Minerva estaba atónita.

Estaba completamente abrumada por la sensación de sus labios contra los de ella y sus movimientos insistentes, como si estuvieran desesperados por reclamarla como suya. Quería perderse por completo en este momento y su corazón lo anhelaba entre sus piernas, pero había algo molesto en el fondo de su mente y le impedía sumergirse por completo en el momento.

El sutil murmullo de la conversación volvió a la habitación mientras la gente continuaba como si nada hubiera pasado, pero para Minerva, todo había cambiado.

Ben la odiaba a ella ya todo lo que ella representaba, y la enfurecía con sus constantes demandas pomposas, así que ¿por qué haría esto ahora?

¿Estaba celoso porque ella había conectado instantáneamente con Greyson? Greyson, el hombre que había intervenido para defenderla en un abrir y cerrar de ojos y parecía importarle una mierda de dónde venía o cómo actuaba.

Cuando el pánico frenético de los pensamientos en su mente la hizo recobrar el sentido, se apa