El ambiente en la enfermería se cargaba con una tensión palpable mientras los médicos y sanadores trabajaban incansablemente para evaluar la condición de Lexi. Ben, aún con la mirada perdida y las lágrimas rastreando su rostro, permanecía cerca, aferrándose a la esperanza de un milagro que pudiera devolverle a Lexi la vida que parecía haberse desvanecido.Lord Brarthroroz, de pie en un rincón de la sala, observaba con una mezcla de angustia y desesperación. Cada intento del equipo médico de revivir a Lexi resonaba como un eco doloroso en su alma, y el peso de la impotencia se reflejaba en sus ojos.En medio de la frenética actividad de la enfermería, la noticia de la situación se extendió como un susurro sombrío por el castillo, y aquellos que habían compartido momentos con Lexi se acercaban con expresiones de preocupación y tristeza. El eco de sus pasos resonaba en los pasillos, marcando un lamento colectivo por la posible pérdida de alguien tan valioso.Mientras el grupo médico cont
En la ala médica, el eco de los llantos de los recién nacidos llenaba el aire mientras Amaris sostenía a los pequeños en sus brazos, dejando que la dicha de la maternidad se mezclara con la tristeza que aún pesaba en su corazón. Los médicos y sanadores, con destrezas expertas, continuaban cuidando de la reina y sus herederos, creando un santuario de vida en medio del castillo envuelto en duelos.Cada instante del parto era una odisea de emociones. Amaris, entre contracciones, se sumergía en la intensidad de la experiencia, sintiendo cada dolor y cada momento de alegría como si fueran hilos entrelazados en el tapiz de su vida. Dave, a su lado, proporcionaba apoyo constante, su rostro reflejando tanto la maravilla del nacimiento como la pesadez de la pérdida que se cernía sobre el reino.Los médicos, con sus miradas concentradas y manos expertas, guiaban a Amaris a través de cada fase del parto. Cada susurro de aliento y cada palabra de alivio se convertían en bálsamo para el alma de la
Ben entró en la sala con el rostro visiblemente apesadumbrado, una sombra de tristeza que contrastaba con la atmósfera de celebración que envolvía a Amaris y Dave. Con pasos silenciosos, se acercó para dar sus felicitaciones a la nueva familia."Felicidades por los herederos. Que la diosa les otorgue una larga vida", expresó Ben, buscando transmitir sus buenos deseos, aunque su voz llevaba un tono de pesar. Parecía que intentaba esbozar una sonrisa, pero sus ojos revelaban la carga emocional que llevaba.Amaris, sensibilizada por la tristeza que percibía en Ben, le habló con ternura: "No te fuerces, Ben. No tienes que fingir nada ante nosotros". La sala, que momentos antes estaba llena de alegría por la llegada de los herederos, se tornaba ahora en un espacio donde la empatía y la comprensión fluían.Dave, Amaris y Ben formaban un triángulo de emociones compartidas. Mientras los bebés descansaban en brazos de su madre, la interacción entre los tres reflejaba la complejidad de las rela
La sala temblaba con la contienda entre Lord Brarthroroz y la figura central. Cada chispa de magia y cada choque de acero resonaban como un eco en las paredes del castillo, que se convertían en testigos silenciosos de la lucha que se libraba en su interior.Lord Brarthroroz, con su espada iluminada en un resplandor místico, desafiaba las tinieblas con una valentía que eclipsaba la oscuridad circundante. Sin embargo, la figura central, envuelta en un manto de sombras, respondía con una malevolencia que desafiaba la comprensión.Ben, cuidando del cuerpo de Lexi, sentía la presión de la responsabilidad mientras protegía a la caída guerrera. Cada vez que el estruendo de la batalla resonaba, su mirada se dirigía hacia la entrada de la sala, buscando señales de la resolución de este enfrentamiento sobrenatural.Amaris, en la esquina con sus bebés, observaba la contienda con un corazón pesado. La dualidad de emociones, entre la felicidad del nacimiento y la angustia de la amenaza presente, s
