De repente Gabriel habló detrás de mí. —¿Qué conversan? —Libeyka no disimuló su enojo y recostó a Draco frente a ella y lo envolvió con sus brazos, como protegiéndolo de mí. Yo respondí: —Solo quise saludar a los niños, eso es todo. —Me dió la impresión de que estaban discutiendo. —Libeyka le dijo: —¿Acaso también nos obligará a ser amigas de su mujer? ¿No le parece que ya tenemos suficiente con lo que me hizo a nuestro alfa, no quiero a Luna cerca de mi hijo. —Gabril sonrió con sarcasmo. —Mi mujer se acercará a quien se le dé la gana, Luna es muy cariñosa con los niños, nadie le va a impedir que les de amor a estos pequeños, no olvides que Daren quizás nunca despierte, Luna y yo nos convertiremos en los protectores, no solo de la manada sino también de la familia, incluye al pequeño hijo de mi sobrino. —Draco gritó conmocionado: —¡Papá va a despertar! Gabriel lo miró con ojos de lástima. —Sí hijito, hay que tener mucha esperanza en que papá volverá —le extendió la man
La empleada de la mansión de Daren llegó a mi aposento, yo estaba esperándola en la sala, tenía un vestido, zapatos y joyas que eran muy similares a los que yo usaría en la noche. —Señora, Kaisser me envió a verla. —Pasa Gina, quiero que hagas un trabajo para mí, pero necesito que tengas mucha discreción, Kaisser me contó que Libeyka te maltrata. —ella agachó el rostro. —La señora Libeyka tiene mal carácter, pero tengo empleo. —Pues quiero que trabajes para mí de ahora en adelante, pero sin que nadie se entere, debes mantenerme informada acerca de todo lo que mis ojos no podrán ver en el seno de la familia Castell, especialmente quiero que estés pendiente de Draco de las cosas que le suceden a ese niño; ¿Estás dispuesta a hacerlo? Te pagaré tres veces más del sueldo que has recibido habitualmente. —Gracias, estaré muy pendiente de todo y del niño. —agarré el vestido. —Hoy necesito que uses este atuendo, supongo que Kaisser ya te puso al tanto. —Sí, ya él me dijo en qué pa
Narrador. Gabriel mandó a Kaisser a buscar a Aurora, ella aún estaba con Calíope. —El embajador dijo que subas, ya casi van a salir al balcón. —Aurora miró a Calíope. —Debo marcharme, hablaremos después en un lugar más discreto. —Ella caminó algunos pasos, Calíope la detuvo y le agarró la mano, ella se zafó de inmediato. —No puedes hacer eso, si Gabriel te ve… —Solo quiero decirte que voy a estar contigo, no te dejaré sola como lo hice en el pasado, confía en mí, te ayudaré en lo que pueda, estoy seguro de que no estás de acuerdo con lo que hizo el embajador. Aurora se dirigió hacia las escaleras y subió acompañada por Kaisser, cuando llegaron al pasillo él le dijo: —¿Por qué él te dijo esas cosas? —Calíope reconoció a mi lobo cuando rescaté a Daren en el río. —¿Intenta manipularte? Puedo silenciarlo hoy mismo si quieres. —No te preocupes, él solo quiere acercarse a mí, está de mi parte. —¿Para qué quiere estar cerca de ti? —Calíope fue mi pretendiente, antes
Aurora. Ha pasado más de una hora, después de presentarnos ante el pueblo, hemos entrado al gran salón, el mismo donde Daren fue coronado hace pocos días. Por un momento Kaisser pudo estar cerca de mí mientras Gabriel se alejó un poco, está charlando con un trío de militares que portan sus uniformes de gala. Un mozo pasó frente a nosotros con una bandeja llena de copas de vino, yo agarré una y bebí un trago, realmente lo necesitaba, luego Kaisser me dijo: —No vayas a las catacumbas. —¿Por qué? —No te ves bien, creo que vas a desmayarte, estás muy nerviosa. —Por supuesto que no estoy bien, me está matando la angustia, Gabriel está demostrando cosas en su personalidad que me causa incertidumbre, estoy convencida hoy más que nunca de que él puede matar a mi hijo… me persiguen las desgracias, o quizás soy yo la que atraigo cosas malas hacia mí y hacia los que amo. —No seas tan injusta contigo, el embajador ha tomado sus propias decisiones, tú no lo ayudaste ni lo condujiste a esto, d
