Enzo—No lo entiendo, esto tiene que ser falso —digo para mí mismo.—No lo es, son mis memorias, pude acceder a ellas luego de descubrir quién soy en realidad.—¿Cómo sé que no las estás manipulando para hacerme creer algo equivocado de mis padres?—Todavía no has visto todo —señala con un movimiento de su cabeza hacia el frente.Cuando me giro, la escena ha pasado a la oscura noche. En el bosque todo está en una aparente calma y un silencio espectral que hiela la sangre. Las luces de la cabaña se encuentran apagadas, pero de pronto una de ellas se enciende.La puerta se abre y Klayden sale del lugar con el pequeño bebé en brazos.Se cubre el cuerpo con una enorme capa color azul marino y envuelve al bebé, que ahora que ha descubierto que es capaz de llorar, no para de hacerlo como si con eso pudiese alertar a alguien de su terrible destino.El Beta camina a paso apresurado bajo el manto nocturno. Hay una enorme luna llena en el cielo que ilumina el sendero. Me sorprende descubrir el
EnzoPor un momento no tengo idea de dónde me encuentro. Todo se pone negro por un tiempo que parece más prolongado de lo normal, hasta que aparezco en una vieja cabaña de madera que parece a punto de caerse a pedazos.Un fuego chispeante en la chimenea es lo único que proporciona calor en el lugar, afuera la nieve blanca cae suavemente, compactándose sobre el suelo.Un muchacho de al menos quince años está sentado en una silla igual de destartalada, talla un trozo de madera de arce con la forma de un lobo, y es sorprendentemente buena.De pronto la puerta se abre, y el mismo sujeto que vi hace poco, Boris, entra en la cabaña cargando cuatro troncos gruesos de madera seca.Los arroja en el piso, y la cabaña se queja en respuesta.—¿Qué estás haciendo Ryko? ¡Déjate de holgazanear y prepara la cena! —exige.—Ya voy —contesta con fastidio. Deja a un lado el tallado y se dirige a la cocina.En la nevera no parece haber mucho más que pescado congelado y algunas cervezas.Boris camina con p
Ryko y Enzo tienen un par de minutos con los ojos en blanco y la mirada perdida. No tengo idea de lo que sucede, pero no parece nada bueno.Mientras tanto, lo primero que hago es tratar de escapar de ahí, pero me doy con la sorpresa de que el circulo con el polvillo plateado que Ryko regó en el suelo me lo impide.—¿Qué es esto? —me pregunto en voz alta.Empujo con todas mis fuerzas, pero es como si hubiera una pared invisible a mi alrededor que me impide escapar.Detrás de mí, Max y Jean yacen inconscientes, atados de pies y manos.—¡Enzo! —grito con desespero. Lo que sea que le esté haciendo, da la impresión de que estuviese sufriendo.De pronto Ryko saca las garras de su cuello y Enzo toma una enorme bocanada de aire como si antes no estuviese respirando. Se apoya con las manos en el suelo y abre los ojos con la respiración agitada.—¿Estás bien? —pregunto.Él asiente sin levantar la vista. Ryko se pasea a su alrededor esperando una respuesta.—Ahora lo sabes todo.—Eso sigue sin t
—¡Vayan tras ellos! —ordena Simon apuntando en la dirección en la que se fueron los lobos.—¡Maldita sea! No pueden hacer nada bien, no sé para qué me alié con inútiles como ustedes —reniega Ryko mirando con desprecio a Simon.Al viejo no le gustan muchas cosas, en especial la insolencia de personas menores a él. Camina con decisión y lo toma de la camisa, empujándolo hasta topar con una roca grande que está ahí.—Escúchame bien muchachito, me tienes harto de tu falta de respeto, de ahora en más, seré yo quien dé todas las ordenes aquí.Ryko se echa a reír, una carcajada tal que hace que los que están presentes en el campo, volteen a verlo con una ceja enarcada.—¿De verdad crees que eres tú el que da las órdenes aquí? —pregunta con sorna—. No eres más que mi marioneta.—¿Qué estás diciendo? Voy a tener que bajarte los humos de una vez por todas —levanta la mano para darle un golpe con el puño en la cara, pero Ryko lo detiene en el aire y le aprieta los dedos presionando la palma.Sim
