La manada de lobos negros y grises habían destruido casi todo el lugar. Por lo tanto, tuvimos que caminar varias horas, hasta que encontramos el sitio ideal.—Tenemos que trabajar sin descanso.— Ordenó Matt, haciendo señales a los lobos de nuestra manada para que continuarán con la labor.Ellos tenían que usar equipo de construcción para hacer nuevas casas. Todo lo que teníamos antes había sido destruido por el impacto de las explosiones, no fueron solo dos granadas, sino más de una docena que acabaron con todo.Por suerte no perdimos ninguna vida. Todos logramos salir sanos y salvos. Pero perdimos todo lo material. Sí, sabemos que la vida es más importante. Pero la manada tenía cosas valiosas en ese lugar y mi lugar favorito era: El salón de práctica de boxeo.—¿Cómo te sientes?— Abraham entro al espacio en el que estaba. Él venía apoyándose de un bastón. Yo estaba sobre una camilla, el impacto de la granada que me hizo volar por los aires, provoco que me hiciera un rasguño en el bra
Cada uno de nosotros estaba usando diferentes estrategias para poder salir de este lugar. Pero casi todas terminaban en fracaso. Por lo tanto, decidimos quedarnos sentados a esperar nuestro rescate, ¿Y si eso nunca pasaba? ¿Y si nos quedábamos atrapados para siempre?—Tengo demasiada hambre.— Se quejo Dan con un tono de voz aburrido.—Tendremos que tolerar la necesidad de suplir alimentos para nuestros estómagos.— Dijo Priscila, —Nadie de nosotros se imagino que algo como esto habrá pasado.—Es cierto, ¿Nadie se trajo un sándwich?— Dan estaba desesperado, —Lo que sea. Tengo hambre y hasta seria capaz de comerme un lobo.Todos nos movilizamos unos metros de su posición. No queríamos morir devorados por Dan.—Sabemos que tus palabras son solo bromas. Pero hemos decidido tomar medidas preventivas.— Le explicó Priscila entre risas.—Es mejor prevenir que lamentar.— Agrego Steve.Todos comenzamos a reír. Dan por su parte se levanto y se frotó el estómago para posteriormente ponerse a revis
Priscila se estaba comenzando a preocupar por Dan. Ya habían pasado varias horas y no había señal de él por ningún lado.—¿Cuáles son los lugares favoritos de él?— Le pregunte, —¿O cuáles son lo lugares que más frecuenta cuando se siente triste?—Es que no es la primera vez que Dan toma estás medidas de querer desaparecer.— Contestó ella.—Pero, ¿Él nunca te menciono un área o una zona? Así hablando contigo.—Siempre que desaparece regresa con un bolsito lleno de moras.— Dice ella y se queda pensativa, —Pero por mi parte yo no conozco ningún lugar en el que haya moras.—Yo tampoco en la vida he un área con moras. Pero somos lobas y tenemos un excelente sentido del olfato.—¿Cuáles son tus planes, Cloe?— Ella se me quedó mirando curiosidad.—Podemos recorrer toda el área y usar nuestro excelente sentido del olfato para encontrar un área llena de moras.— Le dije y sonreí.—Me parece una excelente idea.— Priscila coloco sus manos en sus costados, —Solamente que siento que es innecesario o
«No, Cloe, ¿Qué estás haciendo?»Las palabras dentro de mi mente fueron como una alarma y segundos después de oír esas palabras, me separe de Dan. En realidad, use mis manos para darle un fuerte empujón que provoco que quedara sentado.—Oye, ¿Qué estás haciendo?— Dijo él, intentando levantarse.—Nosotros...— Estornude, —Nosotros no podemos tener nada o es que ya se le olvido que estoy casada con el Alfa de la manada.—Es que nadie tiene que saber de esto, Cloe.—Nadie tiene que saber nada y eso es porque nada va a pasar.Y sin más preámbulo, simplemente salí de ese baño, dejándolo a él sentado sobre el suelo y con un dolor en su trasero, producto de la caída que yo misma ocasione.Es que tengo que estar loca. Sí, estaba a punto de tener algo más allá de un beso con Dan. Estaba a punto de meter la pata, ¡Por Dios, Cloe! ¿En qué estabas pensando?—¿Por qué tan pensativa?— La voz de Steve se escucho a breves metros de mi posición. Al girarme sobre mis talones lo veo.—¿Qué quieres?—Sola
