Dentro de la caja se encuentran dos pequeños cofres de cristal. En uno de ellos reposa el ojo izquierdo del dios Horus. Según la historia que conocen, Osiris, el padre de Horus, fue asesinado por su hermano Seth. En su búsqueda de venganza, Horus perdió su ojo izquierdo durante una serie de enfrentamientos con Seth. Sin embargo, el dios Thot, conocido por su magia y sabiduría, logró restaurar el ojo de Horus, quien a su vez lo ofreció a Osiris para devolverle la vida. Por esta razón, el ojo de Horus también simboliza sacrificio, recuperación y protección. Entonces, ¿cómo era posible que el ojo del dios estuviera en posesión de la madre de Jacking? ¿Por qué nunca se había manifestado hasta ahora a lo largo del milenio que habían vivido? Jacking, transformado en Horus, observa el ojo con desconcierto. Con sumo cuidado, lo toma entre sus manos y lo abre. En ese instante, una luz intensa se expande por todo el despacho, iluminando cada rincón. El ojo se eleva en el aire y se desliza h
La presencia de Osiris envuelve a Jacking con una energía reconfortante y poderosa. Jacking se siente honrado y privilegiado de poder estar frente a su padre divino, compartiendo este momento tan especial. El encuentro entre Horus y Osiris es un testimonio del linaje divino que corre por las venas de Jacking. Es un recordatorio de su propósito y destino como protector de la estirpe ancestral. En ese instante, Jacking comprende la importancia de su papel y se llena de determinación para cumplir con su deber.—Horus, hijo mío —dice Osiris con una voz serena pero firme—. Sé que esto puede resultar confuso para ti, pero es la única manera de salvar tu alma de lobo en este momento. Te he otorgado el poder de los grandes faraones, pero debido al castigo impuesto por Ra, debes seguir el ciclo de vida y muerte de los lobos. —¡¿Qué?! —exclama Horus, con incredulidad y angustia en su voz— ¿Cómo va a morir mi lobo papá? ¡Si lo hace, lo haré yo también! La confusión y la incredulidad se refleja
Mat asiente con seriedad. Jacking, Amet, Horacio y Bennu sonríen y se miran entre ellos satisfechos de su Alfa Supremo Lobo.—Ese mismo, no crean que se me ha olvidado lo que le hizo a nuestra manada. Nos llevó a una encerrona de demonios —dice Mat con determinación, recordando el pasado oscuro que sufrieron a manos de Kel Tamajag.—Nosotros estábamos preparándonos para eso, Mat, pero ahora estamos solos —responde Jacking, consciente de la ausencia de otros guerreros de su manada en esta lucha.—Hermanos, me parece que tanta paz les ha hecho olvidar quiénes somos realmente. La vez anterior teníamos que cuidarnos por nuestras mitades. Pero ahora no tenemos que cuidar a nadie más que a nosotros mismos. Solo debemos luchar con todo nuestro poder y fuerza —añade Mat, recordando la importancia de su manada y su papel como líder.—¡Eso es verdad, Jacking! Hace años que no hemos desarrollado completamente nuestros poderes, están un poco dormidos —comenta el beta Amet, emocionado de poder apr
Mat ha caído de espaldas con la loba encima. La lanza rápidamente lejos de él furioso y confundido, al tiempo que se gira hacia Jacking.—¡Conviérteme en Alfa Supremo, Jacking! —le pide por el link.Jacking lo mira desconcertado, pero accede a la petición. Mat se transforma en Alfa Supremo ante todos, irradiando una imponente presencia que intimida a la loba, obligándola a bajar sumisamente la cabeza. El resto de la manada contiene el aliento, expectante. Todos están expectantes, porque Mat como Alfa Supremo es intimidante.—¿Cuál es tu nombre? —inquiere Mat con voz grave y poderosa.—Assarte, mi Alfa —responde la loba, amedrentada.—¡Assarte! ¿Qué locuras haces? Pregunta Kel Tamareg adelantándose asustado y poniéndose de rodillas frente a gran Alfa Supremo en que está convertido Mat.—Perdónela mi Alfa, ella no sabe lo que hace.—Un momento Kel —interviene Jacking sintiendo cómo Mat está perdiendo el control—. Assarte, ¿cuáles son las esencias de Mat?—¿Las esencias, mi Alfa? Pues
