharse, lleno de orgullo, mientras le mostraba cada habitación.Charló con entusiasmo sobre sus ideas para la disposición del espacio, y cuando Amaris protestó por el tamaño de su oficina, una sonrisa traviesa apareció en los labios de él, al tiempo que ella se sonrojaba furiosamente.'Por lo general no te quejas de que las cosas son demasiado grandes, mi Luna' susurró él acaloradamente, y se dirigió hacia ella con lentitud.Amaris soltó una risita, y sintió que sus mejillas se sonrojaban. Él la presionó contra una mampara de vidrio y trazó la parte superior de su cuerpo con las manos, exhalando lentamente.'Dave... compórtate...' Murmuró ella, con una tímida sonrisa en su rostro.'¿Por qué? Somos dueños de este edificio... podemos hacer lo que queramos, y nadie puede decir
Amaris se permitió llorar, pero solo un instante. A decir verdad, su padre no merecía sus lágrimas. Lloraba por su madre, y por la vida que nunca había podido tener con ella. La infancia feliz que le había sido arrebatada de manera tan dolorosa.No había duda en su mente de que algún día sería capaz de vengar la muerte de su madre, pero eso no sería ahora, y estaba impaciente por que se hiciera justicia.Amanda y Jess merecían responder por los crímenes de los que eran sospechosas, pero antes necesitaba pruebas sólidas, y por mucho que Minerva y su padre hubieran buscado respuestas, hasta ahora esa búsqueda solo había conducido a callejones sin salida.De mala gana, se apartó de la reconfortante seguridad de los brazos de Dave, y se preguntó por un instante en qué momento se había vuelto tan dependiente de él.Los ojos de él intentaron desesperadamente buscar los de ella, pero ella desvió la mirada. La decepción y el dolor en el rostro de Dave eran sencillamente demasiado para que Ama
'¡Un momento, Eva!, ¿qué quieres decir?' Amaris sacudió la cabeza con incredulidad mientras se apartaba del panel de cristal contra el que Dave la había presionado hacía unos instantes. 'Bueno, supe que algo no iba bien en cuanto empezó todo esto. No tenían nada que hacer allí, así que cuando todos se fueron y nos pusimos a limpiar, los guardias que Alfa Nocturne dejó aquí para ti se ofrecieron a ayudarme. Por cierto, Matteus es encantador, ya sabes, la gran bola de pelo enfurruñada'. Amaris soltó una risita ante la mirada incrédula de Dave, que replicó en voz baja: '¿Gran bola de pelo enfurruñada?!' Al mismo tiempo hizo un elaborado gesto con la mano. 'Sí, ¡prosigue!', respondió Amaris pacientemente. Ella ya estaba acostumbrada a la forma elaborada que tenía Eva de narrar los acontecimientos y, de hecho, le resultaba bastante entrañable. A veces, sentarse a tomar un café y ponerse al día con las anécdotas de su vida social resultaban ser un c
Amaris y Dave se dirigieron a la entrada del edificio para esperar a Eva y Matteus.Cuando la joven miró hacia atrás por encima del hombro, seguía sin creerse que aquel edificio fuera suyo.No estaba muy segura de cómo iba a llenar todas las plantas, ya que su personal era reducido, pero al menos ahora tenía margen para expandirse y plantearse otras vías que explorar. Siempre había tenido una mentalidad emprendedora, y Dave no hacía más que animarla a explorar todas las posibilidades.'Vas a tener que pensar en un nombre para la empresa, ¿sabes?', dijo Dave con una sonrisa socarrona. 'Sería mejor que pensaras primero en un nombre corporativo para que, cuando te expandas a otras áreas, puedan figurar bajo el mismo emblema'.Amaris asintió pensativa mientras entrecerraba los ojos ante la deslumbrante vista del edificio. Al fin y al cabo, era lo bastante grande como pa
