Después de una larga lucha consigo mismo, Joon se convenció a sí mismo de que sin dolor no hay ganador, por lo tanto dejaria de dudar y meter a su poca moral y sentimientos en medio y procederia con el plan original, esta noche dejaría de retrasar lo inevitable.
Su enemigo no dudo cuando le atacó, él tampoco deberia hacerlo, estaba dispuesto a pagar el presio que le cobrasen con tal de no faltar a su promesa y si eso significara irse al infierno, todavía no estaba dispuesto a retroceder.
Joon borró todo rastro de misericordia y benevolencia en su camino a la habitación de Sa Hi, convenció a su corazón de que ella no significaba nada para él, que lo unico que lo había hecho dudar fue la inocencia y magnanimidad de la joven.
Sa Hi creía haber descubierto porque los hombres y mujeres dormian justos; era el amor, si, la felicidad que traía estar abrazando por la noche a la persona que amabas, esa tranquilidad y seguridad que te brindaba
Había pasado una semana desde qué Joon tomo la inocencia de Sa Hi, y desde entonces había creado cualquier excusa para no verla o pasar la noche con ella. El primer día dijo que su cuerpo debía estar dolorido y necesitaba descansar y que por eso esa noche no la acompañaría, luego afirmó estar exhausto después de un pesado día en la corte y en otras alegó tener asuntos importantes que requerían su total y completa concentración.Todo se lo hizo saber por misivas que enviaba con su guardaespaldas. Joon no se atrevía a mirar a Sa Hi, porque estaba seguro de que sí lo hacía, volvería a tomarla y no pensaba volver a poseerla hasta haber encontrado una solución.Por más que se desvanaba los sesos por encontrar un camino que no destrosara a Sa Hi, no podía dar con él, ya sea que le confesara el plan que ya no llevaría a cabo y luego rogar por su perdón o le declarará que su padre era un asesino y que planeaba hacerle pagar, ninguna de las dos opciones evit
Sa Hi se encontraba paralizada en su lugar, el corazón le retumbaba en los oídos y en su mente pasaban como flashback todos los momentos en que lo vio sonreír le, cada beso que le dio, los lugares a donde la llevó y cada escena que recordaba como colorida y feliz, se iba tornado oscura y dolorosa. Todo fue un juego para él, simplemente la estaba usando, nada fue real.Las lágrimas salían solas sin ningún esfuerzo, Sa Hi no se dio cuenta que lloraba hasta que sintió las gotas tibias correr por su rostro, no se sentia ella misma, el corazón le dolia como si fuera a explotarse. Tenía un nudo en la garganta apoyándola, no le permitia hablar, ¿qué acababa de escuchar?, quería rogar por una explicación pero, todo lo que hizo fue darse la vuelta e irse.Al ver el cuerpo trémulo y la expresión destrozada en el rostro pálido de Sa Hi, Joon se quedó sin aliento y sintió su dolor más fuerte de lo que se habia imaginado; en ese mismo instante se dio cuenta que
Joon palidecio ante las palabras de Sa Hi, su tono sonaba severo y cargado de resentimiento; su bien y el de él, Joon resaba que solo lo estuviera diciendo por enojo."Se que ahora estas molesta, cansada y nesecitas procesar toda la información que acabas de recibir, así que haré como si no escuche nada y te daré tiempo para recuperarte""No necesito tiempo, ya lo he decidido, no abra matrimonio" le dijo Sa Hi, resuelta a pasar por lo que tuviera que pasar."No tiene elección, usted se casará conmigo en tres semanas, ni siquiera el mismísimo demonio podrá impedirlo" rugio Joon antes de salir hecho una furia por la puerta.Cómo se mujer se atrevía a decirle que no abría boda, no importa lo enojada que este o que el enojo no se halla pasado para entonces, pero de que se casaría con ella, se casaría, nadie podía impedir que él la mantuviera mantuviera su lado.Ahora que su corazón se habia