Priscila:Bien, ahora que Cloe estaba enferma. Yo tenía que cumplir el papel de enfermera para poder ayudarla en su pronta recuperación. —¿Qué estás haciendo?— Steve se asomo por la puerta de la cocina y comenzó a olfatear.—Sopa... ¿O es que no hueles?— Le conteste de mala gana.—La quiero probar.— Él entro a la cocina y se paro a mi lado.—Ni lo sueñes.— Tome una cuchara grande para revolver la sopa dentro de la olla, —Es para Cloe.—Pero...—La que tiene un resfriado es ella. Por lo tanto, no quiero que me andes pidiendo sopa, ¿Te queda claro?— Deje de remover la cuchara grande dentro de la olla llena de sopa y lo mire.—Sí.— Steve bajo la mirada. Pero luego la levanto con una sonrisa ladina, —¿Ni siquiera un poquito?—Bueno...— Suspire, —Te la dare.—¿Enserio?— Steve parecía totalmente emocionado, —Tengo tanta hambre y Cloe me puso a trabajar horas extras.—Sí.Steve comenzó a saltar de felicidad, parecía un niño pequeño a punto de recibir un dulce o un juguete.—¿Te busco un pla
Priscila:Sentía el dolor de las picaduras de esas hormigas por todo mi cuerpo. Pero por suerte había aprendido técnicas de relajación en momentos como éste.Solamente tenía que respirar con suavidad y calmar los nervios. El dolor poco a poco iba disminuyendo. Pero podía sentir mucha debilidad.¿Quién era ese lobo que estaba disfrazado? Me hice esa pregunta dentro de mi cabeza.Tenía un vendaje en la boca que impedía que hablara.No había nadie cerca e intente movilizarme para liberarme. Pero fue en vano, estaba demasiado atada y las ataduras eran demasiado resistentes.Llegué al punto en que mi calma había menguado y había sido sustuido por una desesperación. Las hormigas me continuaban picando y llegó un punto en que sentía mi cuerpo desvanecerse. Me desmaye...Matt:Me había enterado de que Priscila había ido al bosque a buscar no sé qué. Pero mi preocupación nació cuando me dí cuenta que había pasado mucho tiempo y ella no había regresado.Por lo tanto, le ordene a Steve y Billy
Cloe:—¿Le lograste ver la cara?— Le pregunte a Priscila. Ella me había contado a detalle todo lo que le había pasado.—No.— Contestó ella, cerrando sus ojos en su intento de tolerar las picaduras que quizás le ardían, —Solamente habían dos lobos. El que creo que era de tu manada, ese si lo puedo llegar a reconocer si es que lo vuelvo a ver. Pero él que tenía el traje... No tengo ni la menor idea de quién sea.—¿Pero no le lograste ver un detalle de tu rostro, algo característico que nos ayude a identificarlo más adelante?— Le pregunte. Ella se quedó pensativa durante unos segundos, —No lo sé su estatura, ¿Era alto o bajo? Cualquier detalle es necesario.—Era de tamaño promedio, ni tan alto ni tan bajo... Pero es que tenía un traje y puede que el traje le haya aumentado o reducido su tamaño normal.— Dijo ella, —Y no pude ver mucho porque me vendaron los ojos.—¿Algún olor?—Nada. Lo único que podía oler era esa cosa que era caramelo o miel.—Priscila, ahora enfócate en descansar. Yo mi
Dan en algunas ocasiones podía llegar a ser insoportable. Sí, era más insoportable que pasar eternas horas debajo del sol y sin hacer nada.Recuerdo que ese era uno de los castigos que recibía por parte de mi padre Philippe en mi niñez. Ahora lo recordaba con cierta melancolía.—Será un privilegio recibir una cachetada.— Dice Dan con voz melosa.—En la noche te vendre a buscar. Necesito que estés listo y no que estés dormido para cuando llegues, ¿Te quedó claro?—Más claro que el agua y que el amor que siento por tí.Ni siquiera me tomo la molestia en darle una respuesta y solamente salgo de su habitación.—¿Qué haces levantada?— Le pregunte a Priscila que estaba caminando en mi dirección, —Priscila, tienes que reposar y descansar.—Me gustaría. Pero es que tengo un grave problema.— Comenta ella y pone cara de preocupación.—¿Cuál es ese grave problema?— Eleve una de mis cejas. La curiosidad recorría mis venas a alta velocidad, —Ese problema lo podemos arreglar.—Habla en plural... No