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05. Mimos y caricias II

| Albert |

Quito suavemente la camisa de mi morena, veo como sus vellos se erizan por esa simple acción, me fijo en sus senos enfundados en el sostén, me contengo para no hacer lo que se me viene a la mente en este mismo instante, con cuidado quito el sostén y veo como sus pezones se ponen duros, trago grueso y la levanto para quitarle el pantalón, no me importa que este manchado de sangre, después quito sus pantis dejándola desnuda, para cargarla y con cuidado meterla en la tina, me apresuro a recoger su cabello, hice un moño algo desordenado y flojo, sin embargo sirve para que su cabello no se moje. 

— yo puedo bañarme — insiste mi terca morena. 

— lo se, pero yo quiero hacerlo — respondo algo serio por su insistencia. 

Agarro la esponja y le hecho un poco de jabón líquido para el cuerpo, la fragancia es de coco y me gusta porque no opaca el olor natural que ella desprende, si no que mas bien lo resalta, lentamente froto la esponja por sus hombros, espalda y brazos, le pido que alce los brazos para lavar sus axilas y después restriego la esponja en sus senos, me tardo un poco mas de lo debido en ese lugar, después bajo hacia su abdomen y piernas, dejo la esponja a un lado y hecho un poco de jabón en mis dedos para después limpiar su parte intima, ella se tensa un poco, pero me deja hacerlo. 

— ¡ ah ! — un pequeño gemido se escapa de sus labios. 

Sonrió ya que apropósito estimule un poco sus sensibles pliegues, dejo de torturar a mi morena ya que dudo que me deje aparear con ella si tiene la menstruación, quito el jabón de su cuerpo y seco su piel con una toalla, cuando termino la llevo a la cama y la acuesto en ella, cuando intenta levantarse le gruño y ella se acuesta, me apresuro a buscar unas pantaletas y la toalla femenina antes de que manche la cama, cuando regreso con las cosas me doy cuenta que no se como colocar una toalla femenina en una pantaleta. 

— ¿ cómo se coloca esto ? — pregunto abriendo el paquete donde está envuelto la toalla femenina. 

Ella se pone nerviosa por lo que estoy haciendo, se apresura a acercarse para quitarme la toalla, pero yo la detengo. 

— quiero hacerlo — insisto. 

Ella suspira resignada, agarra la toalla y le quita unos papelitos que tiene, después me muestra como se pega en su ropa interior, ladeó mi cara curioso por la nueva cosa que aprendí, agarro su ropa interior y se la coloco, escucho que su corazón late muy fuerte, se la razón, me hace feliz saber que yo también provocó algo en ella como Kurt lo hace. 

— listo . 

— ¿ dónde está el resto de la ropa ? — pregunta ella. 

— ¿ es necesario que te pongas más ropa ? — cuestionó y ella me mira mal. 

— si, es necesario Albert — dice como si fuera obvio. 

Solo suelto un gruñido, más me levanto de la cama para buscar entre su ropa algo que me guste, agarro una camisa negra que le quedará pegada a su cuerpo con una falta algo corta, sonrió al imaginarme lo linda que se verá con esto, cuando regreso ella está sentada en la cama tapando su cuerpo con la manta, me mira cuando me coloco en frente de ella. 

— levanta los brazos — ordeno y para mí sorpresa obedece inmediatamente. 

Le coloco la camisa negra, después le muestro la falta y ella se acuesta en la cama levantando ligeramente sus piernas, deslizó la pequeña falda fácilmente por sus piernas y después levanto un poco su trasero para colocarle la falta hasta la cadera. 

« se ve muy bonita mu morena » 

No puedo evitar sonreír al saber que ella me dejó bañarla y vestirla aún cuando no confía del todo en mi, pero me encanta que me deje mimarla cuando está en sus días dónde sus hormonas se alborotan y se puede llegar a sentir desprotegida. 

En nuestra raza las hembras se asustan cuando le llega su menstruación por saben que días después serán fértiles que es cuando entran en celo, se que ella es más humana que una hembra Cambia Forma, pero igual tengo el instinto animal de protegerla, de mimarla y hacerle saber que junto a mi estará segura. 

« no sabes cuánto de te quiero morena » 

La levanto para acostarla en medio de la cama, ella me mira curiosa por lo que estoy haciendo, agarro la sábana y nos envuelvo en ella para hacer una especie de nido donde ella esté calentita. 

— ¿ cómo te sientes ? — pregunto acariciando su cabello. 

— bien — es lo único que dice. 

De manera delicada coloco mi mano en su nuca para obligarla a recostar su cabeza en mi pecho, ella lo hace y cierra los ojos. 