Una oleada de amor y añoranza invadió a Mat al sentir su amor. Extrañaba terriblemente a su loba. Anhelaba volver a estar junto a ella, abrazarla, sentir su calor y oler su dulce aroma tan familiar. Pero debía cumplir su misión antes de regresar a los brazos de su alma gemela. Con renovadas fuerzas, partiría confiado en que el destino los volvería a unir. Mientras su vínculo existiera, siempre encontraría el camino de regreso a casa, a su amada Ast.—¿Ya viniste para quedarte Mat? —preguntó Ast, esperanzada.—No he regresado, mi loba. Solo vine a verte y comprobar que no cambiaron mi esencia de pareja. Pero ya me voy. Te amo, mi loba, espera por mí. Cuida de Jacking, mi loba.—Yo te adoro, mi lobo. Lo haré, ¿tardarás mucho en volver, mi lobo?—No lo sé, mi loba —dice rozando apenas su nariz con la de ella. — Ahora dale el control a tu humana para despedirme de ella.—Está bien, mi lobo. Cuídate mucho y regresa pronto —se despide la loba Ast, y le pasa el control a su humana Isis que
La llegada del Alfa Costel, acompañado de su beta Mihai sonriente, los interrumpe. Costel, el imponente Alfa de la manada rumana, se acercó con paso firme hacia Jacking y Mat. Era un hombre lobo enorme, de casi dos metros de altura y complexión robusta. Su piel bronceada y sus facciones duras le daban un aire rudo. Sus ojos verdes parecían atravesar el alma.Junto a él caminaba Mihai, su beta. A diferencia de Costel, Mihai era esbelto y de tez pálida, con una larga melena negra. Sus ojos grises destellaban con un brillo travieso. Siempre tenía una sonrisa dibujada en los labios. Costel llegó hasta el Alfa Supremo y lo envolvió en un efusivo abrazo, palmeando su espalda con fuerza y mira con desconfianza al lobo a su lado.—Buenos días, mi Alfa. ¿A qué debemos el honor de su visita? —saludó Costel.—Amigo Costel, he estado muy preocupado por tu manada últimamente —respondió Jacking—. La Madre Yat me ha enviado a este lobo para que nos ayude.—¿La Madre Yat? —preguntó Costel sorprendi
El general Bennu, el jefe y legendario Celta, único cazador en el mundo sobrenatural de los lobos que ocupa un puesto de respeto y nada menos que junto al Alfa Supremo. Se queda observando a su Alfa que lo mira burlonamente como si lo que hizo no pusiera en peligro su vida. Da la vuelta para calmarse ante la mirada de todos. —¡¿Viniste solo Jacking?!— Grita Bennu.—No hice tal cosa, vine con Mat y mira allí, los lobos sombras —le rebate el Alfa ahora más seriamente. —Pero no debiste dejarnos Jacking —le reclama su beta Amet, también molesto porque los dejó atrás.—Está bueno ya, no sean maleducados —les llama la atención muy serio. — Saluden a Costel y a su primo Ionel.—¿Primo Ionel?—preguntan los tres confundidos. Los tres estaban enterados de que había desaparecido el primo Ionel, al Alfa Costel pidió ayuda para encontrarlo. ¿Cómo no les avisó que había aparecido, para ellos dejar de buscarlo?—Sí, es mi primo. El único que tengo— les dice Costel, pensando que ellos no saben q
Mat, a pesar de ser un Dios, aún tiene mucho que aprender sobre los seres sobrenaturales de la tierra, especialmente sobre su mitad de alma, el Alfa Supremo de los hombres lobo. Jacking, al darse cuenta de la confusión de su lobo Mat, pasa a explicarle lo que hizo.—Mat, no es nada. Solo incrementé el poder de la dualidad. Ellos podrán haber hecho eso, pero se les olvida que eres la mitad de lo que soy, eso jamás lo podrán cambiar. En estos momentos, eres mi doble, yo me dupliqué y soy quien dirige tu cuerpo y el mío.—¿El poder de la dualidad? Eso es verdad, no lo había pensado— dice Mat, realmente sorprendido de que Jacking se haya acordado de eso. Siempre consideró, en su arrogancia, que la raza humana era torpe y estúpida. Mat, como un Dios con una vasta sabiduría y poderes sobrenaturales, se sentía superior a los humanos. Desde su perspectiva divina, veía a los seres humanos como seres limitados, propensos a cometer errores y careciendo de la capacidad de comprender plenamente e