Eva, horrorizada, jadeó y se tapó la boca.'Pero... ¡Eso es terrible! Amaris, ¡tienes que hacer algo! Tienes que...''Eva, tienes que confiar en mí y en que sé lo que hago. Necesito que hagas todo lo que te diga en el momento que te lo indique. Por ahora, permanecemos en silencio. Ni una palabra a nadie. ¿Entendido?', dijo Amaris con expresión seria.Eva asintió furiosa.'¡Por supuesto! Haré una copia ahora y me iré a casa, señorita Anderson'.Dave gruñó de repente y frunció el ceño hacia Eva, haciendo que esta diera un violento respingo y se le fuera el color de la cara.'¡No vuelvas a llamarla así! Ya no es Amaris Anderson, y no lo ha sido durante mucho tiempo. Es mi esposa y Luna de la Manada de la Luna Oscura, y como tal, la llamarás Señora Nocturne'.A medida que se acercaba el día
'La abuela tuvo algunos encuentros con brujas oscuras en su juventud, pero por suerte era amiga de la hija de una bruja de la luz. Le regaló esto con la promesa de que la protegería a ella y a quien lo llevara, de la magia oscura', explicó Dave en voz baja mientras observaba a Amaris pasar los dedos por el delicado diseño. 'Dave... No sé qué decir... ¡Es precioso!', exclamó Amaris con devoción. 'A ella le gustaban los diseños intrincados y las obras de arte, como seguramente te darás cuenta'. Dave rio suavemente. 'Está hecho de obsidiana, piedra de la luna, y recubierto de platino. Si lo abres, dentro hay una representación de Selene, la diosa de la luna, y sus primeros hijos, los licántropos, y los segundos, los hombres lobo'. Amaris asintió sin decir palabra. No había mucho que pudiera decir, era realmente una pieza impresionante. 'Debería haberte dado esto antes, Amaris. A estas alturas, estoy dispuesto a intentar cualquier cosa que tenga la más mínima posibilidad de poder prot
'¡Está mintiendo! ¡Me llevaron en ambulancia y me ingresaron en el hospital inmediatamente después del incidente!', gritó Jess de repente, golpeando furiosamente con las manos la barandilla que rodeaba el andén donde estaba sentada. Amaris permaneció callada y miró fijamente y con confianza el rostro de su padre, con expresión neutra, pero con unos ojos llenos de una determinación que a él no le pasó desapercibida. 'Guardarás silencio hasta que tu testimonio sea solicitado, Princesa Jess. Este es un caso muy serio, con graves consecuencias para la acusada si es declarada culpable. Respetarás el orden de las cosas en este lugar, ¿entendido?', pronunció una voz masculina un tanto irritada desde arriba. Una cosa era segura, la reputación del Consejo de Ancianos de la Corte Real parecía ser cierta. Tenía sentido, ya que la Corte Real sin duda había presenciado numerosos juegos de poder y falsas acusaciones a lo largo de los siglos que presidió la justicia en todo el reino. Los Ancian
'¡¿Cómo te atreves?!', rugió Leopold, levantándose de su asiento y volviéndose para mirar por encima de él. Pero solo volvió a escuchar aquella risa oscura, aumentando su furia. '¡Las suposiciones sobre mi mujer y yo ni siquiera son relevantes en este juicio y no están en discusión!', rugió el rey casi echando espuma por la boca debido a su rabia. '¡Esto es traición! ¡¿Cómo te atreves a hablar en contra de tu rey?!' Un coro de exclamaciones surgió de parte de varios Ancianos mientras él miraba frenéticamente a su alrededor. Su paranoia empezaba a dominarlo. Amaris lo observó con una mezcla de horror y lástima. Sintió compasión por el estado en que se encontraba, pero al mismo tiempo no pudo evitar sentir una pequeña chispa de satisfacción cuando los Ancianos pronunciaron las palabras que ella se moría por decir desde hacía años. Era alentador saber que las opiniones del Anciano, en este caso, coincidían con las suyas. 'Nos atrevemos a hablar en su contra cuando no estamos de ac