— ¿ tienes hambre o antojos ? — pregunto y aún cuando tiene los ojos cerrados frunce el ceño. 

— solo tengo la menstruación, no estoy embarazada — me dice con una pequeña sonrisa — gracias — susurra bajito. 

— ¿ por qué ? 

— por cuidarme, nunca nadie me había tratado así ... muchas gracias — susurra cómo si fuera un pecado decir esas palabras. 

— soy tu Alfa, tu macho, tu esposo, — le recuerdo — mi deber es protegerte, amarte y cuidarte, que clase de macho sería si no soy capaz de hacer eso — le digo. 

Ella abre los ojos y me mira como si no creyera que esas palabras fueran mías, se que a ella le cuesta aceptar el cariño que otros le dan, le cuesta mucho aceptar que es humana y que no siempre puede ser fuerte, supongo que mucho de eso tiene que ver con el entrenamiento y los años que estuvo en el ejército, supongo que eso le hizo pensar que está mal demostrar debilidad o quejarse por algo, la forzaron a no mostrar debilidad ante las otras personas y por eso a veces se encierra en ese cascarón que la hace ver fuerte y sin ninguna debilidad ni necesidad, cuando por dentro sigue siendo una hembra que necesita cariño de vez en cuando como cualquier persona.

Sigo acaricia su cabello ondulado hasta que ella se duerme, es normal que se sienta exhausta ya que hace menos de una hora tuvo su transformación, aún cuando no se haya convertido en una puma, si hubo  una transformación, ella es un híbrido y por ende nunca podrá transformarse a puma y no tendrá una parte animal, sin bargo si tendrá comportamientos, instintos y sus sentidos más desarrollados cómo cualquier Cambia Forma. 

Salgo de la cama con cuida arropando bien su cuerpo con la sábana y colocando una almohada debajo de su cabeza, seguro necesitará carne para reponer toda la energía que gasto en su transformación, no le daré la carne que está en el congelador, ella necesita carne fresca y cruda para poder reponerse bien. 

Salgo de la casa y me transformó corriendo al bosque, olfateo el aire tratando de buscar el olor de una buena presa para mi compañera, camino alerta a cualquier movimiento que me indique que alguna presa está cerca, a mi nariz llega el olor de una liebre, normalmente en este bosque no habría, pero nosotros compramos dos parejas de liebres hace unos cuatro años más o menos y dejamos que se reproduzcan ellas solas por más de un año y ahora tenemos cientos de liebres corriendo libres por el bosque para alimentarnos, nosotros solo cazamos cuando es necesario, no como los humanos que lo hacen simplemente por deporte o por la piel del animal y botan la carne. 

En menos de cinco minutos cazo la liebre, me asegure de que fuera macho ya que así dejamos más hembras para que se reproduzcan mejor, camino con mi presa en mi osico feliz ya que mi morena tendrá una presa digna de ser devorada por ella, cuando llego a la casa me dirijo hacia la cocina y vuelvo s mi forma humana, agarro la liebre y empiezo a despelljar quitando todo el pelo ya que mi morena no sabra cómo comerla y arrancarle la piel con sus pequeños colmillos, cuando ya tengo lista los pedazos de carne sin huesos los coloco en un plato, agarro la piel del animal y pienso si puedo hacer algo con ella. 

« unas manoplas » 

Estarían bien, la piel es peludita y quedarían bien, guardo la piel ya que será un proceso un poco largo hacerlas, tendré que pedirle permiso a Kurt para que me deje usar su cuerpo por unas horas algunos días para hacerlas. 

Cuando guardo la piel y limpio el desastre que había hecho en la cocina agarro el plato y subo para alimentar a mi morena, ya son casi las cinco de la tarde y necesita comer algo, cuando llego a la habitación cierro la puerta y veo que está donde la dejé, con cuidado me subo a la cama y la despierto dando besitos en sus cachetes. 

— ¿ qué pasó ? — pregunta algo adormilada mientras de estira. 

— tienes que comer. 

Me siento en frente de ella el plato en mis piernas, ella lenta y de manera perezosa se sienta, frota sus ojos con sus nudillos, miro su cabello que está bastante desordenado y solo sonrio por la tierna imagen. 

— habré la boca — ordeno y ella fija la mirada en el plato. 

— ¿ carne cruda ? — pregunta. 

— si, ahora come — ordeno. 

Agarro un pedazo dispuesto a colocarlo en su linda boquita, pero ella niega. 

— Albert no quiero comer carne cruda — me dice. 

— pero yo fui a cazar solo para ti — le digo algo dolido por su rechazo. 

— para los humanos no es normal comer carne cruda. 

— tú ya no eres humana, necesitas esto para recuperar fuerzas — le hago saber. 