Ryko toma mi mano como si estuviese invitándome a bailar. Me conduce hasta el centro del círculo, donde se supone que se debe derramar mi sangre para culminar el ritual. La gran luna llena está a poco de culminar su paso por el cielo, cuando amanezca, todo habrá acabado y el destino de los hermanos Volk se decidirá de una vez por todas.La manada me mira con impotencia, sé que quieren ayudarme, salvarme de esta locura, pero las órdenes de Enzo son claras: no pueden interferir.—Casi es una lástima tener que matar a alguien como tú, habrías sido una perfecta luna para mí —susurra Ryko a mi oído.Acaricia mi mejilla y yo hago un esfuerzo sobrehumano por no apartar la cara del desagrado.—Nunca hubiese sido tu luna —contesto sin poder contenerme.—No creas que no noté el sentimiento de atracción que tenías por mí, lo hubieses sido de haber sucedido las cosas de otra manera, pero ya no importa, ahora serás de utilidad para algo más.El campo donde nos encontramos está iluminado por las lí
EnzoAgudizo mi oído para escuchar los latidos de Cyrene que cada vez son más débiles y lentos. Sé que ella morirá, y no estoy seguro de estar preparado para soportar algo así. Sin embargo, ahora mismo no puedo centrarme en eso, pues el enorme lobo negro que tengo frente a mí está dispuesto a despedazarme con toda su furia y poder.Sé que Cyrene quiso hacer lo mejor para mí y la manada, pero realmente no llegué a pensar que se sacrificaría a sí misma para conseguirlo.Puedo sentir el inmenso poder fluyendo por mis venas, es casi como si toda la influencia de la luna llenara cada milímetro de mi cuerpo. Puedo verlo todo, olerlo todo. Incluso la sangre de los cazadores muertos en las zonas aledañas del bosque, o el corazón ya en descomposición de las otras víctimas que él asesinó.Una furia asesina se apodera de mí cuando detecto el olor de mi manada. Conri, Xander y Sasha. Sus corazones están ahí enterrados en uno de los círculos de la triada que este demente hizo, como si se tratasen
EnzoJamás creí que esas dos palabras pudiesen devolverme el alma al cuerpo. Salgo corriendo y termino arrodillado frente a ella. Cyrene está respirando de nuevo, no tengo idea de cómo sucedió, estaba seguro de que había escuchado cómo se detenía su corazón, sin embargo, ahora ha vuelto a latir, vigoroso y saludable.La herida que tiene en el abdomen se ha cerrado y ha parado de sangrar, como si ella fuese un lobo más.La idea se me pasa por la cabeza, ¿será que él la mordió? No obstante, el aroma que mana de su piel sigue siendo cien por ciento humano.Comienza a mover la cabeza levemente de un lado a otro mientras murmura.—Enzo…—Aquí estoy, Cyrene aquí estoy —digo cargándola entre mis brazos.Aparto el cabello de su rostro humedecido por el sudor. Cuando abre sus ojos, el brillo azul característico de los Alfa, resplandece en ella por un breve segundo.¿Qué fue eso? Y lo más importante, ¿qué significa?Ella me sonríe, toma mis mejillas y me acerca a sus labios para robarme un beso
Todavía me cuesta trabajo asimilar todo lo que sucedió en una sola noche. Murió demasiada gente, y no necesariamente todos debían caer bajo las garras de Ryko. Al menos me hubiera gustado que Simon tuviese su merecido, sin embargo, quizá yo pueda hacerlo ahora.Max y Jean nos guían en el camino hacia el último rastro donde vieron a Simon. Si hallamos el sitio donde Max le disparó, entonces Mía podrá rastrear su aroma y nos llevará directo a él.Hailey camina a mi lado en silencio, parece contemplativa, como si su mente estuviese muy lejos de ahí.—Hai, ¿sucede algo?—No, o bueno, sí. Anoche todo fue una locura, creí que habías muerto.—De hecho, sí morí, pero por alguna razón que no alcanzo a comprender, la diosa decidió salvarme.—No te imaginas la angustia que sufrimos dentro de la biblioteca. Cuando Mía descifró todo el plan de Vincent…—Ryko —corrijo.—Como sea que se llame, la cuestión es que me fue bastante fácil rastrearlo, de alguna forma inconsciente, él me llamaba, ahora que