La impotencia y la culpabilidad inundan a Jacking. Se siente responsable por lo que le ha sucedido a Mat. Se reprocha a sí mismo por no haberlo protegido mejor cuando Mat estaba dentro de Ionut. Sabía que su lobo era testarudo, pero nunca pensó que su desobediencia podría llevar a tal desastre.Se sienta en el último escalón antes de llegar a su habitación, tratando de controlar sus emociones. No quiere preocupar a su Luna. Aunque ella trata de aparentar fortaleza, él puede oír sus sollozos silenciosos. Si solo pudiera estar con Ast, pero no puede. Isis está embarazada y convertirse en lobo podría poner en peligro a sus cachorros.La frustración y la tristeza lo abruman y, sin poder contenerse más, deja escapar unos sollozos. Cada lágrima que cae es un recordatorio de su fracaso para proteger a Mat, de su incapacidad para ayudarlo. Pero sabe que debe ser fuerte, por su Luna, por sus cachorros, y por él mismo. Con un último suspiro, se pone de pie y entra en su habitación, preparándose
La noche en el bosque es espesa y oscura, con una luna apenas visible entre las ramas de los árboles. El aire está cargado de una tensión palpable, como si la misma naturaleza estuviera conteniendo la respiración. Los sonidos nocturnos habituales del bosque se han silenciado, reemplazados por un silencio casi sobrenatural.De repente, una niebla oscura y espesa emerge de las sombras, envolviendo todo a su paso. Se mueve con una vida propia, serpenteando entre los árboles y cubriendo todo a su paso. Es una oscuridad tan profunda que parece absorber toda la luz a su alrededor, creando un vacío de sombras.Sin embargo, en medio de esta oscuridad, una luz brilla con fuerza. El brujo blanco Alex, el poderoso miembro de la manada La Maat Ra, se alza contra la oscuridad. Su luz es brillante y pura, un faro de esperanza en la oscuridad. Lucha contra la niebla oscura, su luz chocando contra las sombras en una danza eterna de luz y oscuridad.La lucha es feroz y despiadada. La luz de Alex se re
Jacking se siente cada día más fuerte y poderoso. El cuerpo de Mat, su forma de lobo, se ha vuelto más imponente. Además, ha descubierto que puede dominar los poderes del dios Mat a la perfección. Sin embargo, todavía no siente el alma del lobo en su pecho. Sigue experimentando un enorme vacío desde que la perdió. En su despacho, estudia una vez más el libro sagrado de los Alfas Supremos cuando ve aparecer a Amet, acompañado de Bennu y Horacio.—Buenos días, mi Alfa —saluda su beta Amet.—Buenos días, hermanos. ¿Qué los trae por aquí tan tarde? —pregunta Jacking.—Mi Alfa, nos encontramos en África, cerca del desierto del Sahara —explica Amet muy serio. — Tenemos un asunto pendiente por allá.—¿A qué te refieres, Amet? Sé más específico —pregunta muy intrigado el alfa.—¿Kel Tamajag no te recuerda algo?Jacking se levanta de un salto, cerrando el libro de golpe. Claramente, Kel Tamajag le trae recuerdos. El Alfa Supremo, Jacking, siente una mezcla de emociones al recordar la trampa en
Dentro de la caja se encuentran dos pequeños cofres de cristal. En uno de ellos reposa el ojo izquierdo del dios Horus. Según la historia que conocen, Osiris, el padre de Horus, fue asesinado por su hermano Seth. En su búsqueda de venganza, Horus perdió su ojo izquierdo durante una serie de enfrentamientos con Seth. Sin embargo, el dios Thot, conocido por su magia y sabiduría, logró restaurar el ojo de Horus, quien a su vez lo ofreció a Osiris para devolverle la vida. Por esta razón, el ojo de Horus también simboliza sacrificio, recuperación y protección. Entonces, ¿cómo era posible que el ojo del dios estuviera en posesión de la madre de Jacking? ¿Por qué nunca se había manifestado hasta ahora a lo largo del milenio que habían vivido? Jacking, transformado en Horus, observa el ojo con desconcierto. Con sumo cuidado, lo toma entre sus manos y lo abre. En ese instante, una luz intensa se expande por todo el despacho, iluminando cada rincón. El ojo se eleva en el aire y se desliza h