— yo no quiero — dice negando.

— ¿ me vas a rechazar ? — pregunto dolido. 

Este es como un regalo, me fui a cazar solo para ella, le quite la piel a mi presa e incluso corte la carne en pedacitos para que ella no tuviera que hacer esfuerzo en masticar. 

— está bien, nunca más te vuelvo a cazar algo — gruño enojado. 

Ella trata de agarra mi brazo, pero me suelto de manera brusca. 

— no quería ofenderte, Albert yo... — no la dejo terminar de hablar. 

Me levanto de la cama dispuesto a irme, lo hice con amor y cariño para que ella solo me rechace, nunca me sentí tan ofendido como ahora. 

— ¡ Albert no te vallas ! — dice agarrando mi brazo. 

La miro, ella está de rodillas en el borde de la cama mientras con ambos brazos se aferra a mi brazo, fácilmente podría soltarme si no fuera porque soy débil ante la mirada de mi morena. 

— no te vallas, no quería ofenderte — se disculpa.

Ella se aferra más a mi brazo con toda su fuerza, parte de mi brazo está pegado a sus senos, está tan concentrada en mí que no se fija en eso. 

— me ofendiste, hice esto para tí y solo me rechazaste — le hago saber lo dolido que estoy por eso. 

Ella mi mira con el ceño fruncido, aprieta mi brazo mientras me jala de vuelta a la cama, más me quedo firme de pie. 

— no sabía, nunca haría algo que te ofenda a propósito — ella mira el plato de carne que sostengo con mi otra mano — ¿ si lo como me prometes que no estarás ofendido ? — pregunta. 

— tal vez si ... tal vez no — respondo haciéndome el enojado. 

Con una simple disculpa me conformo, es mi compañera y no sabe nuestras costumbres, pero me hizo pasar un mal rato y quiero sacar provecho de eso. 

— ¿ si te doy un beso ya no estarás enojado ?  — negocia mi morena. 

No puedo evitar sonreír, besarla y que ella me corresponda como lo hace con Kurt sería un sueño hecho realidad. 

— si me gusta el beso si . 

Ella asiente y lentamente suelta mi brazo, me vuelvo a sentar en la cama justo en frente de ella. 

— primero come — ordeno. 

Ella duda, sin embargo habré la boca y yo agarro un pedazo para colocarlo en su linda boquita, con mi pulgar rozo sus labios mientras ella cierra la boca empezando a masticar. 

— ¿ Te gusta ? — pregunto. 

Sonrió cuando sus ojos cambian de su color marrón oscuro a un dorado claro, ella traga el pedazo de carne y sonríe mostrando sus pequeños, pero afilados colmillos. 

— ¡ sabe genial ! — admite extasiada por sabor de la carne como cualquier cachorro que prueba su primer bocado de carne por primera vez — ¿ por qué sabe tan diferente ahora ? — pregunta confundida. 

— porque ya no eres humana, ahora eres una híbrida y una de tus necesidades es comer carne, eres una Cambia Forma de clase depredadora, eres una puma — beso la punto de su nariz — como tal el sabor de la carne es exquisito para ti como para cualquiera en el clan — respondo. 

Agarro otro pedazo y ella gustosa lo recibe, sigo dándole todos los pedazos de carne hasta que se acaba, ella no para de sonreír y eso me encanta, me sorprende cuando agarra mi mano y lame mis dedos ya que tienen sangre, trago grueso por lo erótico que es verla hacer eso, cuando chupa mis dedos se me forma una erección sin poder evitarlo. 

Cuando suelta mi mano me mira avergonzada por sus actos, es normal que se deje llevar por sus instintos desde ahora, es una cachorra que está experimentando un nuevo mundo, dejo el plato en la mesa de noche y vuelvo a colocarme en frente de ella. 

— es hora de mi beso — le recuerdo. 

Ella lame sus labios haciendo el momento más ardiente de lo que es, sostengo su mandíbula con mi mano para que no se mueve y la veo tragar grueso, me acerco hasta que nuestras narices se rozan, noto como su respiración se agita y sin más pegó nuestros labios, ella inmediatamente me corresponde moviendo sus labios de forma lenta, pero yo no quiero ese tipo de besos, muevo mis labios rápido con todo el deseo y hambre que siento por ella, empujó mi lengua entre sus labios y ella me deja entrar a su linda y cálida boquita, meto mi lengua por toda su cavidad vocal y ella trata de hacer lo mismo, sus movimientos son algo torpes, más solo me vuelve loco, terminó cayendo encima de ella mientras sigo besándola hasta que ella se separa para poder respirar. 

— ¿ te gustó ? — pregunta agitada. 

— no me gustó... me encantó morena. 

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