La atmósfera estaba llena de miedo y tensión; todos y cada uno de los sirvientes que servían o sirvieron a Sa Hi se encontraban de pie frente a Joon, esepto por la cortesana Kim y su eunuco quienes cuidaban de Sa Hi, desde el más anciano hasta el más joven, todos rendirian cuentas ante él y el que fuere encontrado culpable no sobreviviría la noche.Las damas temblaban visiblemente y los hombres sudaban helado, cada uno sabía que en unos instantes correría sangre.Joon se encontraba fríamente inexpresivo al lado de su guardia real cuando dijo:"Solo pregunatare una vez, y deberán responder con la verdad, alguien de los que se encuentra aquí ahora, ha cometido el error más grande de su vida llevándole veneno a la Sejabin, yo como ya deben de suponer quiero saber quien fue"Algunas sirvientas comenzaron a llorar del miedo, pero nadie, ninguno se atrevio a soltar una sola palabra, lo que hizo que la ira de J
Cualquiera que estuviera pasando por la situación en la que se encontraba Joon, abría querido que el problema en cuestión se mantuviera en secreto el máximo tiempo posible, pero todas las esperanzas del ya ojeroso príncipe se fueron por la borda temprano por la mañana.En cuanto entro el rey, exigió saber con lujos y detalles lo ocurrido, dado que el padre de la aludida era su más querido y leal súbdito y tendría que dar la cara ante semejante descuido por su parte.Joon le mintió diciéndole que era un intento de asesina, por supuesto que no le diría la ver, ya que no sólo su padre sino que todo el que escuchara la historia pensaría que Sa Hi tenia un desorden mental al intentar quitarse la vida.Después de escuchar con sumo cuidado la tragedia, el rey regreso a la corte donde dentro de muy poco tendría un reunión para aclarar el asunto de la Sejabin.Cuando Joon pensaba que todo había acabado, tuvo que recibir visi
Después de una dieta rigurosa a base de tónicos, especias y sopas nutritivas, se podría decir que Sa Hi había vuelto a la normalidad, excepto por un pequeño órgano llamado corazón, su apariencia por fuera podia verse lúcida y brillante pero, por dentro sólo había dolor y tristeza, en un par de horas se casaría en contra de su voluntad con el hombre que una vez pensó era el mejor de la tierra y el motivo de su alegría, y que ahora sólo era el motivo de su agónica muerte interna.Aunque Sa Hi desea con todas sus fuerzas no casarse y huir lejos a un lugar seguro, estaba decidida a dejar su cobardía y corazón roto a un lado por el bien de su familia y honor, y eso solo lo conseguiría al lado del hombre que la habia usado.La boda de él príncipe era de celebración nacional, puesto que se estaba llevando a cabo la unión de su futuro monarca que debía dejar heredero para continuar con la dinastia, eso significaba gozo, porque su reino seguiría vivo y
"Te encuentras bien?", pregunto Joon al ver gotitas de sudor en la frente de Sa Hi."Si Jeoha, es por el esfuerzo que hice al caminar rápido con el vestido", respondió Sa Hi al notar la mirada de Joon centrada en su frente.Si bien la joven no quería interactuar íntimamente con Joon, no tenia de otra, ya que hoy serian el centro de atención del público y debían mantener las apariencias, ya saben eso de que solo el cucharón sabe lo que pasa en la olla.Jonn se sentía relajado bajo el tono amistoso de Sa Hi, y pensó para sus adentros que la mujer ya se había relajado, había aceptado su realidad y que no le quedaba más que recibirla con gracia.El príncipe pasó primero ataviado con sus ropas de gala, aunque sus prendas casi no se diferencian de lo habitual, el color cambiaba a azul eléctrico y lo que le resaltaba y daba a conocer que la ocasión era especial era su ¹Myonrugwan que le daba in aire de seriedad al asunto.Después de que Joon se colocará
Sa Hi volvió a la fiesta y se sentó donde habia estado, solo que en esta ocasión Joon estaba esperándole con cara de fastidio y una expresión sombría en sus ojos.Su mirada era inquisidora y penetrante, obviamente él esperaba una respuesta de su parte, pero ella hizo coso omiso de su silenciosa pregunta y se dedico a ver el ridículo en el que estaban los nobles ebrios a más no poder.Ya que Sa Hi no había entendido indirecta, Joon decidió ir al grano y preguntar por su paradero los últimos veinte minutos en los que estuvo ausente. "¿Dónde estaba Bingun?""No muy lejos, Jeoha", respondió Sa Hi sin verle a los ojos.La indiferencia de Sa Hi comenzaba a sacarlo de quicio, era obvio que no estaba lejos, dado que no podía salir del palacio; la mujer primero se desaparece por un buen tiempo sin decir palabra y luego regresa con esa actitud indiferente, ¿acaso estaba bromeando? O ¿simplemente quería