líder en su resistencia, se preparaba para el enfrentamiento final contra la entidad en las sombras.Lord Brarthroroz, con la mirada fija en el amuleto, pronunció palabras de aliento. "Este amuleto no solo es un símbolo, sino también nuestra arma contra la oscuridad. Cada corazón unido y fortalecido por la esperanza contribuirá a su poder".La búsqueda de conocimientos continuó, y los sabios del reino revelaron la existencia de un antiguo templo oculto en las profundidades de un bosque ancestral. Se decía que en ese lugar se encontraba la clave para debilitar la entidad y deshacer su influencia en el reino.La familia real y la guardia real, armadas con el amuleto y la determinación, se dirigieron hacia el bosque en busca del templo oculto. El camino estaba lleno de desafíos, con criaturas oscuras intentando obstaculizar su avance, pero la unidad prevaleció en cada enfrentamiento.Finalmente, al llegar al templo, descubrieron inscripciones ancestrales que revelaban un ritual de purifi
La paz recién recuperada en el reino se vio empañada por el luto que envolvía a la familia real. El sacrificio de Lexi, aunque fundamental para la victoria, dejó un vacío doloroso en los corazones de aquellos que la amaban. El día del entierro llegó, marcando un momento solemne en el que el reino expresaría su gratitud y respeto hacia la valiente guerrera.En el cementerio real, rodeado de majestuosos árboles antiguos, se congregaron la familia real, la guardia real y ciudadanos que deseaban rendir homenaje a Lexi. El cielo estaba despejado, pero una atmósfera melancólica pesaba en el aire mientras la ceremonia comenzaba.El féretro de Lexi, adornado con flores blancas y símbolos que representaban su valentía, reposaba en el centro del camposanto. Lord Brarthroroz, con ojos entristecidos pero llenos de gratitud, compartió palabras que capturaron la esencia de Lexi como hija, guerrera y defensora del reino."Lexi fue más que una valiente guerrera; fue un fa
En una tranquila tarde, Amaris se encaminó hacia la habitación donde descansaban sus recién nacidos, llevando consigo el suave tintineo del amuleto ancestral que colgaba de su cuello. El cuarto estaba lleno de una suave luz, filtrándose por las cortinas y acariciando las delicadas facciones de sus hijos que dormían plácidamente en la cuna.Al acercarse, Amaris observó con amor cada pequeño rostro, sintiendo una mezcla de alegría y melancolía. La llegada de los bebés había traído luz renovada a su vida, pero la sombra de la pérdida de Lexi aún persistía en su corazón.Se sentó suavemente al lado de la cuna, dejando que sus ojos se perdieran en las facciones angelicales de sus hijos. La habitación estaba impregnada de una calma que solo los recién nacidos podían traer. El amuleto en su cuello brillaba suavemente, como una promesa de protección y esperanza."Pequeños, ustedes son la luz que ilumina nuestro camino, la continuación de la historia de nuestra familia", susurró Amaris con ter
amaris entró agotada a su habitación, las encargadas de los bebés lo dejaron en una cuna cerca de su cama ambos ya estaban durmiendo.amaris los vio llena de tristeza pues sabía lo que el futuro le pararía para ellos aunque no quisiera aceptarlo ellos serían Los herederos del reino y si ella no solucionaba los problemas que hacían el él se los heredaria a los hijos.A las horas Dave se desliza suavemente hacia la habitación en penumbra, donde Amaris y los bebés duermen plácidamente. Con ternura, le planta un beso lleno de amor a Amaris, sellando así el silencioso vínculo que comparten en la tranquila noche.El suave murmullo de la noche se ve interrumpido por el llanto de uno de los bebés. Dave, alerta, se levanta con cuidado y se dirige a la cuna. La penumbra revela sus facciones preocupadas mientras levanta al pequeño en brazos, intentando descifrar la razón de su llanto.Los sollozos del bebé resuenan en la habitación, pero Dave mantiene la calma. Con movimientos suaves, acuna al p