Jacking mira a Amet, esperando que le ayude a evitar que sus hermosas esposas embarazadas participen en la demostración de poder. Pero Amet está fascinado con su encantadora esposa Antoni, vestida con un hermoso vestido amarillo, su cabello dorado al viento y su cuerno brillante al descubierto, quien le sonríe encantadoramente.—¿Amet? —llama Jacking.—No veo por qué no podemos hacerlo —responde Amet sin apartar la mirada de su esposa.—¿Bennu? ¿Horacio? ¿Qué opinan? —busca el apoyo de los otros dos hombres cercanos que lo siguen, su celta y delta.Pero al mirar a sus amigos, los ve igual de distraídos. Su general celta Bennu está absorto en su esposa Netfis, vestida con un sugerente vestido gris que resalta su silueta, su abundante cabello negro suelto y una hermosa diadema en su frente. Desvía la mirada hacia Horacio, que está observando a su esposa Julieta. Ella luce un hermoso vestido verde claro con una gran abertura en la pierna izquierda, dejando ver su belleza. Su cabello cast
Jacking se eleva y se transforma en el nuevo Alfa Supremo. Se concentra y, en efecto, siente un gran temor emanando de muchos seres sobrenaturales fuera de la barrera protectora. El miedo es aterrador, y sabe que escapan de algo terrible, por lo que a pesar del peligro que representa para su manada lo que va a hacer, decide ayudar y proteger a todos aquellos seres que pueda. —Teka, Alex, Neiti —llama a los brujos decidido.—Sí, mi Alfa —responden todos a su llamado, apareciendo frente a él.—¡Abran la barrera protectora ahora! —ordena con voz firme.—Pero mi Alfa, estaremos expuestos —protesta uno de ellos.—Hagan lo que digo —insiste muy serio. —Bennu, dejen de atacar, ellos están buscando refugio, no nos están atacando.—¿Está seguro mi Alfa? —pregunta Bennu con incertidumbre.—¡Teka, haz lo que te ordeno! —insiste Jacking.—Sí, mi Alfa —acepta Teka.—¡Amet, Horacio! Ayúdenme a traer una cueva para aquí —ordena Jacking.—Sí, mi Alfa —responden Amet y Horacio.—¿Listo, Teka? —pregu
El Alfa Supremo aún convertido en el dios Horus dirige su mirada a su beta, Amet que se la sostiene. Este se ve realmente perturbado, primero aparecieron los Androesfinges, ahora Hu, su líder está diciendo que huyen de las Hieracoesfinges. Que se supone que también están extinguidas. —Tenemos un serio problema mi Alfa — dice Amet dirigiéndose a Jacking. —Algo en toda esta historia no me gusta.—¿Qué es Amet? ¿Qué tipo de criatura son esas que mencionó Hu? No las recuerdo.—Claro que no las recuerdas, mi Alfa. Porque cuando nosotros nacimos ya no existían, solo en estatuas de piedra las vimos. Los Hieracoesfinge son de naturaleza maliciosa, posee cabeza de halcón, cuerpo de león y alas; además de poseer unas poderosas garras y un pico muy afilado para pelear en contra de sus enemigos, siempre andan en grupo.—Así es, mi amo Horus — agrega Hu — cuando nos despertamos, había una gran manada de ellos acechandonos. Yo pude sentir su presencia y corrimos hacía acá. —¿Cómo abrieron la ba
Todos se teletransportan de inmediato a la barrera, observando cómo se ilumina cada vez más, al recibir el impacto aterrador de las garras de las Hieracoesfinges. La Luna Suprema y la Bruja Suprema, junto con todos los brujos y hechiceros de la manada, hacen todo lo posible para mantener la barrera.El Alfa Supremo, transformado en el gran Horus y seguido por los Androesfinges, levanta su bastón y comienza a absorber toda la energía cósmica que puede. Los Androesfinges lo imitan, levantando sus manos convertidas en grandes garras, también absorben energía cósmica a través de Horus, quien los observa con atención.En un instante, deja de ser Horus y se transforma en el gran Alfa Supremo alado con facciones de dragón. Los Androesfinges se detienen, asombrados por la transformación. Sin embargo, el ojo de Horus en su frente los obliga a bajar la cabeza en reverencia hacia el Alfa.La batalla continúa, pero ahora con una nueva energía y un nuevo líder al frente. El Alfa Supremo alado está