La presencia de Osiris envuelve a Jacking con una energía reconfortante y poderosa. Jacking se siente honrado y privilegiado de poder estar frente a su padre divino, compartiendo este momento tan especial. El encuentro entre Horus y Osiris es un testimonio del linaje divino que corre por las venas de Jacking. Es un recordatorio de su propósito y destino como protector de la estirpe ancestral. En ese instante, Jacking comprende la importancia de su papel y se llena de determinación para cumplir con su deber.—Horus, hijo mío —dice Osiris con una voz serena pero firme—. Sé que esto puede resultar confuso para ti, pero es la única manera de salvar tu alma de lobo en este momento. Te he otorgado el poder de los grandes faraones, pero debido al castigo impuesto por Ra, debes seguir el ciclo de vida y muerte de los lobos. —¡¿Qué?! —exclama Horus, con incredulidad y angustia en su voz— ¿Cómo va a morir mi lobo papá? ¡Si lo hace, lo haré yo también! La confusión y la incredulidad se refleja
Mat asiente con seriedad. Jacking, Amet, Horacio y Bennu sonríen y se miran entre ellos satisfechos de su Alfa Supremo Lobo.—Ese mismo, no crean que se me ha olvidado lo que le hizo a nuestra manada. Nos llevó a una encerrona de demonios —dice Mat con determinación, recordando el pasado oscuro que sufrieron a manos de Kel Tamajag.—Nosotros estábamos preparándonos para eso, Mat, pero ahora estamos solos —responde Jacking, consciente de la ausencia de otros guerreros de su manada en esta lucha.—Hermanos, me parece que tanta paz les ha hecho olvidar quiénes somos realmente. La vez anterior teníamos que cuidarnos por nuestras mitades. Pero ahora no tenemos que cuidar a nadie más que a nosotros mismos. Solo debemos luchar con todo nuestro poder y fuerza —añade Mat, recordando la importancia de su manada y su papel como líder.—¡Eso es verdad, Jacking! Hace años que no hemos desarrollado completamente nuestros poderes, están un poco dormidos —comenta el beta Amet, emocionado de poder apr
Mat ha caído de espaldas con la loba encima. La lanza rápidamente lejos de él furioso y confundido, al tiempo que se gira hacia Jacking.—¡Conviérteme en Alfa Supremo, Jacking! —le pide por el link.Jacking lo mira desconcertado, pero accede a la petición. Mat se transforma en Alfa Supremo ante todos, irradiando una imponente presencia que intimida a la loba, obligándola a bajar sumisamente la cabeza. El resto de la manada contiene el aliento, expectante. Todos están expectantes, porque Mat como Alfa Supremo es intimidante.—¿Cuál es tu nombre? —inquiere Mat con voz grave y poderosa.—Assarte, mi Alfa —responde la loba, amedrentada.—¡Assarte! ¿Qué locuras haces? Pregunta Kel Tamareg adelantándose asustado y poniéndose de rodillas frente a gran Alfa Supremo en que está convertido Mat.—Perdónela mi Alfa, ella no sabe lo que hace.—Un momento Kel —interviene Jacking sintiendo cómo Mat está perdiendo el control—. Assarte, ¿cuáles son las esencias de Mat?—¿Las esencias, mi Alfa? Pues
Una oleada de amor y añoranza invadió a Mat al sentir su amor. Extrañaba terriblemente a su loba. Anhelaba volver a estar junto a ella, abrazarla, sentir su calor y oler su dulce aroma tan familiar. Pero debía cumplir su misión antes de regresar a los brazos de su alma gemela. Con renovadas fuerzas, partiría confiado en que el destino los volvería a unir. Mientras su vínculo existiera, siempre encontraría el camino de regreso a casa, a su amada Ast.—¿Ya viniste para quedarte Mat? —preguntó Ast, esperanzada.—No he regresado, mi loba. Solo vine a verte y comprobar que no cambiaron mi esencia de pareja. Pero ya me voy. Te amo, mi loba, espera por mí. Cuida de Jacking, mi loba.—Yo te adoro, mi lobo. Lo haré, ¿tardarás mucho en volver, mi lobo?—No lo sé, mi loba —dice rozando apenas su nariz con la de ella. — Ahora dale el control a tu humana para despedirme de ella.—Está bien, mi lobo. Cuídate mucho y regresa pronto —se despide la loba Ast, y le pasa el control a su humana Isis que