Aurora fue a la cocina y sacó un cuchillo, lo escondió en el bolso que tenía colgado en su hombro. También buscó una linterna que Kaisser había dejado escondida en una gaveta y un manojo de llaves que consiguió, eran las copias de las celdas de la catacumba. Nadie vio a Aurora en la cocina, a esa hora no había personal en el área, pues estaban en sus quehaceres en otra área más cerca del salón. Luego salió al jardín y cruzó hacia donde había un gran patio exterior, el cual había que atravesar, para después bajar unas escaleras y tomar el pasillo hacia donde se encontraban las catacumbas, ella tenía el celular y usó el mapa de ubicación de todas las áreas del palacio.Caminó a prisa pero con cautela, especialmente donde había guardias. Mientras tanto Libeyka bajó las escaleras y se dirigió hacia el gran salón, llevaba consigo una sonrisa maliciosa, pues sabía que con la información que pensaba entregarle a Gabriel, haría que Luna estuviera en problemas. Se acercó a donde él es
A pesar del apestado olor que reinaba por todo el lugar, Aurora logró rastrear las partículas del perfume que usaba Valka, así llegó a donde la mujer se encontraba. Se asomó a través de la reja, la luz del pasillo era insuficiente para ver con claridad. Sacó el manojo de llaves y comenzó a probar una por una en la cerradura mientras que las manos le tiemblan. —¡Maldición! ¿Cuál es la llave? Continuó intentándolo, de pronto habló Valka. —¿Quién está ahí? Aurora no le contestó y continúan lo que estaba haciendo, Valka no pudo moverse de donde estaba, porque estaba encadenada de manos y pies recostada a la pared. Aurora y fin pudo abrir la reja, entonces suspiró hondo antes de entrar y comentó: —Ha llegado la hora de acabar contigo Valka. La mujer la visualizó. —¿Qué haces aquí Luna Meyer? Le habló con una voz estridente, Aurora la miró con ojos aplastantes, la observó de arriba abajo, Valka estaba sucia y su cabello se notaba húmedo, mojado en su propio sudor. —Es inc
—Vete Calíope, lo menos que necesito es que me estés aquí espiandome. —No tienes que asesinar a Valka, mírala, ya está pagando todo lo que te hizo, si la matas descansará en el templo de los dioses, ¿no crees que merece estar en este horrendo lugar, aquí pagará todo el daño que causó a todos, no solo a ti, también engañó a Daren, hizo infeliz a Libeyka y a otros miembros de la familia. —¡Libeyka es igual a ella! —No tuvo elección. —Valka intervino. —Él tiene razón, no tienes que matarme. —Aurora la miró con odio. —Si voy a hacerlo, levantó el cuchillo y con toda su fuerza lanzó su brazo contra Valka, iba directo al lado izquierdo de su pecho, pero Calíope la detuvo, Valka chilló como una hiena cuando está herida, Aurora había cerrado sus ojos para no ver su propio acto de violencia que estaba cometiendo, pero al sentir la mano de Calíope sobre el cuchillo los abrió, él lo tenía agarrado de la hojilla y lo arrancó de dónde lo había clavado, cerca del hombro de Valka. —Suelta
Aurora jamás había sospechado nada acerca de los sentimientos que Calíope tenía hacia ella, anonadada le dijo: —¿Qué significan tus palabras? —Significan que yo te vi primero, desde el primer momento mis ojos te amaron, te vi por primera vez en el campus, estabas sentada sobre la grama charlando con tus dos amigas; pasé cerca y me quedé mirándote, aún recuerdo tu sonrisa, tu cabello largo y ondulado bailando con el viento, tu aroma impregnó mi naríz para siempre; no puedo describir la impresión que provocaste dentro de mí. —No sé que decir… —Todos estos años lloré tu muerte, intenté olvidarte de mil maneras, divirtiéndome con muchas mujeres, humanas y licántropos, pero jamás pude perdonarme mi propia cobardía; casi muero y resucito en ese bosque cuando vi tu lobo —a Aurora de él aguaron los ojos—. No sabes cuánta alegría has traído a mi corazón, siento que resucité contigo, me hiciste vivir nuevamente, esta vez no seré el mismo cobarde de siempre, aunque tenga que dar mi vida