Todos parecen sorprendidos, pero al mismo tiempo, hay un sentido de comprensión. Si alguien tenía la capacidad y el motivo para causar tal desorden, sería él.—Mi Alfa —comienza a hablar Amón— como todos sabemos, Thot es el dios de la sabiduría y tiene autoridad sobre todos los dioses.—Eso todos lo sabemos, Amón, pero hasta donde sé, nunca ha interferido en las luchas de poder —dice Amet.—Recuerden que Thot no solo es el dios de la sabiduría. También es el inventor de la escritura, creador del patrón de los escribas, de las artes y las ciencias. Como dios de la escritura, es el inventor de todas las palabras, del lenguaje articulado.—No entiendo por qué nos explicas esto, Amón —lo interrumpe impaciente el Alfa Supremo.—A lo que mi esposo quiere llegar, mi Alfa —interviene Amonet— es a decir que el dios Thot no puede soportar el no saber algo.—¿Aún no entiendo?—Pues, mi Alfa, para Thot el enigma que causó Mat es tan grande, que no parará hasta saber cómo lo hizo.—Eso tiene lógic
La cueva se llena de un silencio sobrecogedor mientras los lobos se colocan alrededor del cuerpo inerte de Balaur. Sus figuras parecen sombras etéreas en la tenue luz, sus ojos brillantes llenos de determinación y desesperación. Los demás observan con la respiración contenida, sus corazones latiendo con un temor que no se atreven a expresar. Todos saben que un aguijonazo de un escorpión negro del infierno es mortal, una condena de muerte casi segura.Pero los lobos no se rinden. Sus cuerpos se tensan, y un aullido lleno de dolor y esperanza se eleva en el aire, rebotando en las paredes de la cueva y llenando cada rincón con su llamado desesperado. Es un llamado al Alfa Supremo Mat, un llamado lleno de amor y lealtad. Los que están despiertos se unen al aullido, sus voces uniéndose en una sinfonía de desesperación y esperanza.Pero no sucede nada. No hay respuesta al llamado, solo el eco de sus voces desvaneciéndose en la oscuridad. La desesperación comienza a asentarse, un peso frío y
El Beta Amet mira a su alfa con una expresión de incredulidad y duda. Jacking le sostiene la mirada, desconcertado por su reacción. Al darse cuenta de esto, Amet pregunta nuevamente:—¿No me acabas de decir que estabas estudiando el libro sagrado? ¿Cómo es que no leíste esa parte?—No he llegado ahí todavía —responde Jacking, bajando la mirada avergonzado.—Jacking, eso es lo primero que está escrito —dice Amet muy serio—. ¿No me digas que saltaste las páginas? Dame el libro, te ayudaré a estudiar la ceremonia como debe ser. No confío en ti.—Amet...—No me llames así, eres un mal estudiante —lo reprende Amet como si fuera un niño, algo que ha hecho desde que eran jóvenes—. Vamos a estudiar en serio, Jacking. Siempre quieres ir directo a los poderes, sin entender de dónde provienen ni cómo funcionan.—Ja, ja, ja... me conoces muy bien —responde Jacking con una sonrisa.—Sí, te conozco. Pero esta vez no puedes dejarme a mí la teoría. Tienes que dominarla antes de todo lo demás.—Pero s
Las esposas de los altos mandos de la manada La Maat Ra están sonrientes después de las noticias sobre los sexos de sus futuros bebés. Todos se encuentran reunidos frente a la clínica.—Chicas —comienza a hablar la Luna Isis, emocionada—, ¿quieren acompañarme a casa? Antes de venir encontramos un bebé.—¿Un bebé?—Sí, estaba muy malherido junto a la estatua de la plaza. Yo lo curé y mi Alfa me dijo que si no aparecen los padres, nos quedaremos con él. ¡Es precioso!—Ah, sí, Amet — se gira Jacking al escuchar a Isis para hablar con Amet— comunícate con todas las manadas para preguntar si alguna ha perdido un bebé. Porque este que encontramos es muy poderoso. Es pequeño y ya tiene los ojos dorados —le ordena Jacking.—¿Dorados? Debe ser hijo de Alfas —dice Amet.—Eso mismo pensamos. Tal vez alguien lo robó y nos lo dejó aquí para, ya sabes, provocar una guerra.—Lo haré ahora mismo, mi Alfa —responde Amet, separándose un poco para abrir los enlaces con todos los Alfas de Alfas.—Entonc